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Foto: Fabio Marín.

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Así transformé mi ganadería a lechería sostenible y diversifiqué con agroturismo

Por - 12 de Febrero 2018


Fabio Marín Gil, ganadero del municipio de Quimbaya en Quindío,  explica por qué dejo la ganadería de ceba y se pasó a la lechería especializada y principalmente cómo hace para hacerla sostenible.   Esta ganadero que se caracteriza por su espititud investigativo e innovador dice que hace 10 años decidió hacer el cambio. Hoy mientras los productores dedicados a la ganadería especializada en lechería consideran que su negocio no es rentable por muchos factores de mercado y algunos realizan la transición para convertirlas a la ceba, Fabio Marín Gil afirma que la lechería es una actividad rentable si se hace de manera sostenible.   “Comencé con ceba semi estabulada con pastos de corte y potreros, luego vi la necesidad de cambiar a la lechería”, indicó, quien se expresa con optimismo y orgullo al hablar del oficio que le permite ganarse la vida.    Hace 10 años decidí hacer el cambio porque necesitaba generar flujo de caja permanente y poco a poco he comprendido que en lechería no hay festivos ni fines de semana y que hay que ordeñar las vacas todos los días del año.   Con la ceba necesitaba mayor capacidad física para ampliar el número de animales y en lechería puedo albergar un número limitado pero producir más tanto en leche como en carne.   Pensando en cómo ser cada día más eficiente y aprovechar los recursos que me da la misma naturaleza fui aplicando prácticas que me redujeran los gastos e hicieran cada proceso auto sostenible.   Con el apoyo del programa Ganadería Colombiana Sostenible que me ha acompañado en la última década he aprendido sobre la marcha como mejorar en cada proceso. Hace apenas 5 años mediante unas capacitaciones comencé a mejorar las diferentes prácticas en forrajes, en el bienestar animal y el respeto y conservación del medio ambiente. (Lea: Granja Ecológica Agroindustrial: una apuesta por el medio ambiente)   Un tiempo después fui galardonado por aplicar buenas prácticas ambientales por el programa de Ganadería Colombiana Sostenible.       70 hembras   Siete Puertas las Canarias es el nombre de mi ganadería y es un hato de 70 hembras -45 en ordeño, 15 secas y 10 terneras de levante-. Son cruces de Jersey por Holstein y Jersey con Girolando. Manejo 3/4 de la genética.   Con el equipo mecánico de 4 puestos, realizo dos ordeños -a las 4 de la mañana y a las 2 de la tarde- y produzco 400 litros de leche diarios.   En la producción de leche la calidad es fundamental y es necesario estar pendiente de manera permanente de mejorar cada día los sólidos para obtener mejor precio y el pago adicional con bonificaciones.   Hace 3 años me pagaban a $1.200 el litro y este valor ha venido en descenso. Hace 6 meses mi precio al productor es de $1.050 el litro. Afortunadamente es un precio que todavía me da margen.   El ganadero tiene que estar pendiente del ganado y del personal. En el primer caso se refiere a los suplementos y a la buena comida y en el segundo, al aseo de los operarios y de las instalaciones físicas.   Un problema serio es la falta de mano de obra porque a nadie le gusta trabajar absolutamente todos los días del año. Eso es entendible y por eso creo yo que escasea.     Buenas prácticas   Aplicó las buenas prácticas ganaderas y de sostenibilidad ambiental. No tengo las certificaciones del ICA pero estoy dispuesto a gestionarlas. Todo para mejorar.   Sembré árboles y establecí setos forrajeros. Sembrar árboles es propagar vida tanto para las personas como para los animales.   Los animales son más productivos porque son protegidos por las variedades arbóreas y además la alimentación es más nutritiva. (Lea: Disposición de los árboles de sombra para la ganadería)   Tengo 600 especies arbóreas y entre otras mi finca de 12 hectáreas ostenta Guayacanes, Nogales, Guamos, Cedros y Matarratón. Algunos maderables me generarán en un futuro cercano otro flujo de caja, pero actualmente busco con ellos mejorar nutrición.   Dividí los potreros con cercas vivas de botón de oro. Forme 34 potreros en los que el ganado rota cada 40 días y los manejo con cerca eléctrica.   No soy amigo de usar una sola variedad de forrajes. Tengo Marafalfa, king grass y Grama Fantes, lo corto, lo pico y lo combino con caña de azúcar y botón de oro. Esta mezcla es de bastante proteína. Es una ensalada que el ganado se la come con mucho gusto y además de nutritiva es balanceada.     Ensilaje   Igualmente produzco ensilaje de maíz en bolsas plásticas, lo purgo y lo almaceno durante 20 días y en ese entonces lo proporciono a los animales. Primero empacaba y prensaba con un palo. Luego para lograr un mayor rendimiento, construí 3 canecas de metal y ahora introduzco la bolsa, la lleno con el forraje, la prenso con un gato metálico macizo y almaceno en cada una 55 kilos. De esa manera tres operarios ensilan 75 bolsas al día.   También almaceno agua de lluvia en un pozo que fabriqué para ello, la uso en los establos y posteriormente la reutilizo trasladándola por canales a unos tanques estercoleros y luego la riego en los potreros.   Abono las praderas de manera orgánica. Deshidrato los abonos sólidos les hago compostaje, les agrego cal y gallinaza, los aireo y cuando ya están listos, los aplico en los potreros y también en unos cultivos de aguacate que tengo en la finca. (Lea: Los abonos orgánicos sólidos)   Considero esto, materia orgánica que dura en el suelo mucho tiempo y lo mantiene sano y productivo. Adicionalmente almaceno abono orgánico en canecas plásticas y este lo produzco mediante la combinación de boñiga, agua, leche, panela, miel de purga y ceniza y en un mes lo utilizo en las praderas.   Además por los bordes de la finca pasa una quebrada y a 10 metros sembré árboles nativos e instalé una cuerda de alambre, precisamente para proteger el agua, pero también para evitar que el ganado llegue allí a beberla pues no es apta para que la consuman.     Agroturismo   La actividad ganadera la combino con el agroturismo. Tengo hotel con capacidad de 55 personas y los turistas son felices al recorrerla porque los paisajes son muy acogedores gracias a la naturaleza y a los animales que lo hacen muy vivo. Los turistas son felices al ver las vacas y los niños se sientan a aprender a ordeñarlas.