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Así podemos reversar el proceso de degradación de praderas

Por - 09 de Octubre 2017

Se pueden aplicar prácticas para recuperar su capacidad productiva si el proceso de degradación no es demasiado avanzado, pero cuando es severo, la opción más viable en términos de costos y eficacia del proceso es la preparación del terreno y el establecimiento de nuevos pastos.


Se pueden aplicar prácticas para recuperar su capacidad productiva si el proceso de degradación no es demasiado avanzado, pero cuando es severo, la opción más viable en términos de costos y eficacia del proceso es la preparación del terreno y el establecimiento de nuevos pastos.   Con la renovación de praderas lo que se busca es mejorar las condiciones físicas y químicas del suelo. El objetivo final es el de disponer de un ambiente favorable para el crecimiento y desarrollo vigoroso de las especies forrajeras y reducir la incidencia de malezas. Eso lo saben muy bien los ganaderos.   Nos dicen los expertos que la renovación de praderas está asociada con la aplicación de prácticas agronómicas, tales como laboreo o mecanización, fertilización, control de malezas y siembra de especies forrajeras para aumentar la población y producción de estas, que dependiendo del estado de degradación y del sistema de producción, se pueden utilizar una o la combinación de varias prácticas. (Lea: Maquinaria para el establecimiento y manejo de praderas),   ¿Implantar nuevas especies o rehabilitar?   Existen diferentes grados de degradación de las praderas y de ello depende el tratamiento de recuperación y su costo.   Cuando el proceso de degradación no es demasiado avanzado, se pueden aplicar prácticas para recuperar su capacidad productiva; sin embargo, cuando el estado de degradación de la pradera es severo, la opción más viable en términos de costos y eficacia del proceso es la preparación del terreno y el establecimiento de nuevos pastos.   Llegado a este punto se tiene que tomar la decisión si implantar nuevas especies forrajeras o si por el contrario, sería mejor la rehabilitación de la pradera existente.   En caso de decidir establecer el nuevo forraje, lo cual implica el cambio de vegetación y asumir altos costos y riesgos, es necesario conocer datos básicos como las condiciones climáticas del área de influencia de la finca, el relieve, las características físico-químicas y biológicas del suelo, la maquinaria disponible y las plagas, enfermedades y plantas nocivas más frecuentes.   Con esta información se puede realizar un plan apropiado de manejo a partir de los requerimientos del forraje, como lo son las labores de labranza, las enmiendas y fertilización, la siembra, el control sanitario y el primer uso de la pradera.   Sin embargo, es importante considerar que el suelo debe brindar condiciones físicas, químicas y biológicas óptimas para el desarrollo del sistema radicular de las plantas y el transporte de los nutrientes, por ende, las operaciones de mecanización son indispensables en el proceso de renovación de praderas, dependiendo del grado de compactación del suelo, del tipo de pradera a renovar y de su estado productivo.   Actividades a desarrollar cuando se utiliza maquinaria   La intervención mecánica para renovar praderas degradadas puede desarrollarse mediante varias operaciones. Aunque se han usado rastras de discos y otros implementos tradicionales para la renovación, algunos implementos que no invierten el perfil del suelo y que están basadas en herramientas verticales o rotativas, consiguen mejores resultados.   La secuencia de actividades a realizar para el establecimiento y/o renovación de praderas, que involucran el uso de maquinaria es la siguiente:   • Inicialmente, se debe determinar el estado de degradación de la pradera. Si es severo, la opción más viable en términos de costos y eficacia es la preparación del terreno y el establecimiento de una nueva pradera. • Caracterizar física y químicamente los suelos para la respectiva fertilización. • Determinar el tipo y la profundidad a la cual se presenta la compactación en la pradera para decidir la profundidad de laboreo, el tipo de implemento a utilizar y el grado de preparación del suelo requerido. A sí mismo, el tipo de implementos a utilizar depende de las características físicas del suelo, de la profundidad de trabajo y de la topografía del terreno. • Remover los excesos de vegetación es muy importante para una exitosa renovación de praderas, entre los cuales es frecuente la presencia de malezas arbustivas o arbóreas, además de forraje sobremaduro y de alta densidad que dificultan las operaciones de labranza, esto se puede lograr con sobrepastoreo, es decir altas cargas de animales que remuevan el exceso de pasto, o mediante maquinas desbrozadotas o cortamalezas. • Romper las capas endurecidas con implementos como el renovador de praderas, en función de los niveles y profundidad de la compactación, si se trata de renovación. Para el establecimiento de praderas, el rompimiento de estas capas sin invertir el suelo se puede realizar con implementos como los arados de cincel rígido o vibratorio a una velocidad adecuada de desplazamiento. La rastra de discos mejora las condiciones del suelo para el establecimiento de la semilla, o cuando la compactación es superficial. En zonas de ladera es recomendable el uso de equipos de tracción animal como arado de bueyes, entre otros. En todos los casos, el suelo debe estar en condiciones de friabilidad, es decir, que se desmenuce fácilmente. • Fertilizar según las recomendaciones. Se han diseñado equipos para la renovación de praderas, los cuales pueden cortar el suelo/cespedón, romper la capa compactada para airear el suelo y aplicar abonos y semillas para resiembra. • El proceso de establecimiento o renovación de praderas culmina con la siembra del nuevo material o intersiembra. La siembra se debe hacer inmediatamente después de la labranza. • Aplicar riego si el suelo no tiene suficiente humedad.   Fuente: Maquinaria para el establecimiento y manejo de praderas, Fedegán.