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Científicos identificaron las bacterias que tienen los bovinos que engordan más fácilmente y emiten menos metano

Por - 21 de Noviembre 2022

Un estudio analizó el conjunto de microorganismos presentes en los excrementos de toros de la raza nelore e identificaron características capaces de señalar el fenotipo menos emisor y más eficiente.


Un estudio analizó el conjunto de microorganismos presentes en los excrementos de toros de la raza nelore e identificaron características capaces de señalar el fenotipo menos emisor y más eficiente.

En la ciencia, se están adelantando estudios base para tener mayor eficiencia productiva y ambiental por parte del ganado. Uno de esos estudios, se realizó en Brasil, donde un grupo de investigadores, veterinarios, biólogos, bioinformáticos, epidemiólogos y especialistas en ciencias de la computación analizaron el conjunto de microorganismos presentes en muestras de excrementos bovinos. Allí, identificaron características que pueden ayudar a detectar el fenotipo de animales que emiten menos metano y que cuentan con una mayor facilidad para aprovechar los nutrientes de los alimentos y ganar peso. El experimento se realizó con el objetivo de seleccionar animales menos emisores y más eficientes desde el punto de vista de la conversión de nutrientes en masa corporal.

Para esto, hicieron un análisis de asociaciones entre componentes del microbioma de los animales bovinos y la emisión residual de metano. Pero, el gran objetivo de este proyecto consistía en comprobar si al utilizar muestras de excrementos bovinos lograrían hallar características del perfil de emisión en el microbioma.

“Nos sorprendieron los resultados de este trabajo, pues estábamos planteándonos analizar el contenido fecal para relacionarlo con las emisiones de metano vía eructación. No sabíamos si saldría bien”, dice Luciana Correia de Almeida Regitano, experta en genética animal. 

Cómo se hizo el estudio   Para el estudio, se emplearon muestras de 52 toros de la raza nelore, divididos en dos grupos de 26 animales. Una parte recibió la alimentación convencional, a base de maíz ensilado, maíz, salvado de soja, grasa protegida ruminal y concentrado de urea. Los otros, se alimentaron con subproductos industriales: pulpa cítrica, germen de maíz, harina de aceite de germen de maíz y harina de cáscara de maní. En ambos grupos, los animales recibieron suplementos minerales. El experimento duró 105 días mientras los toros permanecían en confinamiento.

Los científicos les extrajeron muestras de sangre para obtener el ADN y midieron las emisiones de metano al final del confinamiento empleando un aparato donde el animal pone la cabeza dentro para alimentarse, aspira, y el artefacto cuantifica los gases, estos resultados se envían a una central de almacenamiento de datos.

Se obtuvieron aproximadamente 10 gramos de excrementos de cada animal y se recolectaron 50 mililitros de contenido ruminal. Los científicos extrajeron el ADN del microbioma fecal e identificaron un total de 5.693 variantes.

Qué descubrió el estudio

El equipo descubrió que el grupo de animales que recibió una alimentación convencional albergaba una mayor diversidad de microorganismos, lo cual está relacionado a que sean animales más eficientes para el engorde.

Por otro lado, las bacterias tipo Solobacterium están relacionadas a una mayor cantidad de emisiones, y por el contrario, las bacterias Alistopes, a una disminución de emisiones de metano.

El equipo también identificó cuatro variantes bacterianas asociadas al consumo alimentario residual en el ambiente ruminal, tres de estas asociadas a la ineficiencia alimentaria y una a animales con mayor eficiencia alimentaria.

“En este caso, se trata de un intento de seleccionar a los animales más eficientes en el uso de los nutrientes de la dieta, en la conversión de esos nutrientes en músculos. De este modo, al tiempo que obtuvimos marcadores de la emisión de metano, también obtuvimos marcadores de eficiencia alimentaria. Podemos combinar la información de ambas características y obtener un animal que emite menos metano consumiendo menos alimento y con mayor aumento de peso”, afirma Correia de Almeida Regitano.

La investigadora reitera que el trabajo de mejoramiento genético requiere de muestras grandes, que representen grandes regiones geográficas y diversas situaciones y por eso están ampliando el muestreo. Ahora que han detectado que existen indicadores de emisión y de eficiencia alimentaria en los excrementos, ampliarán la recolección de muestras a más 120 animales, y esperan llegar a un muestreo de más de 500 animales, para arrojar resultados mayores.