estrés calórico
Foto: CONtexto Ganadero.

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Vacas acaloradas permanecen de pie y pueden sufrir estrés calórico

Por - 12 de Diciembre 2014

Contrario a la creencia general, las reses con una temperatura corporal alta, por encontrarse en zonas calientes, comen menos, producen una menor cantidad de leche y prefieren permanecer de pie y no echadas.


Contrario a la creencia general, las reses con una temperatura corporal alta, por encontrarse en zonas calientes, comen menos, producen una menor cantidad de leche y prefieren permanecer de pie y no echadas.

Así lo señaló un estudio de la Universidad de Arizona en Estados Unidos, en el que se asegura que a los humanos les sucede lo mismo. Los científicos manifestaron que las vacas acaloradas pueden vivir episodios indeseables, sin que se note en ellas decaimiento o gusto por echarse, a lo que se resisten en zonas bajas.

Una de las consecuencias del acaloramiento en las vacas es el estrés calórico, que puede dificultar la capacidad reproductiva y por ende el periodo de lactancia. En ese orden de ideas, una vaca que no se preña en periodo de celo representa un gasto económico para el ganadero ante la escasez del lácteo. (Lea: Piel de bovinos, clave para adaptarse al clima colombiano)

En las zonas bajas de Colombia se contrarrestan las altas temperaturas con la permanencia de agua que hidrate a las reses y la siembra de sistemas arbóreos para crear sombra y proporcionar así viento fresco.

Sin embargo, el estrés calórico en las vacas no está relacionado únicamente con la temperatura. Se suma la humedad, lo que arroja el ITH: Índice Temperatura Humedad, el cual mide y valora ambos factores.

Guillermo Velásquez, médico veterinario e investigador Phd del Centro de Reproducción Integral de Cría de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, en la sede La Libertad, en Villavicencio, señaló queel ambiente climático en el país se ha considerado un elemento importante dentro del sistema bovino, a tal punto que se estudia para mitigar los efectos que pueda generar en la producción y reproducción animal.

El tipo de piel de los bovinos y la raza influyen en su capacidad de adaptabilidad a los climas. Las razas criollas, por ejemplo, afirmó José Antonio Velásquez, director ejecutivo de Asociación Nacional de Criadores de Razas Criollas y Colombianas, Asocriollo, tienen más glándulas sudoríparas y de mayor tamaño distribuidas en el cuerpo, lo que convierte a estos rumiantes en los de más adaptabilidad a los diferentes pisos térmicos del país. (Lea: 7 acciones para evitar el estrés calórico en las vacas)

El ganado cebú también logra adaptarse a los climas del país, mientras que las razas de origen europeo tienen más rentabilidad en zonas templadas y frías.

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