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Todo lo que usted debe saber sobre la Leucosis Viral Bovina

Por - 19 de Mayo 2017

La Leucosis Viral Bovina, LVB, es una enfermedad infecciosa crónica, de origen viral, de distribución mundial, específica del ganado bovino, el cual puede infectarse a cualquier edad, incluida la fase embrionaria. Presenta muy bajo porcentaje de enfermos con manifestaciones clínicas.


La Leucosis Viral Bovina, LVB, es una enfermedad infecciosa crónica, de origen viral, de distribución mundial, específica del ganado bovino, el cual puede infectarse a cualquier edad, incluida la fase embrionaria. Presenta muy bajo porcentaje de enfermos con manifestaciones clínicas.   El agente causal es el virus de la leucemia bovina, un oncovirus de la familia Retroviridae que se caracteriza por la formación de anticuerpos permanentes, una respuesta inmune celular o proliferación de tumores malignos. No es transmisible al hombre.   Su incidencia es mayor en los sistemas de producción lechero, por eso países exportadores de lácteos como Australia y Nueva Zelanda tienen programas sanitarios para su control y erradicación. (Lea: 14 enfermedades sin control oficial atacan al ganado en Colombia)   De acuerdo con Esperanza Polanía Pardo, médica veterinaria epidemióloga, esta es una enfermedad que es difícil de identificar clínicamente debido a que su período de incubación es prolongado, en general de 3 a 5 años, además solo una baja proporción de animales desarrollan tumores (0,1 – 5 %).   En los que presentan el tumor maligno, los síntomas dependen del lugar en el que aparezcan y pueden incluir: alteraciones digestivas, inapetencia, pérdida de peso, debilidad general, disminución de la producción láctea, anemia y, a veces, manifestaciones neurológicas y postración.   Se puede notar aumento del tamaño de los ganglios linfáticos superficiales, visibles principalmente en las regiones del flanco e intercostales y se pueden palpar bajo la piel.   Los órganos implicados con más frecuencia son la tercera y cuarta cavidad del rumen, la aurícula derecha del corazón, el bazo, el intestino, el hígado, el riñón, los pulmones y el útero. Puede haber afecciones y compresiones de órganos internos, nervios, medula espinal, ojos, etc. que derivan en diferentes sintomatologías según el órgano afectado. (Lea: Alta prevalencia de leucosis en el hato bovino de Colombia)   Por la afectación del sistema inmune y consecuente disminución de las defensas, hay mayor susceptibilidad a otras enfermedades de etiología infecciosa, como mastitis, diarrea y neumonía.   Tipos de leucosis   Polanía explicó que la leucosis bovina tiene 2 orígenes. Es más frecuente en los animales adultos (más en los de leche que los de carne), aunque los jóvenes pueden estar afectados, siendo las hembras las más predispuestas a las formas severas de la enfermedad.   La leucosis bovina esporádica afecta a animales menores de 3 años de edad y se caracteriza por un aumento de tamaño de múltiples ganglios linfáticos.     La forma en animales menores de 2 años se caracteriza por la hinchazón en el cuello que causa edema y timpanismo (por impedir el eructo) y la forma cutánea en bovinos de uno a 3 años de edad, que se caracteriza por la aparición de nódulos y placas en la piel. (Lea: Conozca cuándo debe hacer exámenes de sangre a sus reses)   La leucosis Viral Bovina (LVB), se describe como un proceso neoplásico mortal, sistémico y maligno del sistema reticuloendotelial, caracterizada por la aparición de acúmulos de linfocitos neoplásicos en casi cualquier órgano, con una variedad correspondiente de los signos clínicos, describiendo 3 formas clínico-patológicas:   - Infección permanente con anticuerpos detectables. Portadores asintomáticos. - Linfocitosis persistente (LP), que es un proceso linfoproliferativo benigno. - Linfosarcoma maligno.   Los procesos neoplásicos se desarrollan cada año en 0,5 a 1 % de los animales infectados en el hato y evoluciona rápidamente hacia la muerte, en este estadio del virus se reporta un decrecimiento de la producción de leche, ya que las hembras sometidas a factores estresantes están expuestas a padecer formas más severas de la enfermedad.   Trasmisión   Según la médica veterinaria, la infección ocurre frecuentemente a partir de la introducción de animales asintomáticos al hato y luego toma característica de enzoótica. (Lea: 7 pasos para hacer una correcta toma de sangre en bovinos)   Transmisión natural: De madre a hijo, a través de la barrera placentaria ingresa a la circulación fetal. Igualmente, a través del calostro y la leche de animales infectados, durante la lactancia.   Transmisión por vectores: los insectos picadores (tábanos, garrapatas) y los murciélagos podrían estar involucrados en la transmisión mecánica del virus, por transferencia de sangre infectada de animales portadores a animales sanos.   Transmisión por vía iatrogénica: por el repetido uso de instrumentos veterinarios sin desinfectar entre un animal y otro.   Transmisión horizontal: De animal a animal, a través de la sangre o secreciones.   Diagnóstico   La detección de la LBE puede ser serológica para detectar anticuerpos, mediante la toma de muestras de sangre o de leche (individual o en tanque).   La Técnica de Reacción en cadena de la Polimerasa (PCR) permite detectar el ADN viral, pero debido a su alto costo, es de uso más limitado.   Existen métodos complementarios como el recuento de glóbulos blancos y la fórmula leucocitaria relativa, en la sangre de animales con serología positiva, los cuales son muy útiles para decidir la eliminación de animales, en programas de erradicación. (Lea: Enfermedades reproductivas, un problema con muchas causas)   Los análisis serológicos son técnicas validadas de acuerdo con los protocolos de la OIE, aunque con algunas limitaciones. Sin embargo, la más utilizada es la ELISA, que permite obtener resultados en 24 horas.   Los bovinos son la única especie que se infecta de forma natural, la enfermedad no se propaga con gran rapidez y no existe vacuna para prevenir su presentación. A la fecha no se ha demostrado que el virus causante de la LVB afecte a la especie humana.   Recomendaciones para proteger el hato   Comprar animales sanos: La medida más evidente y eficaz es sin duda la de evitar la introducción de un animal infectado en el predio, por lo cual se aconseja pedir diagnóstico serológico al vendedor.   Cuarentena: Cuando se compren animales procedentes de ganaderías con situación sanitaria desconocida, será imperativo apartarlos y observarlos por 3 meses practicando un control serológico al comienzo y al fin de la misma. Una cuarentena tan larga es difícil de realizar en la práctica, por lo que es preferible no introducir en los hatos sanos más que animales procedentes de ganaderías sin problemas sanitarios.   Materiales quirúrgicos: Se debe usar preferiblemente material desechable, o desinfectar sistemáticamente las agujas, descornadores, bisturís, tatuadores, entre otros, así como el cambio entre cada animal de los guantes de plástico utilizados en las exploraciones rectales. (Galería: Diversas enfermedades afectan al ganado)   Separar animales positivos: El pastoreo conjunto de animales sanos e infectados es un factor de riesgo en las regiones en las que los tábanos o, en menor importancia, los mosquitos, son numerosos; una distancia de unos 50 metros entre el rebaño infectado y el sano limitará estos riesgos de transmisión por artrópodos.   Control periódico: La verificación de la ausencia de infección del rebaño, es deseable.   Pérdidas económicas   Las pérdidas económicas son el resultado del descarte de canales en los mataderos, el de animales a temprana edad o la muerte de individuos con linfoma; igualmente, la barrera de exportación de animales vivos y sus productos (carne, leche, semen y embriones) y el incremento en gastos de medicinas y asistencias del veterinario.   Prevalencia en Colombia   En Colombia la LVB se identificó por primera vez en 1957 a partir de casos clínicos y de necropsia llegados a centros de diagnóstico veterinario.   Diferentes autores han reportado prevalencias en ganado de leche de 24.9 % para la región Andina, 14.4 % para la región Caribe y 15.3 % para el Piedemonte Llanero (Romero et al. 1999).   En el departamento de Córdoba en un estudio de prevalencia hecho sobre 104 fincas de bovinos doble propósito sobre 2909 animales en 1991, se encontró una prevalencia de 1.5 % para LVB (Betancur et al., 2008).   En los municipios de Cereté, San Carlos y Momil, se reportó un 15 % de seroprevalencia con la técnica de ELISA, al igual que un 21 % en animales con trastornos reproductivos (Betancur et al., 2008). (Informe: Enfermedades que afectan al ganado)   En la recopilación de resultados diagnósticos realizada por la Federación Colombiana de Ganaderos entre los años 2005 y 2009, se encontraron resultados de “positividad diagnóstica” del 25 % en un total de 20 mil 910 muestras procesadas en el país.   Fuentes de referencia   * OIE. 2012.  Manual de los Animales Terrestres * CADAVID GUTIERREZ LASCARIO ARTEMO. 2012. IMPACTO DEL VIRUS DE LA LEUCOSIS BOVINA EN LA PRODUCCION DE LECHE. Tesis de Maestría. Universidad Nacional de Colombia sede Palmira, Valle * UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO - UNAM. Enfermedades de los bovinos, Capítulo 4 pp 173-175 * DÍAZ PERNEA TOMAS. 2007. LEUCOSIS BOVINA ENZOÓTICA (LINFOSARCOMA BOVINO). Producir XXI, Bs. As., 15(184):36-38. *Laboratorio Lobos. www.produccion-animal.com.ar * MARIÑO, O.C. 1984. Situación de la investigación en leucosis bovina en Colombia. Acovez 8 (27): 22-26. * ZUNIGA ARCE ISMAEL, POLANIA PARDO VILMA ESPERANZA, FRANCO LIZARAZO OLGA LUCIA. 2011 "Situación en Colombia de enfermedades bovinas no sujetas al control oficial". Ed: Sanmartín Obregón & Cía.  ISBN: 978-958-8498-24-9. 115  págs.