Cómo elegir la mejor carne y cuál es el mejor corte

De qué manera elegir la mejor carne
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En las carnes procesadas hay un mayor porcentaje de calorías y grasas saturadas. También es posible que contengan aditivos peligrosos si se consumen con demasiada frecuencia además de grasas trans.
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Se aconseja consumir carnes rojas entre tres y cuatro veces a la semana, en cantidades que ronden los 100 gramos. Se trata de una recomendación de la Fundación Española del Corazón.
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Al contar con menos purinas las carnes blancas son más adecuadas para aquellas personas que tengan alto el ácido úrico o que sean propensas a sufrir gota.
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Las proteínas pueden resultar de gran ayuda a la hora de perder peso ya que suelen ser bastante saciantes y retrasan el proceso digestivo. Las que tienen un mayor porcentaje de proteínas son la pechuga de pavo, la pechuga de pollo, el atún y los cortes magros de ternera.
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Hay que realizar una correcta distribución a la hora de consumir carnes. Para cubrir la ingesta necesaria de nutrientes puedes repartir a lo largo de la semana la ingesta de carne de ternera, pechuga de pollo, carne de cerdo y pechuga de pavo.
Si de carne vacuna se trata, los cortes que suelen aconsejarse para usos básicos son el redondo, el entrecot, el chuletón y el solomillo. Para otras recetas puedes optar por el lomo bajo y el lomo alto o bien recurrir a carnes blancas como las de aves o carnes de cerdo. (Blog: Cómo seleccionar la mejor raza bovina de carne)
Mientras tanto, como encargado de la compra de la carne lo primero que debes evaluar es de qué forma vas a cocinarla y cuál es el corte ideal para ese método. Una vez que conozcas los dos o tres cortes posibles tienes que centrarte en buscar una pieza que sea de calidad.
La carne debe tener un color rojo brillante, una característica propia de los cortes frescos. Pero también tiene que lucir natural 100%. Lamentablemente, algunos vendedores adulteran artificialmente el color de la carne vieja para que parezca fresca y engañar al usuario. (Blog: Coloración de las grasas: cómo elegir carne saludable sin resignar sabor)
Al tacto debe tener una textura agradable que te permita presionar sin mucho esfuerzo, recuperando su forma original en un segundo. Tienes que observar que no haya cortes ni roturas en la superficie porque podrían indicar la presencia de bacterias en su interior.
En cuanto al aroma, la proteína animal en buenas condiciones nunca tendrá un olor demasiado marcado ni mucho menos desagradable. Deberías percibir únicamente una fragancia fresca, sin persistencia en el aire. Si es penetrante conviene que busques otros cortes.
Fuente: OK Diario