crecimiento compensatorio en ganado de carne
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Aprenda claves sobre el crecimiento compensatorio en bovinos

Por - 08 de Agosto 2022

El crecimiento compensatorio es la capacidad de un bovino de recuperar su peso y características normales después de un periodo alimenticio difícil. Algunos señalan que se trata de un mecanismo de autodefensa de los animales, pero las investigaciones no han arrojado datos concretos que aclaren este concepto.


El crecimiento compensatorio es la capacidad de un bovino de recuperar su peso y características normales después de un periodo alimenticio difícil. Algunos señalan que se trata de un mecanismo de autodefensa de los animales, pero las investigaciones no han arrojado datos concretos que aclaren este concepto.

Los doctores Víctor Moreno y Edgardo Canizal en el “Libro electrónico Zootecnia de bovinos productores de carne I” explicaron que los resultados de las investigaciones realizadas sobre crecimiento compensatorio “no son concordantes”.

“En algunos ensayos un periodo de subnutrición condujo a un efecto permanente el peso y conformación final, mientras que en otros la capacidad de recuperación fue total y la eficiencia del uso del alimento en todo el período fue la misma debido a que las ganancias en el período de buena alimentación fueron más eficientes”, detallaron

Los expertos advirtieron que el crecimiento de un animal se puede ver restringido por limitaciones en el consumo de alimento o por la reducción de algún principio nutritivo como energía o proteína. (Lea: ¿Sabe usted de qué se trata el crecimiento compensatorio en bovinos?)

Por ejemplo, la restricción en la oferta de proteínas en animales jóvenes puede llevar a la degradación de tejidos activos, causando un daño irreparable. Los autores señalaron que la reserva de proteínas en músculo es poca y que una limitante puede agotarlas, puesto que las reservas de grasa, que son las primeras en agotarse, son bajas en animales con menor edad.

En cambio, en los animales adultos “se puede restringir la proteína dentro de ciertos límites, ya que las reservas de tejido conectivo en esta categoría de animales son mayores”. A ellos se les puede restringir la energía, pero aconsejan no hacer esta práctica en animales en mal estado nutricional o sanitario. También es necesario desparasitarlos al comienzo y al final de restricción.

En cuanto al lote a restringir, no conviene mezclar animales de diferente tamaño por la mayor jerarquía de los animales grandes en el consumo del alimento. Para efectuar la restricción pueden emplearse distintas alternativas, como pastoreo por horas en buenas pasturas, pastoreo continuo en pasturas degradadas, rastrojos o restricción en corrales con suministro de heno, grano, ensilaje, etc.

La restricción depende de la intensidad: puede ser considerada severa, con pérdidas considerables de peso, o moderada con pequeñas ganancias de peso. Un período de restricción excesivamente prolongado puede afectar a algunos animales en forma permanente, produciendo alteraciones irreversibles en la composición y en la forma (desarrollo) del cuerpo del animal.

La velocidad de crecimiento tras cortos períodos de restricción es mayor a la que sigue a períodos largos, en tanto que los aumentos de peso posteriores a una restricción son inversamente proporcionales a la severidad. Por ejemplo: a una menor ganancia de peso durante la restricción, mayor será la recuperación.

El grado de recuperación en la realimentación aumenta más en los severamente restringidos dentro de ciertos límites que no exijan pérdidas considerables de peso. Se ha encontrado que a igual severidad de restricción, aquellos animales restringidos por un lapso más breve mostraron las mayores ganancias.

En bovinos se recomienda que la restricción sea de alrededor de 100 días. A menor duración de la restricción el efecto compensador desaparece antes. Los efectos de una restricción nutricional son más severos cuando el animal es más joven. (Lea: Estos son los factores que afectan el consumo voluntario del ganado)

De este modo si la restricción se produce en los primeros meses de vida, se pueden originar daños irreversibles y en la realimentación el organismo no alcanzará el peso y desarrollo adulto normal. Para el bovino la edad mínima de restricción está entre los 6-8 meses. El nivel de realimentación es importante: se requiere una alta disponibilidad de forraje de alta calidad para elevar la respuesta compensatoria.

La digestibilidad de la materia seca no deberá ser inferior a 70-75 %. En términos energéticos, esto equivaldría a 2,8 Mcal EM/kg de materia seca. En el supuesto caso de que el nivel energético o la digestibilidad bajen de los límites recomendados, se hace necesario suplementar con grano o aplicar un manejo que permita mantener el valor nutritivo del forraje dentro de los límites mencionados.

Manteniendo las ganancias dentro de los límites indicados, en el nivel de la realimentación es posible esperar ganancias entre 15 y 20 % superiores a los animales que han ganado peso en forma continuada. Las ganancias de peso al principio de la realimentación son máximas y van decreciendo de allí en adelante.

Los animales más restringidos dentro de los límites anteriormente citados son los que mayor aumento de peso experimentan durante la recuperación. Se pueden utilizar en la realimentación estimulante del crecimiento para maximizar la respuesta compensatoria. (Lea: ¿Es posible hacer más rentables las vacas de descarte?)

Finalmente, los autores recomendaron que “el manejo del crecimiento compensatorio no debe ser utilizado en todas las circunstancias”, debido a que depende de las características de la empresa agropecuaria, los mercados, los costos, la situación forrajera y climática, entre otros.

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