Fuerte invierno en La Dorada también afecta al sector ganadero

Tanto el desbordamiento del río Magdalena, que inundó al municipio de Caldas, como el deterioro de las vías principales y secundarias tienen en alerta a los productores.   “Decir que uno no se vio afectado por las aguas, es imposible”. Así se expresó el ganadero Gabriel Fernando Ossa al referirse a la crisis que está viviendo La Dorada debido a la crecida del río Magdalena y que perjudicó a todos los habitantes del municipio   El productor reportó que la principal afectación se dio por cuenta de la creciente de la quebrada Mandinga, que se elevó a unos niveles que no se registraban desde 2012. El agua rompió los gaviones instalados en la ribera y se desbordó sobre su predio.   “(El agua) va erosionando las orillas y tumbando árboles. Otra quebrada Guadales nos tumbó una ceiba milenaria que represó la quebrada, se vino una creciente y acabó con la carretera”, señaló Ossa. (Lea: El país ganadero está azotado por el fuerte invierno)  

Según el ganadero, los corredores que conducen al municipio están deteriorados, incluso la vía secundaria que llega desde Honda. Añadió que hay más de 200 derrumbes de piedras, árboles y tierra.   “A uno le advierten: si viaja por esa carretera, lo hace por su propia responsabilidad. Claro que han estado trabajando, metiendo maquinaria para limpiar los derrumbes, en su mejor esfuerzo. Sin lugar a dudas, este invierno le vale al país millones y millones de pesos”, sostuvo.   Por esta razón, muchos transportadores se abstienen de trasladarse hasta La Dorada, lo que ha dificultado la movilización de ganados, de leche o demás productos agropecuarios. (Lea: Invierno en Caldas afecta producción de leche y estado de vías)   Frente a esta dificultad, Ossa explicó que deben esperar al menos un mes a la llegada del verano, para que la situación se normalice y puedan movilizar el ganado.   Por su parte, Pablo Londoño Aristizábal, presidente de la junta directiva del Comité de Ganaderos de La Dorada, manifestó que el repliegue de las aguas dejó a su paso los pastos cubiertos de barro, por lo cual los animales no están comiendo.   “Los pastos se dañaron porque duraron 10 días bajo el agua. Ahora que bajó el río, quedó un lodazal impresionante”, detalló Londoño Aristizábal. (Lea: Ganadería del Eje Cafetero está en alerta roja por invierno)   A esto se suma que con la llegada del agua también crecen las malezas, como la escoba blanca, que se instala en los predios e implica una mayor inversión en fertilizantes para erradicarla.   El líder gremial solicitó ayudas del Gobierno nacional y departamental para proveer de suplementos bovinos a los ganaderos afectados por el desbordamiento del río, pues en vista de que los pastos se anegaron, no cuentan con alimento para sus semovientes.   De otro lado, Ossa pidió apoyo para el arreglo de las carreteras del municipio, no solamente de la Alcaldía sino también de la Gobernación, aunque reconoció que estos arreglos solo podrán hacerse cuando inicie el verano. (Lea: Sector ganadero también está en alerta por posibles inundaciones)