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Balance y perspectivas

Por Oscar Cubillos Pedraza - 22 de Enero 2020

El sector ganadero colombiano terminó 2019 con un balance significativamente mejor que el registrado en 2018, aunque aún lejos de lo que podría considerarse satisfactorio. En 2020 ocurrirán muchas cosas. Que nada nos coja por sorpresa.

En general, puede notarse en 2019 mejora en el sacrificio de bovinos, no expresada en un alto crecimiento, pero sí en el cambio de tendencia que venía a la baja desde 2014, y que entre 2018 y 2019 pareciera haber encontrado su piso originando una ruptura en su comportamiento de mediano plazo.

Sin embargo, la no recuperación del estatus sanitario como país libre de aftosa les quitó a las exportaciones dinamismo, haciendo, además, que los precios del novillo gordo permanecieran estancados en términos reales.

En el caso lechero, su comportamiento prácticamente estuvo influido por el factor clima, que desde finales de noviembre de 2018 ya registraba lluvias por debajo de lo normal en la mayoría de la geografía colombiana. Tal situación originó escasez del producto durante todo el año 2019, haciendo inicialmente que los cupos de importación de leche en polvo desde Estados Unidos y la Unión Europea, vía Tratados de Libre Comercio, se agotaran en los primeros dos y tres meses del año respectivamente.

Así las cosas, el precio del litro de leche se mantuvo al alza durante todo 2019, originando un mejor pago real al productor, pero disminuyéndose el acopio por la misma situación de escasez.

La falta de leche líquida terminó siendo ampliamente influyente para que 2019 registrara el mayor volumen de importaciones de leche en polvo, lactosueros, quesos y derivados lácteos de toda la historia, vislumbrando lo que podrá ser en unos años el libre comercio para esta cadena de valor.

El año 2020 deberá ser el año de la recuperación del estatus sanitario como única ventana para poder acceder al comercio internacional, traduciéndose en la llegada a mercados que se perdieron por cuenta de nuestra problemática sanitaria.

Vale recordar que, en 2008, en pleno bonanza de las compras de Venezuela, Colombia logró exportar al vecino país más de 132 mil toneladas de carne equivalentes a USD 755 millones; una década después, en 2019, los envíos al exterior no superaron las 20 mil toneladas sumando un valor de USD73 millones.

Sin embargo, y a pesar de las dificultades de los últimos años, el mercado de la carne brinda hoy las más grandes oportunidades para el país en todo el sector agropecuario, y sin duda le permitiría dinamizar su economía de forma precisa.

En el caso del mercado lechero, 2020 será un año en el que el clima seco continuará siendo la variable de interés, al menos el primer semestre del año. De hecho, el presente año comienza con un agotamiento en tiempo récord del contingente de leche en polvo proveniente de Estados Unidos, 13 días, mientras que el originario de la Unión Europea se extinguirá a lo sumo en 40 días.

Si bien el tema climático termina favoreciendo a los productores por el lado del mejoramiento de precios, lo perjudica al disminuirse el acopio de leche por cuenta de la caída en la producción.

Así las cosas, las condiciones están dadas, internamente, para que 2020 también sea un año de altas importaciones, la diferencia con 2019 se notará en que hoy el mundo tiene menos leche, lo que hace el precio internacional también esté al alza. Seguramente la cotización mundial, sumado a nuestra tasa de cambio mitigarán un poco la tendencia importadora.

Muchas cosas ocurrirán en 2020, lo importante es que sean útiles y productivas. Que nada nos coja por sorpresa.