sistemas silvopastoriles
Foto: CONtexto ganadero.

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Santa Lucía, finca ejemplar en manejo de silvopastoriles de Tolima

Por - 28 de Marzo 2016


Santa Lucía, una ganadería doble propósito, ubicada en el departamento de Tolima, es un ejemplo a seguir en Colombia. Gracias al uso de los sistemas silvopastoriles dispone de  comida para su hato e incluso tiene para la venta durante todo el año.   En la vereda Baloca, en el municipio Natagaima, se halla Santa Lucía, ganadería que maneja animales doble propósito con las razas Gyr por Holstein quese pasean con tranquilidad por un predio en el que se han llegado a registrar temperaturas de hasta 44ºC en verano.(Lea: 5 valores óptimos que se logran con la siembra de pasto llanero)   En el predio, los forrajes se mantienen verdes y además se conservan canecas con ensilaje que se da al ganado cuando en verano se disminuye la oferta de pasturas. En la actualidad tienen 300 toneladas de silo extra que se podrán comercializar entre los productores de la región que padecen los estragos del fenómeno climático.   Gabriel Peña Ramírez, a sus 60 años, es uno de los herederos de la finca Santa Lucía que pasóde abuelo a padre y ahora a una nueva generación que visionó el futuro de la ganadería bajo el sistema silvopasrtoril.   Por eso, relató el ganadero, desde hace 6 años se sembraron algunas especies de árboles, arbustos, se interpuso un sistema de rotación de potreros y se cultivaron semillas para tener pastos frescos y en henolaje y ensilaje.Los resultados han sido reconocidos por universidades del país y ganaderías del trópico bajo colombiano que visitan a Santa Lucía para luego replicar su modelo.   “Para ser un buen ganadero hay que ser buen agricultor, entonces se pensó en el bienestar de los animales, especialmente en este época que han tenido que soportar más de 44ºC de temperatura. Hay que entender el estrés calórico que los animales pueden resistir”, describió el productor. (Lea: Ganaderos de Cundinamarca apuestan por los silvopastoriles)   Pelá, el silvopastoril elegido   Gabriel Peña Ramírez acertó con la siembra del Pelá, un arbusto silvopastoril nativo que con buen manejo puede alcanzar una altura de 5 metros. Posee hojaspequeñas que cuando caen al suelo se descomponen y producen materia orgánica que mantiene estables las praderas. Ante esto, comentó el productor, profesionales en Uniminuto y Corpoica investigan en Santa Lucía las bondades del silvopastoril.   En la finca también se observan árboles de guácimo y samán. “El guácimo lo aprovechamos porque es un árbol grande que bota una pepa verde que se machaca y refresca al ganado”, anotó el productor. (Lea: Ganadería Colombiana Sostenible ejemplo verde para el mundo)   Sin embargo, el Pelá es la leyenda en la finca doble propósito donde se ha comprobado que en verano, en lugar de bajar su follaje, se pone más verde. Santa Lucía está a 320 metros sobre el nivel del mar.   “Un Pelá de un año alcanza raíces de 4 metros. Busca el agua donde esté yhemos visto que hasta en veranos se ve más verde, más bonito”, expresó Peña Rodríguez.   Es así como bajo los follajes de estos silvopastoriles el ganadoGyr por Holsteinse pasea con tranquilidad en busca de pastos sembrados en el sistema rotacional de poteros.   “A la 1 de la tarde se ven animales pastando. Eso quiere decir que los árboles dan confort y refrescan. Eso causa extrañeza cuando nos visitan, porque todos los bovinos están muy tranquilos”, subrayó.   El hato consume praderas de angleton más algunas brachiarias como decumbens, humidícola, mulato número 2 y dictyoneura o el llamado pasto llanero, todos resistentes alas temporadas adversas, pero resaltó el productor, gracias al manejo que se les da con rotación para que no desaparezcan y el ganado las coma cuando tienen más valor nutricional.   Los resultados no se hacen esperar. La carga animal en Santa Lucía está entre 3,7 y 4,5 bovinos por hectárea. “En el manejo de rotación de potreros se da un descanso de 20 a 25 días a los pastos y vemos que funciona en la práctica”, recalcó. (Lea: Sistemas silvopastoriles: no se trata de solo sembrar árboles)   De igual forma, si en el potrero hay una alta oferta de comida, y se busca que el ganado consuma solo lo necesario, se limita la alimentación con el uso de cintas eléctricas que se van moviendo una vez el hato ha ingerido la cantidad requerida.   “Son experiencias que hemos tenido y que nos enseñan la cultura de manejar las praderas, la rotación y la carga animal en menos espacio”, enfatizó el propietario de Santa Lucía al reconocer que al principio dio pasos ciegos por desconocimiento, pero ha aprendido de expertos que han llegado por medio del Comité Ganadero del Tolima y la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, las formas de mejorar su predio.   Por ello, hoy la finca se ve como una empresa en la que se trazaron 2 metas: reducir la capacidad de carga y mejorar la fertilidad, que está en 85 %con animales en periodos de ordeño, pre y posparto durante diferentes épocas del año, lo que hacen de Santa Lucía, un ejemplo a seguir.   Habla Gabriel Peña sobre Santa Lucía

La suplementación   Santa Lucía tiene un banco de proteína que se creó en 2 hectáreas. Primero se hizo el estudio de suelo y se adecuó con 200 bultos de abono orgánico que produce la finca.   Se sembraron allí los pastos guatemala o pasto maíz, cuba 2, botón de oro, más 2 variedades de caña y el nativo gratilia. La recolección de las pasturas se hace una vez a la semana yse procede a picarlo para luego almacenarlo compactado en canecas y tener un producto variado y nutritivo para el hato.   “Se dan las raciones a las vacas en ordeño y a los terneros que necesitan desarrollar sus estómagos”, comentó el productor. (Lea:5 formas de manejar bovinos expuestos a 30 °C)   Sin embargo, las metas de Gabriel Peña Ramírez no terminan allí. En 2015, pasó un proyecto al Ministerio de Agricultura por medio de la Asociación de Ganaderos de Natagaima parafabricar suplementos que pudieran favorecer a los demás productores del municipio.   Fue así como salió favorecido con uno de los proyectos de Pacto Agrario de Seguridad Alimentaria. Prosiguió entonces a sembrar los pastos pangola y angleton en 35 fincas. Cada predio ha cultivado 2 hectáreas para un stock de 70 hectáreas.   “Ya hicimos la primera recolección de 25 toneladas por hectáreas para este verano duro.Fue la alternativa inmediata para enfrentar la sequía”, comentó el ganadero, que celebró otro beneficio de este proyecto: la generación de 40 empleos ofrecidos al personal que maneja la maquinaria que produce los silos.   Ahora no basta solo con tener silo para los ganaderos vinculados al proyecto. Se generaron excedentes del suplemento que se ofrecen a ganaderías de regiones del Tolima. En la actualidad, hay por lo menos 300 toneladas del alimento que se venderán a un buen precio. (Lea: Inicia época de sequía más intensa en Colombia)   Las adversidades   Gabriel Peña Ramírez señaló que el único inconveniente, pese al trabajo empresarial hecho en Santa Lucía, es el mal pago que reciben por litro de leche.Esto desanima a los productores de la región que en Tolima la venden más a la informalidad y para la producción de quesillos y quesos.   “Producimos una leche de alta calidad, pero desafortunadamente el mercado es difícil. El litro de leche se vende a $800y eso es un problema serio porque estamos haciendo esfuerzos grandes. Es complicada la situación. Tenemos un punto negro con el tema de las ventas”, puntualizó el productor.   Aun así, el ganadero continuará su trabajo de manejo silvopastoril y generación debancos de comida para demostrar que en tierras del trópico bajo se pueden tener animales con comida de calidad y condiciones de bienestar.   Gustavo Barragán Mosquera, médico veterinario-zootecnista y profesional del Fondo Nacional del Ganado, FNG, en Tolima, dijo que la finca de Gabriel Peña es un ejemplo a seguir porque ha sabido preparar y conservar alimento para todo el año.(Lea: 3 opciones para para alimentar ganado de leche y carne en época de sequía)   “El verano no le pega duro e incluso tienen buena comida”, expresó el profesional en Salud Animal al reconocer la labor de los silvopastoriles en Tolima, uno de los departamentos de Colombia más golpeados con la sequía.