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Foto: Fedegán FNG

La apuesta de Banagrario

Por José Félix Lafaurie Rivera - 13 de Julio 2015

Desde su nominación, primero como gerente encargado y luego nombrado oficialmente en la Dirección del Banco Agrario, Francisco Solano Mendoza se impuso como una de sus metas, impulsar el seguro agropecuario.

Y nada mejor que hacerlo en el escenario por excelencia de los agricultores y ganaderos de Colombia: Agroexpo 2015.

Es una apuesta que anima a los gremios de la producción, pues si algo han demostrado las inclemencias del clima registradas en el último lustro, es el alto grado de siniestralidad que ha tenido la actividad. Pero también hay que mirarla con la debida realidad: En Colombia no existe la cultura del seguro, y menos en el sector rural.

La literatura sobre este tema nos dice que el inicio del seguro agrícola ocurre formalmente en 1993, con la sanción de la Ley 69. Esta ley promovía la oferta de seguros de cosechas, a través de la creación de la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario —para centralizar la administración del crédito agropecuario— y del Fondo Nacional de Riesgos Agropecuarios —para favorecer que hubiera oferta de reaseguro para las compañías que ofrecieran seguros agrícolas.

La Ley 101 del mismo año autorizó un subsidio sobre las primas, para que funcionara como un incentivo al aseguramiento.

En el contexto regulatorio colombiano actual, la Circular Reglamentaria P 5 de 2015 de la CNCA SA (Comisión Nacional de Crédito Agropecuario sobre Seguro Agropecuario), establece el procedimiento para el acceso al Incentivo de Seguro Agropecuario y señala que la disponibilidad anual de recursos para el subsidio a la prima sobre el seguro agropecuario, de acuerdo con la Resolución No. 1 de 2014 de la CNCA - SA, son de máximo $57.000’000.000,oo para la vigencia de 2015.

Los amparos sujetos de cubrimiento de incentivo, para los diferentes programas de Seguro Agropecuario, son los determinados por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural en la Resolución 072 de 2015. Actualmente, estos amparos corresponden a los riesgos naturales, tales como: exceso y déficit de lluvia, vientos fuertes, inundaciones, heladas, granizadas, deslizamientos y avalanchas; y los riesgos biológicos, tales como: plagas o enfermedades que afecten las actividades agropecuarias, ajenas al control del tomador, asegurado o beneficiario.

La apuesta es interesante y merece el apoyo de los productores del campo, pues si bien las cifras son relativamente pequeñas, han mostrado un importante aumento en 2014 respecto a las registradas en 2013. En 2014 el área asegurada se incrementó un 89 % respecto a 2013, alcanzando 129 mil 295 hectáreas aseguradas; se incrementó en un 88 % el incentivo otorgado con relación al total otorgado en el año 2013, y se beneficiaron 4.871 productores, lo que significó un 93 % más que en 2013.

Frente a los efectos de los cambios ambientales, hay que “cogerle la caña al Gobierno”, pues el porcentaje que subsidiará está entre el 60 % y el 80 % de la prima. Para obtener los beneficios del subsidio a la prima del seguro agropecuario, con porcentajes de hasta 70 % y 80 %, el productor debe actuar como asegurado y contar con un crédito registrado y vigente en FINAGRO o asegurar un producto. ¡Vale la pena!