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Cómo hacer que la ganadería sea amiga de selvas y bosques

19 de Febrero 2018

La ganadería extensiva ha sido el mayor enemigo histórico de bosques y selvas en Jalisco y México, pero si migra de los sistemas convencionales a los agropastoriles, es posible no sólo conservar la frontera forestal, sino una parte elevada de la biodiversidad, además de potenciar la captura de carbono a niveles cercanos a los del bosque mismo.   Parte de los trabajos conjuntos que realizan las secretarías de Desarrollo Rural y de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Seder y Semadet), alineadas a la Iniciativa de Reducción de Emisiones (IRE), es un trabajo a nivel territorial para que se detonen negocios silvopastoriles que dejen de afectar la cobertura silvestre, e incluso, sean un modelo de recuperación de viejas fronteras: el paisaje de los agostaderos se puede transformar en plazos medianos, cinco años, para recuperar arbolado (especies forrajeras), mejorar el microclima indispensable para que el ganado sea más productivo, recargar agua, atraer la biodiversidad con todos sus componentes benéficos como el control de plagas y enfermedades, y generar bancos de carbono que en la dinámica de la economía del cambio climático, significa oportunidades de negocios para sus propietarios.   El director general de CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza), Muhammad Ibrahim, estuvo en México recientemente para firmar un convenio para ejecutar, con otras instancias especializadas de la región, el proyecto “Biodiversidad y paisajes ganaderos agrosilvopastoriles sostenibles" (BioPaSOS), justo bajo esa premisa de que es posible producir más, con sostenibilidad económica y ambiental, y por ende, a largo plazo, con un manejo silvopastoril.   Estas experiencias ya se aplican en algunas fincas de la región costera de Jalisco, la segunda del país que ha padecido mayor deforestación en tres décadas.   ¿Cómo se puede lograr? Primero, con la integración de la ganadería y los cultivos a un mismo ciclo, lo que significa el manejo del predio para rotar áreas de agricultura y de pastos. En las sabanas de suelos ácidos colombianos, esa estrategia ha llevado a ganancias de peso vivo de animales de 110 kilogramos en pasturas degradadas a más de mil kg con pastura resultante de tres años de rotación con maíz y soya. El esquema se amplía si se considera el valor del retorno del bosque. El árbol y su sombra son fundamentales para lograr mejores pasturas, pero además, para proteger a los bovinos de las inclemencias climáticos en períodos de alta temperatura y sequedad. Para ello, se establecen cercas vivas simples, es decir, de una sola especie, o bien, “multiestrato”, que implica desde las herbáceas y los matorrales hasta los árboles.   Las experiencias de CATIE en países como Colombia, Nicaragua, Brasil, es la integración de altas coberturas arbóreas en las fincas, lo cual no solamente reduce la erosión (el papel funcional de los cercos), sino que proveen sombra, forraje y madera, además de ser hábitat para especies silvestres, sobre todo, aves, que son eficaces controladores de plagas agrícolas.   El efecto no solo es positivo para el ganado, sino que diversifica las fuentes de ingreso con los nuevos servicios ambientales incorporados al potrero. Fincas silvopastoriles del Pacífico de Costa Rica son emblemáticas en producción de madera: de quince a 22 metros cúbicos de madera por año, según el tamaño del predio. El CATIE tiene identificadas hasta 90 especies que tienen algunas o todas estas ventajas, y pertenecen al ámbito de la América Tropical: o dan forraje con altos valores proteínicos para los meses en que los pastos están agotados, o aportan madera y agua, dado que algunas de estas, como el grupo de las acacias, son especialistas en buscar el agua con sus raíces profundas.   Esto es, señala Muhammad Ibrahim, “prácticas silvopastoriles climáticas inteligentes”, pues preparan a la finca para sequías prolongadas al conservar el agua en el sitio. De este modo, se pasa de los meses de exceso de alimento por precipitaciones de agua, a meses en que no caen lluvias, pero se tienen una serie de valores nutricionales conservados dentro del potrero, y un mosaico de paisaje donde los árboles cumplen otras funciones esenciales: reducir, bajo copa, entre 3 y 7 grados la temperatura, lo que en ocasiones es la frontera entre la vida y la muerte del ganado.   Un monitoreo que se realizó en fincas en las que las condiciones son, la primera, de monocultivo y sin árboles, y la otra, agropastoril, con vacas jersey, arrojó que en el primer rancho producían 11.37 kg por día/ vaca de leche, contra 12.48 kg de la finca protegida.   El cambio climático ocasionará que este estrés estacional sea mayor. Se esperan temperaturas promedio al alza de entre 2 y cinco grados (son establecimientos en zonas cálidas tropicales) y esto obliga a seleccionar variedades de pasto resistentes, así como mejorar la selección de árboles y, evidentemente, el manejo del agua. Los pastos mantienen su calidad si tienen en el suelo la presencia de carbono adecuada para incorporar nutrientes. Esto también lleva a profundizar en investigaciones sobre cruzas genéticas de razas bovinas que se adapten mejor a los cambios sin decrecer su producción.   Otros indicadores a emplear para determinar el buen manejo de un rancho agrosilvopastoril, es el mantenimiento de la diversidad biológica, sobre todo de aves y mariposas. La realidad es que sin árboles en medio del potrero, es inviable lograrlo.   Al sostenerse una finca de esas características, el propietario, ejido o comunidad, podrá también acceder a pagos por servicios ambientales, los cuales, bien direccionados, son el mejor incentivo para la sostenibilidad en el manejo del territorio, concluye el experto de la entidad costarricense.

5 Principios básicos   1 sistema de manejo integrado de bovinos

2 manejo sostenible de pasturas

3 bienestar animal

4 reducción de huella de carbono

5 requisitos ambientales adicionales para los ranchos ganaderos

CLAVES 2

La evolución de una finca en Quindío, Colombia

1 cultivos anuales y pastos sin o con pocos árboles

2 cultivos semiperennes

3 bancos forrajeros y sistemas silvopastoriles intensivos

4 pasto con baja densidad de árboles

5 pasto con alta densidad de árboles

6 plantaciones forestales y bosque   Fuente: milenio.com