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Cómo guardar granos húmedos sin perder calidad

01 de Marzo 2023

El temporal de lluvia, que comenzó a finales de abril y se extendió hasta comienzos de mayo en algunas regiones, provocó la interrupción de las labores de trilla y la aparición de serios problemas vinculados con alta humedad de granos como la presencia de brotado, dehiscencia, enfermedades y disminuciones en el peso específico.   Dado este panorama, y sobre todo las complicaciones derivadas de los granos húmedos que aumentan el riesgo de deterioro en la poscosecha, técnicos del INTA Pergamino y Balcarce –Buenos Aires– brindan recomendaciones para conservar el mayor tiempo posible la calidad de la producción almacenada en silobolsas y silos convencionales.   “Hay que tener presente que, si bien el deterioro de los granos es un proceso irreversible e inevitable, un adecuado manejo del almacenamiento permite mantener la calidad inicial de la producción y postergar ese deterioro en el tiempo”, explicó Rubén Roskopf, especialista en poscosecha del INTA Pergamino.   Para el técnico, “el almacenaje en silobolsa es una alternativa estratégica, sobre todo cuando el estado de los caminos impida la circulación de camiones durante la cosecha”.   Aunque no es recomendable almacenar grano húmedo, Roskopf reconoció que “es una práctica que se puede realizar por un breve lapso de tiempo hasta que mejoren las condiciones”. En este caso, la duración del almacenamiento depende de la calidad del grano al momento del embolsado, principalmente por su contenido de humedad y porcentaje de dañado; la hermeticidad del silobolsa y la temperatura ambiente durante el período de guardado.   Para atenuar –en cierta medida– las pérdidas de calidad, el silobolsa debe mantener el máximo nivel posible de hermeticidad, ya que esto previene la reposición normal de oxígeno usado durante la respiración aeróbica de los componentes bióticos del granel (hongos, insectos y granos) y retiene el dióxido de carbono. “Esta modificación atmosférica trae aparejada beneficios desde el punto de vista de la conservación”, aclaró Roskopf.   En esta línea, recomendó “prestar atención a las técnicas de cierre, evitar roturas durante el armado y el almacenamiento y reparar inmediatamente las que puedan aparecer”.   De igual modo, sugirió conservar los granos a un nivel de humedad menor a la humedad de recibo con el objetivo de minimizar el riesgo de desarrollo de hongos. “Cuando el almacenamiento se realiza a altas temperaturas, la humedad de almacenamiento debe ser menor, debido a que el aumento de la temperatura y humedad del grano acelera las pérdidas de peso y calidad y, por ende, reduce el tiempo de almacenaje seguro”, señaló Roskopf.   Respecto de la temperatura ambiente, con la llegada del invierno, el grano tiende a enfriarse dentro del silobolsa y eso ayuda a mantener la calidad. No obstante, apenas comenzada la primavera y el aumento de temperaturas, los granos húmedos comenzarán rápidamente a calentarse y a sufrir deterioro y pérdida de calidad por el desarrollo de hongos.   En el caso de la soja, el efecto de la temperatura ambiente cobra relevancia cuando se almacena con una humedad superior al 13,5 %.   Para monitorear la evolución de la calidad de los granos almacenados, el técnico recomendó medir frecuentemente la acumulación de dióxido de carbono en los granos almacenados en bolsas plásticas, provocada por la respiración del grano asociada con los microorganismos. La presencia de una alta actividad biológica aumenta la producción de dióxido de carbono e indica un inminente deterioro de los granos.   “Los equipos medidores de dióxido de carbono permiten detectar condiciones no adecuadas de almacenamiento previo al deterioro de los granos, con una alta sensibilidad y sin dañar la integridad del plástico, puesto que solo se introduce una pequeña aguja hipodérmica para analizar la concentración de gases”, puntualizó Roskopf.   Texto original en el siguiente enlace.