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Ganadería Colombiana y Cambio Climático

Por Carlos Germán Osorio Neira - 18 de Febrero 2020

Nuestra carne y leche, antes que ser parte del problema del Cambio Climático, contribuyen a solucionarlo, porque Colombia cuenta con SSP. Un diferenciador muy importante en el mercado internacional.

El Efecto Invernadero se genera a partir de la radiación solar que incide sobre la atmósfera, penetrando casi la mitad. Esta porción calienta el suelo y el océano, los cuales liberan calor, parte del cual es atrapado por los Gases de Efecto Invernadero-GEI.

En los últimos 7.000 años el contenido de GEI en la atmósfera permaneció relativamente estable, pero nuestra forma de vida ha ocasionado que actualmente las emisiones sean mayores que la capacidad de captura, generando acumulación de gases y Cambio Climático-CC.

Está comprobado que la producción bovina genera emisiones de metano (CH4), óxido nitroso (N2O) y dióxido de carbono (CO2), que son GEI y en conjunto representan alrededor de un 10% del total de las emisiones antropogénicas (originadas en actividades humanas) a nivel mundial.

En los sistemas con base en pastoreo, el metano, con un potencial de calentamiento entre 28 y 34 veces mayor que el CO2, constituye la mayor fuente de GEI, la mayoría proveniente de la fermentación ruminal (cuando los microorganismos digieren los nutrientes que consume el animal); una menor proporción se origina en la deposición de boñiga en los potreros.

El óxido nitroso (N2O) tiene un potencial de calentamiento global 296 veces mayor que el CO2 y a nivel ganadero se produce principalmente a partir de la orina de los animales y de la fertilización nitrogenada.

Las fuentes de emisión de CO2 están relacionadas con la deforestación (cuando se talan o queman bosques para hacer potreros), quema de combustible fósil (a través de la maquinaria utilizada), respiración de las plantas y descomposición de la materia orgánica en los potreros. La erosión constituye otra causa de pérdida de carbono orgánico del suelo.

La ganadería en pastoreo no sólo emite GEI, también captura CO2, especialmente a través de la fotosíntesis que realizan los pastos y demás plantas que hay en los potreros, durante su etapa de crecimiento.

Una vez el ganado pastorea un potrero, quedan sobre el suelo boñiga y material vegetal no consumido; al mismo tiempo mueren algunas de las raíces que se formaron durante la fase de crecimiento. La descomposición de este material contribuye a la formación de nueva materia orgánica del suelo, que a su vez constituye el mayor depósito de carbono en los sistemas ganaderos.

Según la FAO, los pastizales y prados permanentes cubren alrededor de 3.300 millones de hectáreas en el planeta. Se estima que estas áreas contienen 343 mil toneladas de carbono, casi un 50% más del almacenado en el suelo de los bosques.

El depósito de carbono en los suelos ganaderos hasta ahora no se ha incluido en los reportes de cada país, pero existe suficiente evidencia respecto a que cuando se incorporan sistemas silvopastoriles-SSP, o se manejan bien los potreros, acorde con las condiciones climáticas y de suelo, la ganadería deja de ser emisora de GEI y se comporta más como un sumidero.

El año pasado la FAO publicó guías para medir las existencias de carbono del suelo y sus variaciones, en sistemas ganaderos de pastoreo. Producto de lo anterior, ya se cuenta con una metodología unificada para medir la captura; se requiere comenzar a usarla, para incluir este aspecto en la contabilidad de cada país.

Lo anterior constituye una noticia positiva para nosotros; en la medida que tengamos cifras, podremos evidenciar cuál es la situación de la carne y leche colombianas y en esta forma demostrar que nuestros productos, especialmente cuando se cuenta con SSP, antes que ser parte del problema del CC, contribuyen a solucionarlo. Un diferenciador muy importante en el mercado internacional. (Lea: El negocio ganadero cambió)