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Bovinos y la emisión de gases de efecto invernadero

21 de Mayo 2018

Una consecuencia directa de la actividad humana es el aumento de la concentración y distribución atmosférica de los gases de efecto invernadero (GEI).   Actualmente, los lineamientos para definir estrategias de adaptación de los sistemas productivos y de las sociedades en su conjunto se basan en la búsqueda de soluciones para mitigar el calentamiento global y la resiliencia ante el cambio climático. En este sentido, los GEI de mayor relevancia e impacto; teniendo en cuenta su contribución relativa al calentamiento global son: dióxido de carbono, metano y óxido nitroso.   Para los sistemas ganaderos actuales, la principal problemática generada en la actividad productiva es la emisión de gases, derivados principalmente de la fermentación ruminal y manejo de estiércol del ganado domesticado.   En este sentido, datos de FAO revelan para 2050 el incremento de alrededor de un 50 % del número de animales (principalmente en Asia y América Latina), el aumento significativo de los sistemas intensivos (sin tierra) y el descenso de la eficiencia de la producción animal alrededor de un 10 %.   Para Uruguay, país productor de proteína animal generada principalmente a partir de la cría y producción de bovinos “a cielo abierto”, el estudio científico de estas emisiones y el desarrollo de tecnologías de mitigación, están permitiendo cumplir con el compromiso asumido a nivel mundial, y respaldan su posicionamiento en el mercado de la carne.   Cabe destacar que los bovinos generan el 77 % de la contribución mundial de GEI; pero el tipo de sistema utilizado para su desarrollo marca una verdadera diferencia en el balance ambiental de la producción de carne. Demostrado está, que bovinos alimentados en base a pasturas generan cambios sustanciales a la hora de analizar numéricamente la huella de carbono emitida.   Calculemos la producción de carbono de la ganadería de carne en un sistema integrado por, 50 vacas madres y 80 terneros jóvenes, esto nos da un total de 80 toneladas de carbono. Ahora sumémosle las 32 toneladas generadas por el uso de maquinaria y equipo de procesamiento y distribución. Son en total 112 toneladas de carbono producidos en el sistema. Pero a esta cifra, debemos restarle las 500 toneladas de carbono secuestrado en el suelo por las pasturas, en los 150 acres implementados. La ganadería remueve 388 toneladas de carbono de la atmósfera anualmente.   Los bovinos producen gases de efecto invernadero, pero son innumerables las alternativas ganaderas desarrolladas hoy en día para mitigarlos. Implementación de praderas perennes (aumentan la digestibilidad de la dieta), terminación a corral de novillos (mejoran la digestibilidad y reducen el número de días de terminación), entore de vaquillonas a los 2 años (emiten menos GEI que vacas de crías, preñadas o falladas) y tanques de recolección, entre otras.   Un balance positivo entre la producción de bovinos y la emisión de gases de efecto invernadero depende del acceso real de las tecnologías por parte de los principales interesados, los productores de ganado; los verdaderos hacedores de cambios.   Fuente: Carnetec.