Replantear financiamiento, Colombia no usa su potencial agropecuario, marchites letal en Llanos Orientales, hoja clorótica en Magdalena, Reglas claras, mezcla a la mitad, Buenas Prácticas Agrícolas, importadores, CONtexto Ganadero, noticias de ganadería colombiana.
Foto: Fedepalma.

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Sistema crediticio debe especializarse, propone Fedepalma

Por - 28 de Mayo 2018


Fedepalma ha planteado la necesidad de buscar que la dispersión que hay actualmente en materia de financiamiento en Colombia, se canalice de manera más eficiente propiciando una banca de primer piso en la que participen todos los actores.   Jens Mesa, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, es un constructor de progreso que tiene claro cuáles son los problemas del sector rural colombiano y plantea las posibles soluciones. Le preocupa la falta de financiamiento de las actividades agrícolas y el alto costo en los casos en los que se obtiene la misma. Propone replantear el esquema actual, crear una banca especializada con costos al nivel de los países europeos cuyos intereses bordean el 1 % anual.   Al dirigente le preocupan algunos problemas fitosanitarios de la producción palmera e informó que será necesario erradicar algunas áreas con problemas para proteger las que no tienen incidencia de enfermedades. Invitó a los cultivadores a estar atentos a la evolución y a aplicar las buenas prácticas agrícolas.   Mesa se refirió asimismo a las dificultades que generan la falta de reglas claras por parte del Gobierno en el tema de la mezcla del biodiesel y dijo que esta debería estar en el 20 % y no en el 10 % que se acaba de autorizar. Denunció que hay 4 firmas que importan directamente combustible diésel y no están mezclando y no entiende porque el Gobierno lo permite.   ¿Qué opina del esquema de financiamiento del sector agropecuario?   Hay que repensar completamente el financiamiento para el sector agropecuario porque es necesario ajustar muchas cosas para mejorar su cobertura, pues hoy en día, los recursos llegan a muy pocos agricultores.   Son pocas las actividades productivas financiadas con crédito y las que se hacen tienen un costo alto. Me parece que es hora de promover un replanteamiento en el tema sobre todo que desde Finagro se mire la totalidad del sector agropecuario y agroindustrial y se vea como se está irrigando el crédito y el financiamiento.   Asimismo se debe analizar a nivel de banca de primer piso cómo está funcionando el Banco Agrario y asimismo, ver la forma que el sector agropecuario tenga un banco moderno con el cubrimiento y la penetración que se requiere.   Hay que buscar que Finagro tenga más recursos porque al aumentar la cobertura los va a requerir. Cuando uno va a Europa y a otros países y ve que las actividades del sector rural las están financiando prácticamente al cero y al 1 % anual, se pregunta, ¿Por qué no podemos conseguir ese financiamiento internacional y entregárselo aquí al agricultor, sin encarecerlo?  (Lea: Tasas de interés de fomento son del 15,5 % anual mientras que en EE.UU. y UE son del 1 %)   Parte del problema es que no tenemos la banca especializada, y por eso, la gente no conoce las operaciones y no tiene una debida evaluación del riesgo, lo cual, se traduce en mayores alzas y costos.   He propuesto en varios escenarios la necesidad de buscar que la dispersión que hay actualmente se canalice de manera más eficiente propiciando una banca de primer piso en la que participen todos los actores. Es importante que los bancos participen en esta figura para prestarles a los agricultores y deberían hacerlo en la proporción que ellos participan en el sistema financiero colombiano, y así, podrían ayudar a que tengamos una gestión moderna, ágil, eficiente.    La idea es que dicha banca de primer nivel llegue con oficinas a muchos centros del país sin estar en una competencia entre ellos que dado el mercado que ahí allí, no se justifica. Me parece que es un tema que vale la pena estudiarlo con detenimiento con el sector financiero de tal manera que ese banco para el sector agropecuario pueda entregar un servicio y un crédito acorde con las necesidades para que se desarrolle y evolucione como debe ser. (Lea: Crear un banco robusto y especializado en sector agropecuario)   ¿Cómo van los problemas fitosanitarios en el sector palmicultor?   Tenemos una situación especial en el Departamento del Magdalena que es la peste de hoja clorótica, donde se han dado episodios preocupantes y que van a requerir la erradicación de un número considerable de palmas para contener la enfermedad y proteger las demás áreas.   También un plan de intervención fuerte en el tema de drenaje para que mejoren las condiciones de los suelos que ahí allí, y prevenir inundaciones que puedan agravar el problema. Además estamos trabajando en intensificar la nutrición del cultivo que es otra forma clara para defender las palmas.   Estos planes los trabajamos con mucho detalle. Hemos contado con el concurso de la Agencia de Desarrollo Rural, de Compamar, la Gobernación del Magdalena, el Ministerio de Agricultura, el ICA, y todo ha sido liderado por Cenipalma y Fedepalma a través de los núcleos palmeros de la región.   En la zona de los Llanos Orientales tenemos otro problema de hace muchos años que es la marchites letal. Hay unos episodios en los municipios de San Carlos de Guaroa, Castilla y otros, que obliga a que los productores intensifiquen sus cuidados, erradiquen las palmas que muestren la sintomatología, y al mismo tiempo, apliquen las Buenas Prácticas Agrícolas porque es el mejor camino para enfrentar dichos problemas sanitarios. (Lea: La palma y su procesamiento hicieron florecer a Mapiripán)   ¿Esto cómo impacta las perspectivas que tienen para el aumento de la productividad?   Todo lo sanitario se traduce en impactos sobre la producción y la productividad. Pero todavía no se puede decir que lo hay. Esto primero se nota en los ciclos de algunas empresas, en algunos núcleos palmeros de los departamentos y luego se refleja en las cifras nacionales. Es de resaltar que en el 2017 tuvimos un desempeño en la producción de aceite de palma muy importante. Registramos 1 millón 730 mil toneladas que significó un crecimiento del 42 % con respecto al 2016 y eso se atribuye a la recuperación de ese verano que hubo hace 3 o 4 años que golpeó las zonas de la costa norte y que ya empezaron a recuperarse.   Para el 2018 teníamos unos pronósticos moderados del 6 % pero observamos que en lo corrido del año la producción podría comportarse como lo hizo en 2017, por lo tanto, debemos esperar un poco más para modificarlos o conservarlos en ese nivel. (Lea: Sector palmero superará 2 millones de toneladas de aceite en 2018)   La mezcla con el biodiesel aumentó hace poco, ¿cuál es la perspectiva con respecto a este tema?   Finalmente después de mucha brega, se logró que Bogotá y su zona de influencia, consolidara la mezcla al 10 % que es en lo que está todo el país, excepto la gran minería del carbono. Ahí hay unas 4 firmas que importan directamente combustible diésel y no están mezclando. No sabemos por qué el Gobierno permite que eso suceda, dado que la mezcla con el biocombustible y en este caso con el biodiesel de palma, mejoraría ostensiblemente la huella de carbono para esas empresas. Al tema no le han dado la prioridad que debería, especialmente también por las consideraciones ambientales.   Actualmente en el programa, estamos a la mitad del camino que se trazó el país, alcanzar a mediano plazo una mezcla del 20 %. Las palmas para producir el aceite necesario para la mezcla  se sembraron y ya están produciendo. Y las plantas industriales para producir el biodiesel prácticamente también, ya tenemos esa capacidad instalada, y está allí ociosa. Entonces uno no entiende que el país no avance, y eso, desincentiva los sectores productivos, porque las señales que envían, no se cumplen, no se dan como se presentan. Esa falta de claridad y de estabilidad en las reglas de juego, desincentiva a creer en lo que se anuncia. (Lea: Positivo el incremento de mezcla de biodiésel de palma a 10 %: Fedepalma)   Tenemos un proyecto y un programa de biocombustibles que considero de talla mundial, que ha sido ejemplo para muchos, que tiene enormes externalidades ambientales y sociales, además, de las energéticas y económicas.   Eso es lo que hace que Colombia teniendo todas las posibilidades que tiene en el campo colombiano, avanza muy lento. Es importante, no perder de vista que Colombia es una de las despensas que tiene el mundo para abastecerse de alimentos. Tenemos una frontera agropecuaria de más de 40 millones de hectáreas y solo cultivamos 7 u 8 millones. Eso no alcanza a ser el 20 % de la tierra disponible. ¿Por qué Colombia no aprovecha ese otro 80 % de su potencial?   En el país no hay condiciones suficientes para atraer la inversión productiva, incluso lo que ya hemos desarrollado está acompañado de escenarios difíciles en los temas de falta de infraestructura, de reglas de juego sobre la tenencia y propiedad de la tierra, reglas de juego en lo tributario para los que queremos montar empresa en Colombia. Es complicado avanzar cuando no hay una decisión de país, de rodear al inversionista, al productor, al empresario para que siga adelante generando empleo, riqueza y desarrollo.   El gremio impulsa la sostenibilidad alrededor de la producción de palma, ¿cómo desarrolla este concepto?   Desarrollamos el tema de la gerencia para avanzar en la competitividad y sostenibilidad de la industria. El manejo integral en lo económico, ambiental y social, que son los pilares de la sostenibilidad. Es la manera de diferenciarnos de otros países. Dado que Colombia ya exporta la mitad de su producción, la sostenibilidad se vuelve una carta de presentación en los mercados para seguir penetrando y abriendo campo en los mismos. (Lea: Hay que tener una visión empresarial del desarrollo rural de Urabá, señala Jens Mesa)

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