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Foto: CONtexto Ganadero.

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Una mirada profunda a la extorsión carcelaria

Por - 25 de Abril 2016


Los centros penitenciarios se han convertido en el epicentro desde donde provienen las extorsiones que viven ganaderos, agricultores, comerciantes y empresarios de todos los rincones del país. ¿Dónde está el Estado?   Un directorio y un teléfono son las armas que utilizan los reclusos para amedrentar a sus victimas. A pesar del esfuerzo de las autoridades, los casos que se conocen por cuenta de este flagelo siguen en aumento.   En diálogo con CONtexto Ganadero, el mayor Alexander Velandia, comandante del Gaula de la Policía de Antioquia expuso que cuando se presenta la modalidad de extorsión desde los centros carcelarios, los reclusos acuden a diferentes estrategias de engaño para obtener información de sus potenciales víctimas. (Lea: Ganadero, te hablo desde la prisión)   ¿Cómo identifican a las víctimas?   El mayor Velandia explicó que los reclusos seleccionan a las personas que van a extorsionar por medio de la utilización de directorios telefónicos regionales, consultas de medios publicitarios, periódicos, clasificados y el conocimiento de la zona.   “Los convictos emplean diferentes sofismas de distracción. En algunos casos se identifican como funcionarios de empresas de telefonía celular, exponen propuestas laborales o de negocio para se de esta manera realizar un sondeo inicial de la víctima”, explicó.   Agregó que estas personas buscan conocer detalles específicos como número de propiedades, nombre de las fincas o empleados/mayordomos de las mismas y número de cabezas de ganado.   ¿Cómo logran hacer las llamadas?   El miembro del Gaula explicó que desafortunadamente es muy usual que en los establecimientos carcelarios se presente el ingreso no permitido de celulares y SIM Cards camuflados en productos que les llevan a los reclusos o escondidos en las partes intimas de las personas que entran como visitantes o familiares. (Lea: Cuando una sim card es más peligrosa que una pistola)   Características de la extorsión carcelaria   El comandante del Gaula de la Policía de Antioquia señaló que los casos más frecuentes que se presentan son aquellos en los que los convictos se autodenominan como miembros de organizaciones terroristas o al margen de la ley como las Farc, las AUC o bandas criminales.   Por lo general los victimarios solicitan dinero, medicamentos, viajes, recargas, equipos de comunicación, armas, municiones, prendas de uso privativo de las fuerzas militares, movimiento de personal, entre otros, y amenazan diciendo que si los afectados no hacen el aporte serían declarados objetivo militar.   Según el funcionario de la entidad, en otros casos estos personajes convocan a la víctima a reuniones en sitios específicos en donde se encuentran cómplices que están en libertad para de esta manera definir la cuota que deben pagar.   Posterior a esto, el mayor indicó los delincuentes solicitan que se efectúe un giro a través de las diferentes empresas que prestan ese servicio por un monto inicial que puede variar entre $5 y $10 millones, brindan un nombre y un número de cédula para que realicen la transacción en el menor tiempo posible. (Lea: “Por cada vaca nos toca pagar una cuota”: ganaderos extorsionados)   El delincuente busca desesperar de manera muy rápida a la víctima para no dejarlo reaccionar o acudir a las autoridades y utilizan un lenguaje agresivo y violento.  Por lo general estas llamadas surgen cuando hay un evento de desorden público en la zona, aprovechan este escenario para atribuirse la autoría de ese hecho y así desestabilizar emocionalmente a su objetivo.   Recomendaciones para prevenir este tipo de extorsión   De acuerdo con el mayor Velandia, es importantes que las personas que reciban llamadas de desconocidos se abstengan de revelar aspectos de su vida personal y familiar y no suministren ninguna clase de información.   Así mismo recomendó tener siempre el servicio de identificador de llamadas, para aquellos que reciben llamadas a sus número fijos.   ¿Qué hacer si recibe una llamada extorsiva?   En cuanto al manejo que se le debe dar a una llamada de este tipo, el miembro del Gaula señaló que de ser posible lo primero que se debe hacer es tratar de identificar el número desde el cuál lo están contactando y la hora, escuchar cuidadosamente, escribir o grabar la conversación, tener claro como se presentó el victimario, si como un miembro de algún grupo o banda y los requerimientos que hizo. (Lea: 3 tipos distintos de extorsión sufren los ganaderos de Huila)   Añadió que también se debe intentar identificar aspectos de la voz como el acento, edad, defectos al hablar y que lo más importante es acudir al Gaula o comunicarse con la línea de emergencia 165, poner en conocimiento a las autoridades sobre la situación y de esta manera recibir la asesoría correspondiente.   ¿Qué están haciendo las autoridades?   El mayor Velandia mencionó que a través de la dirección de Antisecuestro y Antiextorsión de la Policía y la dirección del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, Inpec, se viene adelantando controles a los establecimientos de reclusión en las diferentes zonas del país donde se ha identificado los recintos desde donde se originan el mayor número de llamadas ubicados en Ibagué, Barranquilla, Santa Marta, Cartagena, Bucaramanga, Acacías y Bogotá.   Sostuvo que periódicamente se realizan intervenciones para la incautación de teléfonos celulares que portan los internos para así de esta manera evitar que lleven a cabo estas prácticas.   Y que también junto con la Fiscalía Nacional de la Nación se están avanzando procesos investigativos para identificar las redes que apoyan el actuar delictivo a los internos y lograr la captura de sus miembros. (Lea: Policía Nacional, comprometida con la seguridad ganadera del país)   La opinión de un experto   Xenia Niño, socióloga, abogada, y consultara externa de entidades públicas y privadas, aseveró que la situación se le salió definitivamente de las manos al Estado porque esta no es una problemática de hace poco sino de mucho años y que ‘lamentablemente’ aún se sigue presentando y no hay una solución clara.   La socióloga y abogada enfatizó en que el Gobierno no cuenta con funcionarios idóneos y capacitados para manejar las instituciones carcelarias que tengan la capacidad de hacer un buen trabajo y de controlar la salida de llamadas desde esos lugares.   “Dentro de los centros carcelarios se manejan grandes cantidades de recursos. Se mueve el dinero del narcotráfico de bandas al marguen de la Ley, que en algunas casos pagan para que les permitan ingresar material, elementos e información”, argumentó.   Advirtió que el Inpec, es una entidad que no cuenta con las herramientas suficientes y con la tecnología para control esta grave problemática. Mencionó que una de las posibles soluciones sería la creación de centros penitenciarios fuera de los cascos urbanos de las ciudades que cuenten con circuitos cerrados que bloqueen la señal y no permitan la salidas de ningún tipo de llamadas. (Lea: Extorsión, delito con el que se acostumbraron a vivir en Meta)   Si usted es víctima de extorsión puede denunciar con total reserva a través del correo electrónico: [email protected].

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