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Foto: UdeA.

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Desperdiciando desperdicios, cambios en la ingeniería sanitaria

Por - 10 de Mayo 2018

“Las ciudades se convierten en un gran agujero negro, un sumidero de energía, materia y nutrientes; lo lógico sería que las ciudades devolvieran esos nutrientes y esa energía a las zonas rurales”, dice Francisco José Molina, profesor de la Escuela Ambiental, de la Facultad de Ingeniería de la UdeA.


“Las ciudades se convierten en un gran agujero negro, un sumidero de energía, materia y nutrientes; lo lógico sería que las ciudades devolvieran esos nutrientes y esa energía a las zonas rurales”, dice Francisco José Molina, profesor de la Escuela Ambiental, de la Facultad de Ingeniería de la UdeA.   Conocida como Ingeniería del Agua o Ingeniería Verde,la Ingeniería Sanitaria busca la protección de la salud pública y el medio ambiente, con alternativas de saneamiento ante problemas de contaminación susceptibles a la actividad humana.También ofrece soluciones a la contaminación del agua, el suelo y el aire a través de la gestión integral de residuos sólidos, el suministro de agua potable, el tratamiento de aguas residuales, entre otros. (Lea: Haga planeación forrajera y disminuya desperdicios)   Desde hace 50 años la Escuela Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia forma ingenieros sanitarios al servicio de la sociedad, sin embargo, esta época representa diversos retos para la academia y los profesionales. Durante el foro Presente, Pasado y Futuro de la Ingeniería Sanitaria, seis expertos discutieron cuáles son las capacidades que deben tener los jóvenes para resolver problemas de ingeniería sanitaria en el contexto colombiano y los principales retos para el futuro.   La escasez de agua potable en La Guajira, San Andrés y el Chocó, y el problema de manejo de residuos sólidos en Bogotá —en donde se producen cerca de 12 mil toneladas diarias, con un relleno sanitario que copará su capacidad en el 2022—; son algunos de los grandes desafíos del manejo sanitario en Colombia.   “Cerca del 60 % del país tiene agua potable, pese a esto la mayoría de las redes están contaminadas y obsoletas, con más de 50 años de vida. De otro lado, solo el 30% de las aguas residuales son tratadas, de ese 30 % funcionan la mitad; las demás no están operando por la falta de recursos o capacidad, estamos creando elefantes blancos (…) A pesar de los avances desde los años 80, en materia de agua potable y saneamiento Colombia está en pañales”,señaló uno de los panelistas invitados, el ingeniero sanitario egresado de la Universidad de Antioquia y gerente de la empresa Sanear S.A, Luis Anibal Espinal. (Lea: “Desperdicio mundial de comida genera un fuerte impacto ambiental”: FAO)   Desperdiciando desperdicios: cambio de paradigma en la Ingeniería Sanitaria   Para el profesor titular de la Escuela Ambiental, Francisco José Molina, el principal reto es un cambio de paradigma desde la academia que permita una revolución en la Ingeniería Sanitaria del país.“Los residuos no se pueden seguir mirando como un problema, sino como una oportunidad. No son una forma de perder dinero, son la posibilidad de recuperar nutrientes y energías”.   Las aguas residuales son un ejemplo latente de ello. Según Molina, actualmente las reservas de fósforo escasean en el planeta; el fósforo es un macro nutriente esencial para el crecimiento de las plantas, “las aguas residuales son una mina de fósforo”.     “Antes se pensaba que el problema había que tratarlo, por eso se habla de plantas de tratamiento, ahora se tiene que pensar en sistemas de recuperación de energía y nutrientes. En las aguas residuales hay una cantidad de energía en productos orgánicos que se pueden recuperar, nutrientes importantes como el nitrógeno y fósforo, macronutrientes que se usan como fertilizantes en la agricultura. El fosforo se encuentra principalmente en los detergentes, también en un porcentaje menor, está presente en la orina y la materia fecal (…)Al mismo tiempo estaríamos evitando el problema del exceso de nutrientes en el agua, que lo estamos viviendo en Porce II y Porce III por el tema del crecimiento de algas y plantas flotantes como el famoso buchón o loto de agua, recuperamos fertilizantes útiles para la agricultura que no son nocivos”, agregó el profesor Francisco Molina. (Lea: FAO lanza campaña mundial contra el despilfarro de alimentos)   Además del aprovechamiento de las aguas residuales, los residuos sólidos son tal vez la problemática que más apremia una solución efectiva.Según los panelistas, en el Valle de Aburrá se producen cerca de 2.500 toneladas de residuos diarios, solo con separar el material orgánico del reciclable los residuos disminuyen aproximadamente entre un 10% y un 15% por hogar.   “Alemania lleva más de 100 años manejando el tema de los residuos sólidos, la separación es fundamental, hay que hacer una labor educativa y de responsabilidad social muy grande” añadió Molina.     Innovación: Ingeniería preventiva   Otro de los retos de los ingenieros sanitarios es la innovación, es decir, hacer su propia ingeniería, experimentar, no copiar, pensar diferente. Una ingeniería social que permita el acercamiento de su profesión a las comunidades aledañas a través de soluciones simples; en otras palabras, investigaciones tangibles y sencillas con beneficios sociales. Anticiparse al problema y resolverlo antes de que suceda. (Lea: ¿Es posible un mundo autosostenible y sin hambre?)   “La academia, los estudiantes, deben salir a la calle, buscar problemas cercanos y darles solución, la Universidad es integradora de saberes y por ende debe ser integradora de soluciones (…) Para el tema de los residuos sólidos por ejemplo, podemos cuestionarnos cómo bajar la cantidad que se produce en el Valle de Aburrá, plantear la creación de  una reserva orgánica de abonos, con un relleno sanitario solo para residuos orgánicos que se pueda explotar en 10 años”, indicó Luis Anibal Espinal.   Política y normativa colombiana   “En el diseño en la ingeniería hay cuatro condiciones: viabilidad técnica, viabilidad ambiental, viabilidad financiera y viabilidad en construcción y operación. Si esos criterios se juntan es posible avanzar”, añadió Espinal.    Una de las principales conclusiones de los panelistas es que la exigencia en las normas colombianas no son coherentes con la realidad financiera, económica y social del país. La toma de decisiones en ocasiones desorientada, pone contra la pared a la ingeniería y a las autoridades ambientales.Es necesario que los ingenieros sanitarios sean más proactivos, busquen, se acerquen a los tomadores de decisiones, que sean asesores con voz para buscar soluciones de alto impacto desde la política colombiana. (Lea: 2 millones 4 mil toneladas de alimentos se desperdician en Colombia)