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Misión cumplida

Por CONtexto ganadero - 25 de Agosto 2014

Fui el primer sorprendido con mi designación como Ministro de Minas, Energía e Hidrocarburos por parte del presidente Juan Manuel Santos.

Fui el primer sorprendido con mi designación como Ministro de Minas, Energía e Hidrocarburos por parte del presidente Juan Manuel Santos.

Fui el primer sorprendido con mi designación como ministro de Minas, Energía e Hidrocarburos por parte del presidente Juan Manuel Santos. En primer lugar, porque mi actitud crítica, contestataria, frente a varias de sus políticas de Gobierno me alejaban de su administración; pero, sobre todo porque La Guajira ha tenido escasas oportunidades de ocupar tan encumbrada posición a lo largo de su dilatada historia político-administrativa. Nos lo recuerda El Heraldo: en el decurso de tres siglos (sic!) La Guajira sólo ha contado con 6 ministros de Estado, es decir, un ministro en promedio cada 50 años (¡!).

Como tuve ocasión de decirlo en el agasajo que se me brindó con motivo de mi nombramiento, desde un primer momento lo entendí como una oportunidad, pero no para mí que ya las había tenido todas y prueba de ello es que ya había pasado voluntariamente a la reserva activa de mi partido.

Se trataba y así lo asumí como una oportunidad de servirle a mi país, a las regiones periféricas de Colombia, particularmente la región Caribe y la región Pacífica, las más rezagadas en su desarrollo económico y social.

Esta circunstancia aunada a mi acendrado deseo de servirle a las regiones más deprimidas de nuestro país, en el propósito de paliar sus dolamas, me llevaron a ocupar uno de los 16 sillones de la mesa oval en torno a la cual se sienta el Consejo de Ministros para tomar las grandes decisiones gubernamentales de las cuales depende la suerte de mis compatriotas.

Fue tanto mi afán y mi compromiso de servir sin cálculos ni mezquindades a mi gente que trabajé cada día de los que permanecí al frente de esta cartera como si fuera el último que permanecería al frente de la misma. Cada día para mí fue efímero en la febricitante búsqueda de soluciones para las múltiples necesidades que aquejan a nuestra población; nuestro ritmo de trabajo fue además de frenético consagrado y tenaz.

Los resultados están a la vista de todos, para su escrutinio y valoración. En los distintos frentes del sector minero-energético dejamos una huella a nuestro paso por el Ministerio.

En el sector eléctrico, contribuyendo a su fortalecimiento y consolidación, para poder responder a los retos de un mayor potencial de crecimiento de la economía nacional. Ante la inminencia del fenómeno de El Niño, espantamos el fantasma del racionamiento eléctrico. En particular en la región Caribe dejamos en marcha un ambicioso Plan de choque con inversiones que superan los USD$600 millones, tendientes a garantizarle la prestación del servicio de energía con calidad, eficiencia y continuidad, como lo manda la Ley de servicios públicos. En el sector minero nos aplicamos a darle un impulso a la gran minería, apoyando los proyectos de infraestructura de transporte y portuaria, con miras a la expansión de sus actividades. Dejamos en plena ejecución un programa de formalización minera, en beneficio de la minería tradicional y ancestral, concomitante con la erradicación de la minería ilegal.

Y en materia de hidrocarburos, nos enfocamos a la búsqueda y hallazgo de mayores reservas, abocando la remoción de los obstáculos que conspiran en contra de la actividad de esta vital industria, tales como el terrorismo, la conflictividad social y la lentitud de los procesos de licenciamiento ambiental y de las consultas previas, cuando hay lugar a ellas. Una de las claves para avanzar en este propósito es la Licencia social, como la mejor forma de darle viabilidad a los proyectos sobre la base del beneficio tangible y concreto de la población asentada en al área de influencia de sus operaciones.

Abrimos una nueva frontera a los hidrocarburos con el desarrollo de los yacimientos no convencionales de hidrocarburos y el aprovechamiento del gas metano asociado al carbón (CBM). Nos propusimos y lo logramos estabilizar los precios de los combustibles; entre junio 30 del año pasado y junio 30 de este año el alza precio de la gasolina y del diésel estuvo por debajo del Índice de precios al consumidor.

Eso sí, al hacer dejación del cargo siento la satisfacción del deber cumplido, salgo por la misma puerta que entré, con mis manos libres y limpias. Hemos cumplido al pie de la letra el juramento de los jóvenes de la antigua Atenas al momento de cumplir sus 16 años: “nunca traeremos vergüenza sobre nuestra ciudad mediante actos de deshonestidad o cobardía…De esta manera, lograremos una ciudad más grande y esplendorosa que la que hemos recibido”. 

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