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Los ciclos ganaderos de Colombia en la segunda mitad del siglo XX hasta 2015

Por - 26 de Abril 2021


Con base en tres investigaciones, una que cubre el periodo 1950-2001, la segunda, el periodo 1954-1994 y la tercera, 1960-2015, revisaremos cómo han sido los ciclos ganaderos de nuestro país a lo largo de estos 65 años para tratar de elucidar cómo se ha comportado la actividad actualmente.

El primer trabajo se titula “Los ciclos ganaderos en Colombia, 1950-2001” y fue elaborado por el economista Gerson Javier Pérez dentro de la serie Documentos de Trabajo Sobre Economía Regional, publicación del Banco de la República – Sucursal Cartagena.

En su estudio, el autor comenzó destacando que la ganadería es una de las actividades más importantes en Colombia, por sus aportes directos a la economía, a través de la generación de empleo y utilidades al sector rural, y sus aportes indirectos a través de la producción industrial.

“(Durante las décadas de los 50 y 60), el gasto real total en carne de res representó cerca del 70 % del gasto total en carnes, al mismo tiempo que el consumo per cápita fue de cerca de 18 kilogramos”, anotó. (Informe: Así funcionan los ciclos productivos de las ganaderías)

A partir de los años 70, la participación de la carne de res en el gasto se redujo hasta representar cerca del 40 % a finales de los 90, mientras que el consumo per cápita no presentó mayores variaciones durante cincuenta años. Para el 2001, el consumo per cápita se redujo a 16 kg.

La principal razón por la cual se produjo esta disminución fue el posicionamiento de la carne de pollo en la dieta de los colombianos, por el mejoramiento de la productividad y competitividad del sector avícola, que condujo a que la carne de pollo sea menos costosa que la de res.

El autor indicó que, desde hace algunas décadas, se han elaborado estudios del sector con la construcción de las principales variables de análisis, estudios detallados a nivel de la microeconomía ganadera, descripción de las ferias de ganado y análisis de los ciclos ganaderos.

Sobre estos últimos, destacó el modelo desarrollado por Luis Lorente en 1990, que describe el comportamiento de la población ganadera para explicar la dinámica de los inventarios en cada momento del tiempo a través de los nacimientos, muertes naturales y extracción histórica.

“El autor tuvo en cuenta las condiciones biológicas de los animales y los cambios en los sistemas de producción”, así como también “parte de la estimación de la tasa de natalidad y mortalidad, además de los inventarios por edad y sexo”, describió el funcionario del Banco de la República.

A comienzos de la década de los 80, la Federación Antioqueña de Ganaderos (Fadegan) publicó un trabajo sobre los ciclos ganaderos en Colombia, en donde se describe el comportamiento del sector, la importancia de la Feria de Ganados de Medellín y la duración media del ciclo.

Una década más tarde, Balcazar y otros (1990) elaboraron un estudio bastante detallado sobre el sistema de producción bovina en Colombia, dentro de los que se encuentran el extractivo, pastoreo extensivo tradicional y mejorado y el de confinamiento, entre otros.

A nivel internacional, Sherwin Rosen, en un artículo publicado en el American Journal of Agricultural Economics en 1987, examinó a través de un modelo dinámico el efecto de sustitución intertemporal en el manejo óptimo de la población ganadera.

“Los resultados indican que este efecto explica sólo una parte del comportamiento cíclico de las series ganaderas, planteando además la necesidad de tener en cuenta la evolución de la edad y sexo como factores determinantes de la formación del ciclo ganadero”, aclaró Pérez.

Con base en estos trabajos y datos proporcionados por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), el principal objetivo del estudio de Pérez fue analizar el comportamiento del ciclo ganadero en nuestro país, para realizar proyecciones confiables de sus principales variables.

Los ciclos analizados entre 1950 y 2001

Según Pérez, la formación del ciclo ganadero se ve afectada no solo por las decisiones económicas de los productores e intermediarios, sino además por las características biológicas de los animales. (Blog: Consejos para quien se inicia en la ceba de ganado)

El ciclo comienza desde el momento de la gestación, a partir del cual inicia la generación de expectativas de la rentabilidad futura por el nacimiento de un nuevo animal. De igual forma, inciden factores como el sexo y la tecnología disponible para la crianza y el levante del animal.

El ganadero toma la decisión de criar un animal incentivado por los precios actuales de los animales destetados, esperando que el precio futuro de venta del animal sea igual o superior a los precios actuales”, para lo cual dedicará un mayor número de hembras para la crianza.

Esto lleva a que en el futuro se aumente la oferta de ganado cebado, presionando los precios a la baja, lo que hace que se reduzcan los incentivos para la cría. Con sus utilidades reducidas, el ganadero opta por vender hembras para sacrificio, en el proceso conocido como liquidación.

Este proceso de formación del ciclo ganadero deja ver claramente que las hembras juegan un papel preponderante. Cuando la situación actual de mercado muestra una baja oferta y precios altos, los ganaderos ven una gran oportunidad de invertir en el ganado como bien de capital.

En un gráfico que muestra la relación entre el sacrificio total y el sacrificio de hembras, con datos del antiguo Centro de Estudios Ganaderos y Agrícolas del Banco Ganadero (CEGA), cómo la curva de beneficio de estas aumenta o disminuye con el mismo comportamiento del degüello total.

“Es posible observar el marcado comportamiento cíclico de las dos variables durante todo el período, en donde se pueden ver claramente seis ciclos completos”, resaltó Pérez. (Crónica: Conozca los orígenes de la ganadería en 3 países de Latinoamérica)

El primer ciclo comprende el periodo 1957-1964; el segundo, de 1964-1971, el tercero entre 1971-1976, el cuarto entre 1976-1981, el quinto entre 1981-1985 y el sexto entre 1985-1990. Por ende, el promedio la duración de los ciclos ganaderos es alrededor de cinco años.

Los precios presentan también un comportamiento cíclico a lo largo del tiempo y justamente contrario al comportamiento del sacrificio. En el momento en el que el sacrificio es mayor, lo que equivale a una mayor oferta en el mercado, los precios llegan a sus más bajos niveles.

Lo contrario ocurre para los niveles bajos de sacrificio (menor oferta en el mercado). Como apuntó Pérez, es posible notar la importancia del sacrificio de las hembras sobre el sacrificio total, no solo en cuanto a su coincidencia en los periodos sino además en la duración del ciclo.

El análisis entre 1954 y 1994

En un documento fechado el 6 de mayo de 1996 y presentado al Departamento Nacional de Planeación, Carlos Felipe Jaramillo y Édgar Jaramillo de Fedesarrollo obtuvieron las siguientes conclusiones de la caracterización del ciclo ganadero en Colombia:

Además de confirmar la existencia del ciclo por las condiciones del hato y las decisiones económicas del ganado, con cifras desde 1954 hasta 1994, se comprobó que la elasticidad precio del sacrificio es negativa en el corto plazo y positiva en el mediano plazo.

Coincidiendo con Pérez, señalaron que los ciclos en esas 4 décadas han oscilado entre 4 y 7 años, aunque no hicieron un promedio sino que argumentaron que son irregulares, por el efecto de los choques de las variables exógenas sobre la dinámica de la oferta, la población y los precios.

“Los choques temporales en una de las variables exógenas generan cambios en el corto y largo plazo que perturban significativamente el desempeño tanto los precios como la oferta y la población ganadera”, destacaron los autores de este texto. 

No obstante, una de sus mayores revelaciones es que no encontraron evidencia de la presencia de comportamientos caóticos en el ciclo ganadero de oferta y precios. Por ende, la actividad no parece generar endógenamente inestabilidad en precios y oferta en el período bajo análisis.

Los ciclos estudiados de 1960 a 2015

Por otro lado, José Luis López analizó el ciclo ganadero en esos 55 años, señalando que este posee características definitivas que lo diferencian al comportamiento de otros productos agrícolas. En su trabajo, se puso como objetivo calcular la amplitud y longitud del ciclo.

Esto lo hizo para examinar “la relación del ciclo con los precios de la carne bovina y vulnerabilidad o no ante choques externos, dentro del contexto de la industria de carnes nacional”, y establecer los factores que afectan los precios y cómo es su incidencia.

La hipótesis que planteó fue que en el periodo comprendido entre 1960- 2015 se presentaron ciclos ganaderos en Colombia que muestran una relación inversa de largo plazo con los precios de la carne bovina. (Lea: Reducción de pie de cría genera aumento en precio del ganado)

Al finalizar su trabajo, además de constatar la existencia del ciclo ganadero en Colombia, develó que el tema ha sido poco estudiado en la primera parte del siglo XXI a pesar de que han ocurrido importantes cambios en el mercado de la carne en el país.

López analizó la influencia de choques externos sobre el comportamiento del ciclo ganadero y sus precios, concluyendo que ante un cambio exógeno se alteraron los precios de manera significativa en el largo plazo, mas no el nivel de sacrificio.

A diferencia de Pérez, este autor calculó que el ciclo ganadero en Colombia dura en promedio 6,8 años, en tanto que la fase de liquidación duró en promedio 3,86 años y la de retención, 2,86 años. La fase de retención obedece a factores económicos dentro de las restricciones biológicas.

Las hembras son determinantes del comportamiento del ciclo, pues su nivel de sacrificio está más expuesto a los cambios en el nivel de precios. El productor determinará, dada sus expectativas, el uso de la hembra, ya sea esta como bien de consumo o como bien de capital.

“Así, el comportamiento de los precios afecta el nivel de sacrificio de las hembras y por ende determina en gran medida el comportamiento del ciclo, ya que el movimiento de los machos en su sacrificio es más estable y responde a factores de índole biológico”, indicó.

Al finalizar, sostiene que la amplitud y longitud del ciclo ha disminuido, pues cuando las expectativas de ganancias se estabilizan debido a la perdida de participación y poder mercado, el ciclo se atenúa.

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