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Cómo detectar buenas hamburgueserías y evitar las malas

20 de Marzo 2018

Están por todas partes, y muchas engañan. Si no vas preparado a una hamburguesería desconocida, puedes llevarte un desengaño cárnico de primer nivel. Aquí unos consejos para elegir bien el sitio.

El antojo de hamburguesa no avisa. Te puede coger en cualquier sitio, a cualquier hora. A veces, te pilla jugando en casa, en esa zona de confort donde tienes marcados dos o tres locales que nunca te fallan.

En otras ocasiones, el ataque sobreviene en territorio comanche, y entonces empieza el auténtico reto. Y no me refiero a encontrar una hamburguesería -en mi ciudad, Barcelona, ya hemos conseguido que haya más hamburgueserías que tiendas Desigual-, el auténtico desafío es acertar con el restaurante y conseguir que no te den gato por liebre, o mejor dicho, ternera.   Las hamburgueserías cool han colonizado tu ciudad, como La Invasión de los ultracuerpos versión vacuna, y en este océano de carne hiperpoblado,no es buey todo lo que reluce. De ahí que una pregunta se imponga: ¿cómo puedo saber si en este restaurante que pone las patatas en cucuruchos con estampados psicodélicos hay buenas hamburguesas?   Lo sé, es un ejercicio a la desesperada. Pero si agudizas tus dotes de Sherlock Holmes cárnico podrás saber con un alta probabilidad de acierto si la hamburguesería en la que has entrado te reconciliará definitivamente con la carne roja o te volverá vegetariano de un bofetón.   En esta travesía me dejaré ilustrar por los consejos dos sibaritas de la hamburguesa: Carles Tejedor, del restaurante Lomo Alto/ Lomo Bajo, y Carles Yáñez, actual chef de Servicio Continuo, curtido durante 5 años en la parrilla de Santa Burg, templo hamburguesero barcelonés. También me ha echado una mano en esto de poner toda la carne -buena- en el sador Mònica Escudero, la khaleesi de todo esto. Si nuestros consejos no te hacen mella, siempre puedes consultar TripAdvisor desde tu móvil, pero no será ni la mitad de divertido (y además, mucho menos efectivo).   ¿Porno hamburguesero? No, gracias   Si algo he aprendido visitando las mejores hamburgueserías de mi ciudad, es que no hay alarde. No hay ego inflado. En los restaurantes con producto de calidad, difícilmente encontrarás fotografías de sus hamburguesas en las paredes. Hablo de esas fotos pornográficas, lúbricas, con discos de carne húmedos, lonchas de bacon enhiestas y lechugas verde Green Lantern.   Desconfía de los locales que embriagan al peregrino con fotos gigantes de su supuesto superproducto. “Los pósteres y las fotos restan magia, no hacen falta: prefiero que una explicación en la carta que sea entendedora, sencilla… y que luego hable la hamburguesa”, asegura Carles Yáñez. En las buenas hamburgueserías se come con la boca, no con los ojos.   Si tú me dices "gourmet", me voy a otra   Y con los mismos pies de plomo hay que ir a las hamburgueserías supuestamente gourmet. Es tan fácil poner esa palabra en el letrero de tu establecimiento como facturar cheeseburgers mediocres. No te dejes engatusar por esas banquetas de madera vintage, por los 12 botes de salsas artesanales, por los cucuruchos para patatas hechos con papel de periódico, por esos listados de hamburguesas llenos de anglicismos molones y con más variedades de carne que estrellas en La Vía Láctea.   “También hay buenas hamburgueserías fuera del círculo gourmet. Locales de barrio como Alfredo´s Barbacoa, en Madrid, la cadena Casa Vallés, en Barcelona y seguro que chiquicientosmil más en todo el mundo. No tienen 300 combinaciones de sabores, y wagyu les suena a personaje de El Rey León, pero son honestas y están buenísimas”, apunta Mònica Escudero, incidiendo en algo importante. A la hora de elegir hamburguesería, pasarse de pijo puede resultar contraproducente.   Desconfía del 'bajo coste'   Eso no quiere decir que haya que volverse loco y aceptar cualquier cosa: los precios también pueden convertirse en una referencia a tener en cuenta si buscas la excelencia. Los chollos y las ofertas 2x1no acostumbran a ir acompañados de carnes de calidad. No está el buey como para regalarlo. “Me costaría pedir en un sitio con hamburguesas escandalosamente baratas, una hamburguesa de buey de 200 gramos a 6 o 7 euros debería levantar sospechas: casi seguro que te están dando otra cosa”, asegura Tejedor.