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CABALMENTE Para ConIndependientes

Por - 28 de Octubre 2021

Habría de recordarse al maestro Antonio Panesso Robledo, cuando en su columna diaria en El Espectador, de vez en vez, preguntaba qué hay en un nombre, para significar lo que un apellido representa.

Habría de recordarse al maestro Antonio Panesso Robledo, cuando en su columna diaria en El Espectador, de vez en vez, preguntaba qué hay en un nombre, para significar lo que un apellido representa.

Es el caso de María Fernanda Cabal, “ajustada a la medida, excelente en su clase, que está en su pleno juicio y que actúa con mucho empeño y ahínco”

En su reciente visita a Sincelejo, en recinto cerrado, en cumplimiento de las leyes electorales ya violadas por otros, ante un nutrido y entusiasta auditorio, expuso su pensamiento con claridad, precisión, tranquilidad y rigor académico, no muy común en los candidatos presidenciales, que después o antes de prometer todo aquello que pueda resultar del agrado de la audiencia, terminan enviando o contestando agravios a sus competidores.

Fue muy aplaudida su visión sobre la justicia, las libertades y el respeto por la vida desde la concepción, bajo la idea de que no somos objetos, sino espíritus con capacidad de proyectarnos en la sociedad, a pesar del agobio a que nos someten demasiadas leyes, muchas de ellas proyectadas por técnicos que no perciben el alma nacional.

Después de un detenido vistazo a las revoluciones socialistas que se han dado en el mundo y que originaron las doctrinas colectivistas, nos mostró su visión de la economía y el papel del ciudadano en su participación para la creación de riqueza, dentro de un sistema de propiedad privada y libertad de mercado, para lo cual se hace necesario actuar de la mano de los gremios, entre otras cosas, para una mejor movilidad laboral. Consecuente con ello, habló de la necesidad de implementar la enseñanza de las ciencias económicas en todas las carreras universitarias.

Fue enfática en señalar que el impulso de la regionalización es esencial para el desarrollo del país, pues ahí es donde radica la verdadera esencia, no sólo de lo social, sino de la productividad, frustrada por el vetusto centralismo que caracteriza nuestro sistema político.

Es evidente la diferencia de estos planteamientos con los de otros candidatos, promotores del populismo que todo lo resuelve, pero que no resuelve nada, como no sea repartir la pobreza. Evidentemente, la candidata Cabal no vino a engañarnos con promesas, casi siempre incumplidas, acerca de todo ese conjunto de obras que el país requiere. Ahora se trata de definir qué es lo que la Nación necesita, según la tendencia capitalista o socialista en las que se está moviendo la campaña y de lo que depende el futuro de la Nación. Está claro que en el momento oportuno deberá comenzar a explicar cada uno de los puntos del programa de gobierno. Por eso, la senadora Cabal no ofreció ayer la siempre mentirosa redención de la Mojana, a pesar de su amplio conocimiento del asunto, pero sí toda su voluntad y capacidad desde la presidencia de la República. Tampoco vino a prometer el acueducto regional a partir de la trasnochada leyenda del pozo de Majagual, ni a tapar los múltiples huecos de nuestras calles, como lo esperaban algunos, pues ahora de lo que hay que hablar, y lo que hay que entender es la magnitud de lo que significan los actuales requerimientos políticos.

Vino a mostrarse cabalmente, tal cual como es, para que la conocieran, directamente, sin las afectaciones de las redes mendaces, como una colombiana con la preparación y las ganas suficientes para convertirse en una gran conductora de nuestra convulsionada Nación.

Sincelejo, octubre 27 de 2021