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Los lácteos enteros, alimento necesario para los más pequeños

01 de Marzo 2023

La leche entera es una bebida llena de nutrientes que ayuda al crecimiento de los más pequeños. Algunas vitaminas presentes en este alimento, se encuentran precisamente en su parte grasa, y es por eso que la desnatada no reúne las mismas propiedades que la entera. Esto hace que este tipo de leche sea la mejor opción para los niños.

La calidad nutricional de la leche entera la hace más aconsejable que la leche desnatada, aun cuando esta tiene niveles menores de grasa. De hecho, este tipo de leche es uno de los alimentos con mayores niveles de vitamina D, de forma que si se opta por tomar leche descremada, los niveles de este nutriente que se aconseja incluir en la dieta, disminuyen considerablemente.

Al igual que la vitamina D, la vitamina A también es un elemento esencial para la absorción de calcio, lo cual repercute a la hora de mantener una estructura ósea fuerte y sana. Otros alimentos, tales como los pescados grasos y la carne son, junto con los lácteos enteros, una fuente rica en este tipo de vitaminas.

Los desnatados deben reservarse para aquellos casos en los que haya algún tipo de enfermedad cardiovascular, problemas con el colesterol o sobrepeso. En circunstancias normales, y sobre todo en lo que a los pequeños se refiere, hay que priorizar el nivel de nutrientes por encima de cualquier otro factor a tener en cuenta.

Qué se debe dar siempre a los niños y se debe dar eventualmente

Es por ello que se debe incluir especialmente en la alimentación de los niños, productos lácteos de tipo entero, tales como leches fermentadas, requesón, yogures, queso y cuajada.

Ocasionalmente se debe incluir productos tales como mantequilla enriquecida, postres lácteos y quesos especialmente grasos. Se trata de derivados lácteos cuyo consumo se debe limitar, debido a su cantidad de grasa más elevada.

Ojo especialmente con las cantidades

También hay que tener especial cuidado con las cantidades que se incluyen. En función de la edad, hay que procurar que la proporción de estos alimentos sea la adecuada. Por ejemplo, una porción de 125 gramos de yogurt, o entre 100 y 200 gramos de leche, son cantidades adecuadas.

Productos como los yogures enteros con nata, que añaden grasa a la receta original, se deben evitar. En su lugar es mejor optar por otro tipo de alimentos, tales como postres lácteos, leches y bebidas fermentadas, que tienen menores cantidades de azúcar.

Las mejores horas: el desayuno y la merienda

Las mejores comidas del día para incluir los lácteos son el desayuno y la merienda. Ambas son momentos ideales, ya que combinan perfectamente con cereales y frutas, y además la absorción de nutrientes es especialmente fácil.

Por otro lado, gracias al efecto saciante de estos lácteos, se disminuye el consumo de productos poco beneficiosos que muy a menudo gusta a los más pequeños de tomar a la hora de merendar.

Texto original en el siguiente enlace.