En medio de campaña por el Sí, Gobierno ignora problemas del país

La exagerada cantidad de funcionarios que se encuentra por estos días de licencia para promover el Sí hace que muchas entidades se encuentren a media marcha. Poca atención reciben los ciudadanos sobre temas que no se relacionen con el plebiscito.   Por estos días, Colombia está monotemática. Difícilmente se logra participar en una conversación, reunión, un chat o cualquier otro espacio sin que se termine hablando sobre el plebiscito del próximo 2 de octubre, día en el que se deberá decidir si se apoyan o no los Acuerdos alcanzados con las Farc en La Habana.   El no tener la seguridad del triunfo y ver como el No se ha ido de a poco convirtiendo en una opción importante para los electores hizo que en las entidades estatales se tramitaran por estos días un importante número de licencias, muchas de ellas a funcionarios de altos cargos. (Lea: Santos no les cumple a campesinos, ¿por qué les cumplirá a las Farc?)   Lo más grave de esta situación es la clara improvisación con la que se procedió a la hora de dar vía libre a dicha alternativa. Se le dio permiso a tal cantidad de personas que no son pocas las quejas de la gente.   No son pocas las entidades que tienen detenidos varios procesos importantes, de contratación, de obras, que han suspendido reuniones para concertar proyectos, en las que se ha estancado el desarrollo de iniciativas vitales para la comunidad; todo lo anterior en detrimento del ciudadano de a pie que aunque entiende la importancia de lo que está en juego no concibe que se ignoren otros temas de interés para el país.   Todos los esfuerzos del Ejecutivo parecen estar centrados en lograr obtener la votación que se requiere el domingo 2 de octubre, sin que nadie priorice las otras necesidades que no dan espera en muchos sitios de la geografía nacional.   Muchas personas han expresado su malestar por la cantidad de dinero, recursos físicos y humanos  y tiempo invertidos en todo aquello relacionado con la campaña del Sí en el plebiscito y critican la falta de atención a otros temas igualmente importantes que muchas veces tardan años en recibir atención por parte del Ejecutivo. Algunos incluso no llegan a ser solucionados nunca.   Otra de las preocupaciones que inquietan a los ciudadanos es si luego del 3 de octubre se restablecerá el orden institucional y con ello el normal funcionamiento de las diferentes entidades. Algunos dicen que la labor de vigilancia de los puntos del Acuerdo hará que todo el aparato estatal siga girando alrededor de ese tema. (Lea: No olvide que luego del plebiscito viene la reforma tributaria)   Es cierto también que una vez pase este proceso electoral, el Gobierno debe enfilar sus baterías hacia la reforma tributaria, un proceso que se ha venido aplazando para no afectar el ánimo de la población y evitar incidir en la intención de voto del plebiscito.     Lo cierto es que el tiempo sigue pasando y nadie da respuestas a los problemas diarios: incrementos de insumos y costos de materias primas, quiebra de productores por Tratados de Libre Comercio, falta de eficiencia en la prestación de servicios públicos, acceso al agua, ayudas para enfrentar la crisis por temas climáticos, por solo mencionar algunos.   ¿Tendrá el Gobierno la capacidad de responder con lo acordado con las Farc en caso de ganar el apoyo a los Acuerdos, o pasará con ello lo mismo que con las necesidades de hace mucho tiempo en el país, las cuales no han recibido más que indiferencia por parte de la Administración? (Columna: El SÍ: Un salto al vacío)   Algunos prevén que lo que sigue será sentarse a negociar la paz con el ELN y que en el entretanto se vivirá una segunda parte de este abandono del que ahora son parte, con el agravante de que el Gobierno estará más ocupado cumpliéndoles a las Farc que a quienes han estado siempre en el marco de la legalidad.