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Foto: bmeditores.mx / Straiton E. Cattle

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De la reticulopericarditis a la peritonitis en bovinos

Por - 28 de Febrero 2023

La ingesta de objetos metálicos puede producir en los bovinos perforaciones del retículo, peritoneo y pericardio en cualquier momento, y por esta vía llegar a una peritonitis.


La ingesta de objetos metálicos puede producir en los bovinos perforaciones del retículo, peritoneo y pericardio en cualquier momento, y por esta vía llegar a una peritonitis.   Las vacas no usan sus labios para diferenciar los alimentos muy fibrosos de los objetos metálicos que pueden ingerir en los poteros, como si lo hacen las ovejas y las cabras.   Eso les crea una desventaja pues en los suplementos o en alimentos troceados pueden contener restos de alambre, piezas de las máquinas o clavos.   Precisamente el alambre y los clavos son los agentes más comunes de este problema, produciendo lo que los MV denominan como retículo, más conocida como pericarditis traumática. (Lea: ‘Vaca clavada’, un mal que usted debe mantener lejos de su predio)   La longitud de los alambres varía desde 5 hasta 15 cm y suelen estar ligeramente doblados o tener curvatura en alguno de sus extremos o clavos de todos los tamaños, lo mismo que agujas hipodérmicas o del tipo utilizado para la extracción de sangre.   Muchas vacas sanas desde el punto de vista clínico, tienen en su redecilla objetos metálicos, arena, piedras, grapas de valla, y algo de grava. Estos objetos son ingeridos, pasan a la panza y, en un lapso de 24 a 48 horas, son propulsados hacia la redecilla donde permanecen por gravedad o porque se enredan con la mucosa. Así lo explica el Médico Veterinarios y Zootecnista Ramón Gasque Gómez, en BM Editores SA de CV   Los objetos no perforantes frecuentemente incluyen tuercas, pasadores, arandelas y fragmentos cortos de alambre (de menos de 2.5 cm). Estos objetos se pueden encontrar habitualmente en las muestras de rastro. Por consiguiente, en las vacas lecheras se debe prever la exposición a cuerpos extraños metálicos.   Sin embargo algunos objetos pueden producir perforaciones del retículo, peritoneo y pericardio en cualquier momento.   Dice Ramón Gasque que un factor físico que coadyuva en la perforación es la gestación avanzada y el útero grávido, pues durante el último trimestre de la preñez, el peso y el tamaño asociados del útero grávido pueden permitir que el órgano se comporte como péndulo cuando una vaca se levanta y se tumba, lo cual puede ejercer presión física sobre la panza y sobre la redecilla, que coadyuva en la perforación por un objeto metálico aguzado existente   Signos clínicos   Dice el experto que la enfermedad de las alambradas clásica provoca una reticuloperitonitis localizada con anorexia repentina (frecuentemente total), y cese de la producción de leche.   La producción de leche puede descender hasta casi cero en 12 horas. Las vacas afectadas pueden tener fiebre ( 39.4 a 40.5 °C), frecuencias cardiaca y respiratoria normales o ligeramente elevadas, codos en abducción, expresión angustiada, postura arqueada, panza con motilidad disminuida acompañada, o no, de timpanización ligera, heces escasas y secas, y dolor abdominal localizado en el abdomen craneal ventral, cerca del apéndice xifoides.   El diagnóstico dentro de las 24 horas es relativamente fácil, sin que esto signifique que en muchos casos se presenten signos más variables que representan retos diagnósticos más difíciles.   Afección con peritonitis   Las vacas afectadas con peritonitis crónica localizada (inflamación que la membrana que cubre la superficie interior del abdomen) tienen pérdida de peso, pelo enfermizo, anorexia intermitente, producción de leche disminuida, modificación de la consistencia de la bosta, y disfunción de la panza con o sin timpanización ligera.   Estas vacas pueden adoptar postura arqueada y manifestar dolor abdominal detectable. Las vacas afectadas por reticuloperitonitis traumática que acaba en una peritonitis difusa tienen signos más graves que las afectadas con peritonitis localizada.   Las vacas que manifiestan signos de peritonitis difusa resultante de la enfermedad, presentan fiebre, frecuencias cardiaca y respiratoria elevadas (FC de 90 a 140 latidos/min.; FR de 40 a 80 respiraciones/ min.), estasis total gastrointestinal, cese total del flujo de leche y del apetito, frialdad generalizada de la piel, tiempo de llenado de los capilares de las mucosas reducido, bosta escasa y suelta y, con frecuencia, tienen un gemido o bramido audible asociado con la respiración.   Otros signos   El gemido o bramido es muy evidente cuando el animal se levanta, cuando se tumba o cuando se le obliga a desplazarse de un sitio a otro. El animal se mostrará reacio a levantarse o a desplazarse de un sitio a otro y, en la mayoría de los casos, avanzará hacia un estado parecido al shock en 12 a 48 horas. A medida que el estado general del animal se deteriora, la temperatura corporal también puede caer de la primera fiebre a la normal o por debajo de la normal.   El riesgo de peritonitis difusa aumenta cuando una vaca en gestación avanzada manifiesta síntomas de reticuloperitonitis traumática porque el peso y el desplazamiento del útero grávido tienden a diseminar la peritonitis y dificultan los intentos naturales para aislarla.   Fuente: Reticulopericarditis traumática. Enciclopedia Bovina. Ramón Gasque Gómez MVZ Esp.

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