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Aftosa

Por Oscar Cubillos Pedraza - 20 de Diciembre 2022

Venezuela debe someterse al escrutinio, revisión y sobre todo direccionamiento de la OMSA para alcanzar realmente un estatus sanitario certificado por una autoridad internacional, y no un “yo certificándome a mí mismo”.

A propósito del restablecimiento de relaciones con Venezuela el pasado mes de septiembre y de las intenciones de los dos gobiernos de volver a impulsar negocios y dinámicas económicas, el vecino país debe tener presente la importancia de Colombia como abastecedor de carne y leche para una parte de su mercado, especialmente el fronterizo, pero sobre todo tener a nuestro país como referente de experiencia para hacer competitiva su ganadería y cadenas de valor.

Que la ganadería venezolana se haga más eficiente, productiva y competitiva beneficia inmensamente a Colombia, empezando por el cuidado de nuestro propio estatus sanitario como país libre de aftosa. Sin embargo, no se si al otro lado de la frontera tienen la misma apreciación de la importancia de lo sanitario ¿por qué lo digo?

Vale la pena tener en cuenta que, para la OMSA, Organización Mundial de Salud Animal en su información para septiembre de 2022, clasifica a Venezuela como país sin estatus oficial para la fiebre aftosa. Evidentemente es el único país de las Américas que en los mapas oficiales de OMSA aparece en color blanco.

Pero para el gobierno venezolano la consideración es que su país sí es libre de aftosa, pues consideran que han hecho un ejercicio de avance en su vacunación y no registran casos, bajo su entender, de dicha enfermedad. Pero la realidad, y para poner un ejemplo de referencia, es que si me comparo conmigo mismo o me mido a mi mismo todo será “fabuloso”.

Si yo salgo a entrenar bicicleta solo, seré el “rey de la carretera”, pues mis tiempos serán insuperables, pero si lo hago con un Rigo o un Nairo, creo que solo pasaría vergüenzas. En ese sentido, Venezuela debe someterse al escrutinio, revisión y sobre todo direccionamiento de la OMSA para alcanzar realmente un estatus sanitario certificado por una autoridad internacional, y no un “yo certificándome a mí mismo”.

Al respecto, y en un estado de fortalecimiento bilateral de relaciones y de cooperación binacional, Colombia tiene para aportar a Venezuela toda la experiencia que conduzca a alcanzar el propósito de tener un estatus oficial de país libre de aftosa. La tarea para nosotros no es nueva, pues en la década anterior colaboramos con el hermano país de Ecuador para lograr una meta semejante.

Tal objetivo por supuesto incluye todo el conocimiento, infraestructura de biológicos y vacunas, infraestructura de logística y de entrenamiento, que en largo plazo no deberá limitarse a un estatus con vacunación, sino a un beneficio regional soñado ya hace varias décadas de estatus sin vacunación.

En ese sentido, lo primero que debe hacer el vecino país es reconocer sus avances, pero también sus faltantes, e iniciar su lista de chequeo para que, en el mediano, ojalá corto plazo, la OMSA entre a evaluarlo. Es tal institución la única con capacidad de certificarlo. Pensar en alternativas diferentes en donde los gobiernos quieran imponerse a la autoridad sanitaria mundial solo pondría en riesgo el trabajo que el sector ganadero colombiano ha realizado durante más de 25 años.

@ojcubillosp