De acuerdo con Fedepapa, por cada hectárea se necesitan 6.000 metros cúbicos de agua para que el tubérculo se pueda formar. Por estos días, la ausencia del líquido y otras herramientas impide a los agricultores llevar a cabo las tareas que el sembradío requiere. El 80 % del contenido de una papa es a base de agua, el porcentaje restante se comprende de proteínas, carbohidratos, aminoácidos, entre otros. Ahora, si el tema se escala a la siembra del tubérculo en una hectárea, el cultivo necesita en promedio 6.000 metros cúbicos del líquido, para que en promedio se generen entre 20 y 25 toneladas. "Sin embargo, más del 95 % de los papicultores están sujetos a la llegada del invierno y cuando el verano se prolonga esa misma población no tiene acceso a sistemas de riego”, dijo en diálogo con CONtexto ganadero, Arturo Blandón, ingeniero agrónomo de la Federación Colombiana de Productores de Papa, Fedepapa. El experto añadió que el tema no termina ahí. En regiones como Boyacá y Cundinamarca las heladas empiezan a afectar 20 % del cultivo de papa, razón por la cual desde ya se prenden las alarmas frente a la disminución en la producción del tubérculo. (Lea: 10 recomendaciones para 10 productos durante el verano) “En la actualidad, ellos (los productores) manejan esta situación teniendo en cuenta cuáles son las épocas de invierno y de verano para llevar a cabo la siembra; pero hoy los mismos productores han notado que el cambio climático llegó, por lo que es difícil predecir en qué momento habrá lluvias o sol. Generalmente llovía entre abril y mayo pero este año no fue así, la temporada se corrió para el mes de junio”, agregó Blandón. El ingeniero recordó que el cultivo de la papa, propio de los ecosistemas andinos, es muy sensible a los daños por frío y se opta por sembrar en épocas del año donde las bajas temperaturas no afecten el desarrollo de la planta. Esta condición marca 2 temporadas de siembra, una entre diciembre y marzo y otra entre junio y agosto, las cuales a su vez determinan 2 temporadas de cosecha y alta oferta del producto. No obstante, para el mes de septiembre el panorama climático indicaba que las probabilidades de las heladas en Cundinamarca y Boyacá eran bajas y sucedió todo lo contrario. Ahora, la bajas temperaturas amenazan las plantaciones que crecen en diferentes estados de desarrollo. (Lea: El desorden del agua) “En este momento, lo que algunos llevan a cabo es la aplicación de fertilizantes foliares para tratar de mantener la calidad del cultivo, y aunque eso ayuda en algo no suple todas las necesidades que el tubérculo tiene en su periodo de formación”, manifestó Arturo Blandón. La falta de agua da inicio a la presencia de plagas Según las cifras de Fedepapa, en ambos departamentos se han registrado temperaturas de 2 grados bajo cero, en zonas como el Páramo de Guerrero, la planicie de Tenjo, Sogamoso y la zona centro de Boyacá. Debido a esta situación, algunos cultivos en estado de floración han sufrido daños, que por lo general son irreversibles y ocasionan disminuciones en el rendimiento. Como si las heladas no fueran suficiente problema, los agricultores deben enfrentar también la sequía. La falta de agua ha provocado 3 problemas de consideración en la papa: la disminución en la producción por área, sumado a la reducción del tamaño de los tubérculos que se forman en la actualidad y la presencia de plagas de alto impacto como la polilla guatemalteca. “Estos 3 factores con seguridad van a afectar la cosecha del segundo semestre, ya que se frena el desarrollo de las plantaciones y se desestimulan las siembras. Por eso, el llamado que hacemos desde la Federación es a no sembrar si no hay agua y a que aseguren sus cultivos”, comentó José Manuel García, gerente general de Fedepapa. (Lea: Desde el 10 de julio se podrá acceder a seguros agropecuarios) El dirigente gremial fue enfático al decir que con la sequía intensa que afrontan las zonas paperas y las fuertes heladas, la producción de tubérculos a partir del mes de octubre, y posiblemente hasta la mitad del año 2016, se va a ver disminuida, aspecto que ejercerá presión para el incremento de precios, producto del desabastecimiento del producto.