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La informalidad y la bicicleta estática

Por - 24 de Marzo 2017

Un sistema tributario como el que hoy tiene Colombia, desestimula la inversión, la productividad y la generación de empleos de calidad.

Un sistema tributario como el que hoy tiene Colombia, desestimula la inversión, la productividad y la generación de empleos de calidad.   El principal reto social y económico que tiene Colombia está en la informalidad. Hoy en día, 5 de cada 10 colombianos laboran sin aportar a pensión o a salud, sin contar con cesantías y demás garantías laborales. Esta situación es una amenaza al recaudo tributario, a la cobertura pensional, a la sostenibilidad del sistema de salud y a la calidad de vida en general.

Por cuenta de este fenómeno, la sostenibilidad pensional del país se encuentra en riesgo. Para empezar, tenemos cerca de 22 millones de personas ocupadas, según una encuesta, en la cual se les pregunta si han laborado al menos una hora durante la última semana, con o sin remuneración. Si la respuesta es sí, ingresan al universo de cerca de 22 millones de ocupados; lo que ocurre es que un poco más de 7 millones contribuyen a pensión y salud, y menos de 2 millones se jubilan. 

Sencillamente, estamos hablando de una informalidad pensional del 90 % en el largo plazo, en un país que pasará de tener hoy 5 millones de personas mayores de 65 años, a más de 15 millones en el 2040. Una bomba de tiempo social.

En cuanto a la salud, la situación no es menos grave. La informalidad hace que existan muchas más personas en el régimen subsidiado de salud versus los que están en el régimen contributivo, poniendo en riesgo la sostenibilidad financiera de un sistema en el que las enfermedades cardiovasculares y respiratorias se expanden de manera acelerada.

En el sector rural, la informalidad también es una grave amenaza: cerca del 70 % de quienes laboran en zonas rurales ganan menos de un salario mínimo, y más del 70 % está en el régimen subsidiado de salud, siendo el campo el lugar de residencia de cerca del 25 % de la población y el responsable de más del 15 % del empleo.

¿Cómo se puede, entonces, enfrentar la informalidad? Para empezar, deberíamos promover un modelo económico que estimule la formalización laboral. ¿Pero tienen capacidad de formalización progresiva empresas con tasas efectivas de tributación que superan el 60 %? ¿Pueden ser eficientes aquellas compañías que deben pagar solo en impuesto de renta 40 por ciento, si reciben ingresos de más de $800 millones?

Para formalizar necesitamos un sistema en el cual las empresas puedan crecer con estabilidad de reglas de juego, con tarifas competitivas y con incentivos a la creación de empleos permanentes, con todos los beneficios prestacionales. Un sistema tributario como el que hoy tiene Colombia, desestimula la inversión, la competitividad, la productividad y la generación de empleos de calidad.

Ha llegado el momento de entender que, por cuenta de la informalidad, Colombia puede estar incubando males que después van a ser más onerosos, por ello hay que redefinir el gasto público, eliminando gastos innecesarios y generando convergencias institucionales, acompañadas de una agenda agresiva de reducción de evasión en impuestos como renta e IVA. O entendemos que debemos tener un sistema económico proempresas y, por ende, proformalización, o seguiremos pedaleando en la bicicleta estática.