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Foto: lanacion.com.ar

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Qué es el acodo y cómo ayuda a multiplicar las plantas

Por - 01 de Marzo 2023

Los meses más fríos son ideales para propagar arbustos con un método relativamente simple, seguro y que brindará muchas satisfacciones.


Los meses más fríos son ideales para propagar arbustos con un método relativamente simple, seguro y que brindará muchas satisfacciones.

El acodado es una técnica de propagación de plantas que consiste en formar nuevos ejemplares a partir de una rama de la planta donante, sin ser separada. Se le hacen brotar raíces y, una vez producidas, recién entonces se la separa. Es decir, el tallo ya enraizado se corta de la planta madre para convertirse en una nueva planta que crece sobre su propio sistema radical.

A diferencia de otras formas de propagación, el acodado puede realizarse en pleno invierno. Las plantas obtenidas alcanzan un mayor tamaño en menos tiempo que por otros métodos, y no se requiere de hacer controles ambientales. Además, a muchas plantas dificultosas de propagar por otros métodos podemos reproducirlas por acodado, como por ejemplo: Acer palmatum ‘Dissectum’, Photinia fraseri, Pittosporum ‘Maggi’, Actinidia deliciosa, olea texana, Buddleja davidii, Ceanothus griseus, Weigela sp

A continuación, conozca los tipos de acodado existentes.

Aéreo

Esta técnica consiste en hacer que un tallo o rama desarrolle raíces al crear condiciones artificiales de oscuridad, humedad y aireación en una parte del tallo seleccionada para tal fin. De este modo las raíces se forman en la parte aérea de la planta. Luego de extraer un anillo de corteza en la parte del tallo en que queremos que emerjan las raíces, se aplica en la herida talco enraizante y se cubre con sustrato aireado y con alta retención hídrica (musgo sphagnum o turba humedecida).

Luego se envuelve con polietileno transparente y se vuelve a envolver con polietileno negro. Se sujeta en ambos extremos con hilo o rafia. Para saber si está en condiciones de ser removido de la planta madre, es decir si ya se formó el sistema radical, podemos observar retirando el polietileno negro. Se propagan por este método numerosas especies leñosas, como las de los géneros Acer, Olea, Citrus, Ficus, Abelia, Jasminum, Dieffenbachia, Camellia, Cannabis, Prunus, Rhododendron, Eugenia y también Guettarda uruguensis.

Simple

Se realiza doblando una rama hasta el suelo y cubriéndola parcialmente con tierra suelta o medio para enraizado, pero dejando descubierto el extremo terminal: la punta de la rama se curva estrechamente y se enderezan los últimos 15 a 30 cm. Esta rama debe ser flexible, de un año de edad. Puede hacerse un corte en la zona inferior del codo para estimular la formación de raíces. Se sujeta el codo con alambre o una estaca de madera para mantenerlo en su lugar. Las ramas estarán enraizadas en primavera. Numerosos arbustos pueden acodarse de esta manera, como por ejemplo todos los Rhododendron, Eleagnus, rosas trepadoras, coronas de novia, Spiraea arguta, Ceanothus sp., Andromeda polifolia.

De punta o terminal

El enraizado tiene lugar en la punta de la rama, la cual se dobla y se entierra en el suelo. Al colocar así la punta, se vuelve “telescópica”: desarrolla raíces rápidamente y emite un brote vertical vigoroso en la primavera. Finalmente, a fines de la primavera las plantas así acodadas estarán listas para retirarse de la planta donante.

Compuesto o serpentina

Este método es muy similar al acodo simple, excepto que la rama a acodar queda cubierta y descubierta a lo largo de su extensión. Generalmente la rama se lesiona o anilla en su parte inferior y se cubre en la misma forma que en el acodado simple. En cada una de las secciones enterradas se forman raíces; la rama se corta en secciones y cada sección es una nueva planta. Se utiliza en wisteria, clematis, jazmín azórico y potus, entre otras.

Montículo, banquillo o cepada

Para hacer este tipo de acodado se corta la planta madre a nivel del suelo (2,5 cm), en el invierno. En la primavera se observará el crecimiento de brotes y cuando lleguen a 10-12 cm, se les aporca tierra hasta la mitad. La formación de raíces dependerá de la provisión continua de humedad, buena aireación y temperaturas moderadas en la zona de enraizamiento. Los brotes emergidos se cortan en la base, dejando a la planta madre en condiciones para una nueva producción de vástagos. Se utiliza en la propagación de frutales de jardín, como: manzano, grosellero, membrillero, uva crespa, olivo y avellano.

Fuente: Carlos Luis Boschi – La Nación.

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