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Carne: cuánto cuesta en el resto del mundo

26 de Septiembre 2016

Tras la devaluación, un kilo de carne en la Argentina es más caro que en otros países de la región, pero más barato que en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, medido en poder adquisitivo de los salarios locales, la relación se invierte.   Por Paula Martínez   Dentro de la dieta de los argentinos, la carne vacuna tiene un lugar preponderante. Por eso, las variaciones de precio generan grandes polémicas y cualquier suba brusca provoca enojo en los consumidores.    Argentina es un país particular en este aspecto por sus hábitos de consumo; pero, aunque la situación no sea exactamente igual en otros lugares, es válida una comparación internacional.    No solo entre los precios en dólares, en valores absolutos, sino en términos de poder de compra y relación con otros bienes, como la nafta. (Lea: Conozca el precio que usted debería pagar por cada corte de carne)   Luego de la devaluación, los precios de la carne en Argentina se dispararon. En el último año, según el relevamiento que realiza todos los meses La Voz del Interior, subieron más de un 50 por ciento. Y el mayor incremento se produjo hacia fin del año pasado.    ¿Cómo quedó la carne en el mostrador en la comparación internacional? La devaluación llevó a los precios locales a situarse por encima de otros países de Latinoamérica, pero siguen siendo más baratos que en Estados Unidos o Europa. Los datos surgen del sitio Precios Mundi, que releva diversos precios de todo el mundo. Según los últimos datos de febrero, la carne más barata en dólares se conseguía en Brasil (6,53) y México (6,72), un 25 por ciento menos que los 8,9 dólares promedio de Argentina.    En Uruguay, los precios promedian los siete dólares y en Chile, superan los 8,30 dólares. Uno de los temas que hay que considerar para el encarecimiento relativo del mercado local es que en el resto de los países latinoamericanos hubo una importante devaluación de las monedas locales, que abaratan sus precios internos en dólares.    Por otra parte, hay que tener en cuenta diferencias en cuanto a producción y consumo. En Uruguay, por ejemplo, el asado está subsidiado (cuesta unos cuatro dólares) mientras que el lomo está a precios internacionales.    “Es un modelo muy diferente al local ya que ellos tienen poca población, con lo cual, con la exportación pueden subsidiar cortes para el mercado interno”, explica Miguel Jairala, asesor económico del Instituto de Promoción de Carne Vacuna (IPCVA).   “En Argentina no se podría aplicar porque aquí el 90 por ciento se consume internamente y lo que se vende al exterior no alcanzaría para subsidiar al consumidor”, agrega. Y es de esperar que esta relación no se modifique en el corto o mediano plazo, subraya el especialista.   Poder adquisitivo   Si la comparación se realiza en términos de poder de compra, las relaciones cambian. En Argentina, un salario promedio (1.040 dólares en febrero) permite comprar unos 117 kilos de carne de ternera. Es mucho más que en el resto de la región, pero menos que en las naciones desarrolladas.   En Brasil, Uruguay y México, pese a los precios bajos en dólares, la carne es más cara para sus habitantes que para los argentinos. Con un salario promedio pueden comprar entre 78 y 87 kilos de carne.  (Lea: Cuando comprar carne se convierte en todo un arte)   En Chile, un país que importa carne vacuna, los precios son más altos, pero también lo son los salarios, con lo cual el poder adquisitivo medido en términos cárnicos sube, aunque sigue debajo de Argentina.   Si un argentino viaja a Estados Unidos o Europa encontrará que comer un bife es carísimo. “No son comparables porque son lugares con un poder adquisitivo mucho más alto”, advierte Jairala.   Así, mientras el precio en dólares de la carne es, al menos, un tercio más cara en España o Estados Unidos, con un sueldo promedio de esos países es posible consumir una mayor cantidad (casi el doble en el mercado estadounidense).   Texto original tomado del siguiente enlace