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columna

No se quede callado, denuncie

por: - 31 de Diciembre 1969

De nuevo el precio que se le paga al productor de leche ha disminuido por una decisión unilateral de diferentes industrias. Es una situación sistemática en donde se abusa del ganadero con la excusa de aparentes excesos de producción.

No son uno, ni dos comunicados los que actualmente ruedan por el país informándole a los productores que el precio que se le paga bajará cuarenta o cincuenta pesos; es decir un cuatro o cinco por ciento de su ingreso, que equivale al aumento decretado en marzo pasado. Nada más injusto y desleal con el ganadero.   Y es que la industria ha construido diferentes “mitos” para ponerle presión a la baja a lo que se le paga al ganadero. Mitos como la enlechada, que aunque tiene de realidad para ciertos casos dada nuestra producción estacional, no siempre lo es. Al contrario, con excepción de 2017, lo que se ha visto en el país en los últimos años ha sido el sobre stock de la industria con leche importada.   Otro mito en la cadena de valor es que la culpa siempre es del productor y hasta de la vaca.   Al contrario, la industria lechera nacional nunca ha reconocido su ineficiencia en costos de logística y transformación. Un tercer mito, que varios han creído, es que el precio que se le paga al productor es de los más caros del mundo y eso impide exportar. La realidad es que el precio es similar al del resto de los países lecheros de Latinoamérica pero las ineficiencias en la transformación hacen perder competitividad a la industria en los mercados internacionales.   A eso puede agregarse que el productor ha cumplido los compromisos que se establecieron en 2012 con la Resolución 017: mejor calidad, enfriamiento, hasta es el productor quien asume en un cien por ciento los costos de transporte desde la finca a la industria. Además, muchos ganaderos realizaron granes inversiones para tener hatos libres de brucelosis pues eso les garantizaría un pago mejor.   Pero lo que se evidencia es un pago injusto. La industria ha hecho de las bonificaciones voluntarias un comodín para disminuir los ajustes de precio que se actualizan en marzo de cada año. Además, se envían comunicados a los productores anunciando la baja en el precio. Lo curioso es que lo hacen varias de ellas en el mismo tiempo y con el mismo proceder ¿concertado?   Por fortuna el productor ya no come cuento y tampoco se deja intimidar cuando se le anuncia que no se recogerá su producción. Al menos, las denuncias del último trimestre, quedaron en manos de la Unidad de Seguimiento de Precios de la Leche –USP– del Ministerio de Agricultura, entidad que las traslado a la Superintendencia de Industria y Comercio para sancionar prontamente.   Vale la pena entonces que como productores se tenga un contacto directo con la USP, pues no se puede permitir el abuso desmedido de ciertas empresas que solo pueden establecer una mediana competitividad a costas del ganadero. Señores productores, no se queden callados, denuncien.