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Henifique para bajar costos

20 de Mayo 2013

El heno es un alimento conservado para disponer cuando la oferta de forraje es menor, en especial en la época de sequía, el cual se puede producir con equipos sencillos. Además de ser un buen alimento para el ganado, es fácil de transportar y almacenar, con mínimo desperdicio. Puede ser hecho con costos limitados, aunque se requiere mano de obra adecuada.

Esto nos dice Gilberto Alonso Murcia Contreras, Investigador de Corpoica, en un interesante artículo publicado en Carta Fedegán No 135 –que se encuentra en circulación–. Allí señala que el proceso de henificación de un forraje verde termina cuando se convierte en un pro- ducto seco, que puede ser transportado y almacenado en forma fácil y segura sin riesgo de deterioro, con mínimas pérdidas tanto de materia seca como de nutrientes.

La henificación se basa en la reducción del contenido de humedad del forraje en el momento de la cosecha, el cual puede estar alrededor del 70% al 90%, a valores próximos de 15% a 20%, e incluso menos, algo que en apariencia es simple, pero lograrlo depende de las condiciones climáticas, sobre todo en el momento de la cosecha del forraje, de la capacidad técnica y del buen criterio por parte del agricultor.

La calidad del heno

El estado de madurez del cultivo es el principal factor determi- nante de la calidad final del heno. La buena condición del forraje disminuye a medida que adquie- re la madurez, en especial des- pués de la floración.

El forraje tierno, con muchas hojas, es más difícil de manejar que el maduro y, además, su rendimiento es menor debido al mayor contenido de humedad. Por lo tanto, es necesario llegar a un punto de equilibrio entre rendimiento y calidad y, habitualmente, el corte a me- diados de la floración, dará un producto razonable.

También juega papel importante la disponibilidad de mano de obra y maquinaria. El momento del día para realizar las operaciones también de- pende del estado del clima. Si el día amanece favorable, es conveniente segar lo más temprano como sea posible. Si por el contrario, el cultivo se encuentra húmedo debido a la lluvia o al rocío, es conveniente esperar el tiempo suficiente hasta que el trozo superior de las plantas se oree, pues la parte verde en la planta se seca antes que el material cortado.

El proceso de henificación

Las principales operaciones del proceso de henificación son:

• Corte y acondicionamiento artificial para un rápido secado (el cual es realizado por una máquina segadora)

• Removido y esparcido del forraje cortado, para permitir un secado uniforme del material y reducir el peligro de desarrollo de mohos y fermentación

• Hilerado del forraje cortado para su posterior manejo y recolección, el cual es realizado con una máquina hileradora;

• Conformación de los fardos o rollos de heno, actividad realiza- da a través de una máquina enfardadora

• Transporte y almacenamiento.

• Hilerado removido y secado de los forrajes

Al inicio de las actividades correspondientes al proceso de henificación, la pérdida de humedad en el forraje es rápida, sobre todo de las hojas, pues las esto- mas se abren, mientras que la humedad dentro de los tallos necesita más tiempo para salir de los mismos. En los forrajes más comunes es preciso algún tipo de acondicionamiento, justamente en el instante en que se realiza el corte, preparado y, por lo tanto, sus características no son las mejores por la pérdida de caroteno y vitaminas.

El secado debe ser hecho lo más rápido posible para minimizar las pérdidas y la calidad del forraje. El contenido de humedad en el heno para un almacenamiento seguro depende del método de almacenamiento, las condiciones climáticas locales, el tamaño de los fardos o rollos, el lugar donde se almacena y la naturaleza del cultivo. Como principio general, se recomienda un máximo de 25% de contenido de humedad para el heno largo y de 20% para el heno corto.

Una vez cortado o segado el forraje, este permanece en el campo, el cual es hilerado con la ayuda de un rastrillo manual o mecánico o hilerador accionado por el tractor. Después que se ha secado sobre la superficie del suelo, puede ser necesario un secado posterior en el rollo o en el fardo. El método de cosecha usado debe estar en función de la velocidad y la cantidad total de secado que es posible esperar en el campo o en la hilera. La calidad del heno puede ser estimada, de tal manera que re- torciendo un manojo de forraje, se debe sentir crocante y con un aspecto brillante. El heno blanqueado indica que ha sido mal preparado y, por lo tanto, sus características no son las mejores por la pérdida de caroteno y vita- minas.

Enfardado del heno

En la producción mecanizada, el enfardado más común es hecho por máquinas accionadas por el tractor, que recoge el forraje ya cortado y seco. De esta manera es posible realizar dos tipos de fardos (pacas), dependiendo de las necesidades y disponibilidad de maquinaria: el tipo estándar de forma de un prisma rectangular que puede pesar entre 15 y 25 kilos o más, según la compactación o la densidad ajustada del fardo y el contenido de humedad, de dimensiones pequeñas con la facilidad de manipularlo manualmente; el otro tipo de fardos corresponde a los grandes, de forma cilíndrica que pueden llegar a pesar 500 kilos y su manejo es mecanizado, usando un cargador frontal en el tractor.

Los primeros son prácticos para manejar y proporcionan comida suficiente para cuatro a diez va- cas lecheras, además de ser útiles cuando es necesario suministrar pequeñas raciones de heno a las vacas a alguna distancia del de- pósito en instalaciones no adapta- das al manejo mecanizado.

Almacenamiento

El objetivo de un buen almacenamiento del heno es el de mantenerlo seco y conservado durante largos períodos. Se puede deteriorar de manera rápida e incluso perderse, por ejemplo, cuando el material tiene alto contenido de humedad, sobre todo en unidades de heno muy grandes.

Considerando que el heno es un forraje conservado y apropiado para los ganaderos de pocos re- cursos, su producción se debe fomentar en zonas donde las condiciones climáticas y económicas son adecuadas. Producir y almacenar forrajes para las épocas críticas es muy importante, en especial para reducir los costos de producción asociados a la compra de concentrados para el sostenimiento de los animales.