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Foto: Archivo Unimedios.

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Frijol caupí, alternativa para alimentar cerdos

Por - 15 de Abril 2019

En pruebas de laboratorio con frijol de la variedad 625 (de cáscara blanca) se logró un aporte de proteína y una digestibilidad con potencial para reemplazar la torta de soya, insumo alimenticio para cerdos y aves, que por ser importado es de alto costo en el país.


En pruebas de laboratorio con frijol de la variedad 625 (de cáscara blanca) se logró un aporte de proteína y una digestibilidad con potencial para reemplazar la torta de soya, insumo alimenticio para cerdos y aves, que por ser importado es de alto costo en el país.

Así lo asegura Julieta Torres Jaramillo, candidata a doctora en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional sede Palmira, quien también identificó el tratamiento térmico que, en condiciones de laboratorio, permite hacer más digerible la proteína de esta variedad: “los resultados más importantes se lograron cuando se mantuvo el frijol caupí en autoclave (recipiente de presión metálico) para una cocción a 121 oC durante cinco minutos”. (Lea: Aprenda otras alternativas de alimentación para porcinos)

Este resultado es importante ante una posible incorporación del frijol caupí en la producción industrial de cerdos. Aunque los resultados también se pudieron optimizar manteniendo el tratamiento durante 20 minutos, en términos de costo, eficiencia y gasto de energía resultaría más rentable implementarlo por 5 minutos, explica la doctoranda.

Según información de Javier López Molina –magíster en Ciencias Agropecuarias de la U.N. Sede Palmira– publicada en la revista Sabia, de la Universidad del Pacífico, el frijol caupí es una leguminosa originaria de África con alto valor nutricional y ampliamente cultivada en Asia y países caribeños por la rapidez de su cosecha, su tolerancia a climas secos y su adaptación a suelos ácidos de baja fertilidad. Este cultivo se acopla a las condiciones de la costa Caribe del país y los pequeños productores lo siembran para su consumo en grano seco o vainas verdes.

El trabajo consistió en buscar alternativas para reemplazar la torta de soya, que aunque es la fuente de proteína de mejor calidad también es la más costosa en la producción de cerdos. “En el trópico contamos con una gran variedad de leguminosas como el frijol caupí, cuyos valores nutricionales no se han estudiado lo suficiente. Este también sería una alternativa para la industria de alimentos balanceados y pequeños productores”, afirma la investigadora. (Lea: Así varía la alimentación de los porcinos en cada etapa de su vida)

Según explica, muchos de los pequeños productores utilizan insumos de baja calidad para alimentar a los cerdos, como los residuos de sus cultivos, por lo que no están generando suficientes ingresos pues no pueden aumentar su producción: “para ellos la proteína es la principal limitante, ya que Colombia importa gran parte de la soya que utiliza. Teniendo en cuenta que el alimento balanceado representa el 75 % de los costos de producción de este sector, resulta fundamental encontrar fuentes alternativas”.

También destaca que las leguminosas tienen una notable capacidad para fijar el nitrógeno en el suelo, por lo que promover su cultivo sería positivo para preservar la fertilidad en las fincas y reducir la liberación de ese elemento como gas de efecto invernadero o como contaminante de fuentes hídricas.

Según un informe presentado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural como parte del programa Colombia Siembra, entre 2010 y 2015 el 8 % de los recursos invertidos en importaciones del sector agropecuario y agroindustrial correspondieron a tortas de soya. (Lea: 2 B que se consiguen al consumir carne de cerdo)

Así mismo, entre 2010 y 2014 las importaciones de soya superaron casi 20 veces la producción de este cultivo en el país. En ese periodo se alcanzó un promedio anual de 1,6 millones de toneladas de soya importadas.

Estudios in vitro e in vivo

La investigación se desarrolló en trabajo conjunto con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y fue financiada por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania.

En cuanto a granos, se estudiaron cinco posibles fuentes de proteína: Lablab purpureus (frijol de Egipto), Canavalia brasiliensis (frijol espada) y Vigna unguiculata (frijol caupí) en sus variedades 625 (de coloración blanca), 9611 (rojo) y 10884 (rosado). También se investigó el potencial como fuente de proteína de los follajes de frijol espada y frijol caupí variedad 9611. (Blog: 10 cosas que no sabías de la carne de cerdo)

Estos materiales forman parte del programa de forrajes del CIAT, que los seleccionó previamente por su adaptabilidad a diferentes suelos y por su producción de grano y biomasa.

En primera instancia los estudios se realizaron in vitro, evaluando factores como la composición química y la digestibilidad de los materiales crudos y con tratamientos térmicos. Los resultados permitieron descartar los granos de Lablab purpureus y Canavalia brasiliensis, por su baja digestibilidad.

El fríjol caupí está disponible a la venta en casas comerciales de productos agropecuarios. Si un productor quisiera una variedad específica, podría consultar si esta se encuentra dentro de la colección del CIAT disponible para solicitud, en la URL: genebank.ciat.cgiar.org/genebank/language.do. Allí encontrara información y el paso a paso para tal solicitud del material. (Lea: A propósito de la producción y comercialización de cerdos miniatura)

Con los granos se formularon dietas balanceadas para observar sus resultados in vivo en ratas, mientras que los follajes se probaron en curíes. Después de que las ratas recibieron la dieta durante 11 días y los curíes durante 17, se identificó el nivel de nutrientes digeridos en el sistema gastrointestinal. Ambos estudios se compararon con dietas que contenían torta de soya como única fuente de proteína.

Sabemos que cuando se trata de granos con las ratas tenemos un buen modelo animal para estudios de digestibilidad de la proteína en monogástricos (un solo estómago), mientras que los curíes podrían ser un modelo animal cuando utilizamos dietas altas en fibras”, afirma la investigadora.

Agrega que las evaluaciones de los materiales no se realizaron directamente en cerdos porque los costos hubieran sido mayores, mientras que con este tipo de estudios se puede contar con información de referencia previa a menor costo. (Lea: Grano de caupí, ¿sustituto rentable en dieta de porcinos y bovinos?)

A partir de esta investigación se puede avanzar en estudios con cerdos para profundizar los resultados a la hora de definir nuevos esquemas de alimentación para la industria y los pequeños productores, concluye la doctoranda Torres. 

El estudio fue dirigido por los doctores Carlos Montoya y Luz Stella Muñoz, profesora de la U.N. sede Palmira.

Fuente: Agencia de Noticias UN.