Paro agrario Colombia
Foto: AFP.

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Para Unaga, así fueron los pecados del Gobierno durante el paro

Por - 10 de Septiembre 2013

Ricardo Sánchez Rondón, presidente de la Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas de Colombia, le da a conocer al recién nombrado ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, una serie de aspectos que llevaron al apro agrario a extremos insospechados.


Ricardo Sánchez Rondón, presidente de la Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas de Colombia, le da a conocer al recién nombrado ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, una serie de aspectos que llevaron al apro agrario a extremos insospechados.

El pasado 9 de septiembre Ricardo Sánchez Rondón, presidente de la Unión Nacional de Asociaciones Ganaderas de Colombia, le hizo un llamado al Gobierno Nacional, en especial al recién nombrado ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, para que tuviera en cuenta, según el líder gremial, los que fueron los 10 pecados cometidos por la administración de Juan Manuel Santos durante el paro agrario, que inició el pasado 19 de agosto.

1. Desconocimiento de la realidad del campo

De acuerdo con Sánchez Rondón “Unaga ha sido un juicioso proponente de medidas de orden estructural, en el entendido que solo la modernización y la reconversión son el único camino a fortalecer nuestro sector”. El gremio ha expuesto las dolencias, los riesgos y peligros de dicha situación, pero persiste la ignorancia frente a las necesidades del campo. (Lea: Conozca los ejes del proyecto para la reconversión del sector lácteo)

2. El Gobierno ha sido rehén de la frivolidad

A través de varios entes como el Congreso de la República, los Ministerios y hasta a la Presidencia se ha dado a conocer “la realidad ignorada, frente a la cual el Gobierno Nacional es rehén de la frivolidad estando siempre detrás de la promesa y nunca de frente a las causas, escondiéndose detrás del cómodo cobijo de la actitud indiferente”.

3. El Gobierno se concentra en lo complementario y no en lo estratégico

Temas como la línea de pobreza de la población rural, la falta de infraestructura, la tasa de cambio, las condiciones sanitarias y fitosanitarias, los TLC, las asimetrías entre transformadores y ganaderos, la estructura de costos, entre otros “se han estudiado y se han presentado alternativas estructurales de solución. Sin embargo, un gobierno concentrado en lo complementario y no en lo estratégico, no atiende el estudio juicioso”, asegura el presidente de Unaga. (Lea: ¿Y la pobreza rural…?)

4. Creer que la única solución es la restitución de tierras

Según el líder gremial, durante la Administración nacional se ha creído que con esta salida la situación del agro se podrá mitigar. “Un Gobierno concentrado solo en la restitución de tierras se olvida que el crecimiento del sector se da prioritariamente con el incremento de productividad, por encima de la incorporación de nuevas áreas”.

5. Creer con fe ciega en los tratados de libre comercio

Para Ricardo Sánchez Rondón “un equipo de Gobierno que esté ligado a cumplir con mitos de libre comercio sin la implementación de medidas de seguridad alimentaria y que no quiere entender que un libertinaje comercial y cambiario, que pone los precios de los bienes de mayor demanda por encima de los internacionales, es una afrenta a la modernidad, al empleo y a la armonización social”. (Lea: Comienza el TLC con la UE, ¿será la quiebra ganadera?)

6. No corregir las inequidades

El presidente de Unaga sostiene que el hecho del que el Gobierno Nacional no hubiese atendido las estrategias de productividad y reconversión, que buscaban mejorar el campo se diera el paro nacional que inició el pasado 19 de agosto. “El paro agrario ratifica lo siempre dicho por el gremio: debemos retomar la senda del fomento a la producción regional, sostenible, equitativa y competitiva y esto demanda subsidios fructíferos en bienes públicos, que además de incidir en la productividad, corrijan las inequidades”.

7. Politizar el sector

Sánchez agrega que “las realidades locales obligan a una aplicación específica de los instrumentos de la política sectorial, de manera concertada con los órganos públicos y privados, pero por sobre todo despolitizando el sector”, con respecto a no sólo a la falta de reglamentos que protejan al sector, sino también con el fin de evitar que partidos políticos reglamenten el funcionamiento del campo. (Lea: El país rural pide a gritos políticas agropecuarias de fondo, ¿llegarán?)

8. No atender las necesidades de los pequeños productores

Producto de las importaciones de leche en polvo, en las juntas del Fondo de Estabilización de Precios, FEP, y en la del Fondo Nacional del Ganado, FNG, se propuso en varias ocasiones la compra de la leche que se producía en las pequeñas y medianas fincas, “pero siempre se encontró la talanquera de un Instituto Colombiano de Bienestar Familiar que frustraba la posibilidad de desarrollarse con posiciones urbanistas y caprichos de entorpecimiento sin un Gobierno con posiciones vehementes frente a la urgente necesidad”.

9. Reducir el presupuesto

Con respecto a la reducción del 31% del presupuesto para el sector agropecuario para el 2014 se han dado a conocer varias opiniones, según Unaga, “hemos tenido un Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural deambulando solitario y afrontando tristes intenciones de reducción presupuestal frente a un sector que necesita de un trabajo interministerial”, razón por la cual, el gremio pide el aumento del monto y más cuidado con el manejo del campo. (Lea: “Presupuesto asignado al agro para 2014 es pobre”: Maritza Martínez)

10. Ser rehén de la indiferencia

El gremio finaliza este listado al decir que el sector político debe responsabilizarse por la indiferencia que ha asumido en torno a la falta de reglas para proteger al sector, pues sin ellas el ingreso de productos desmedidos continuará afectando la producción.

“La política no puede sostenerse mediante visiones apáticas que se desprenden de toda responsabilidad. Los costos de la indiferencia  provocan discontinuidad e inestabilidad demostrando la gran capacidad para impedir cambios y reformas, costos que pagan la mayoría por omisiones de una minoría que no tiene la visión constructiva de la economía del campo”.