default

Arrinconados

Por Miguel Gómez Martínez - 09 de Febrero 2018

Lo que no pudieron hacer las fuerzas militares lo está logrando el pueblo. Para sorpresa de las Farc, el pueblo reacciona de forma muy negativa a su estrategia de seducción electoral. Lo acontecido en Armenia es un reflejo de lo que les espera en otros lugares del país. La gente, de forma espontánea y masiva, rechaza que las Farc posen de víctimas y quieran ignorar le daño que le causaron a cientos de miles de compatriotas.

Armenia no es la región que más sufrió los ataques de la Farc. Es simbólica para este movimiento porque Tirofijo y Timochenko son oriundos de esta zona. Pero, para sorpresa de ellos, la gente no entiende su mensaje ni acepta que la guerrilla no haya reconocido el daño que le hizo a Colombia. El perdón sólo es posible si hay reconocimiento de la falta. El Acuerdo de Paz, al negar la justicia y premiar la criminalidad, hace mucho más difícil la reconciliación nacional.   Los amigos del acuerdo critican la reacción del pueblo. Deberían haber pensado que otorgarle impunidad total y excesivos beneficios a la guerrilla sería difícil de aceptar por un país que recibe muy poco de un Estado corrupto e ineficaz. Al colombiano del común le duele que quienes han violado las leyes sean halagados por un establecimiento que encarna, para ellos, todos los males de la sociedad.   El proceso de paz de Santos hace agua por todos los costados. Es claro que el Estado no puede cumplir lo pactado porque las instituciones no funcionan y el presupuesto no alcanza. También es evidente que las disidencias de las Farc no son un fenómeno marginal sino mayoritario en muchas de las regiones donde la guerrilla ejercía antes su poder. Han regresado las extorsiones e incluso los secuestros. Ni hablar de la explosión del tema del narcotráfico que preocupa cada vez más a todos los países que registran el incremento inusitado de los embarques provenientes de Colombia.   Los colombianos, que son unos relativistas morales, no soportan la arrogancia de la Farc y su actitud condescendiente con la víctimas de sus actos. No creen que el proceso de paz sea equitativo y no le comen cuento a los líderes de opinión bogotanos que desprecian sus reacciones sin entender sus motivos. Las Farc tienen que entender que el pueblo que ellos creían representar en verdad no los quiere ni un poquito.   Kienyke.com, 6 de febrero del 2018.