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Ejemplos locales del Síndrome de Hubris

Por - 01 de Marzo 2023

El síndrome de Hubris es un trastorno de la personalidad, generalmente adquirido, y con frecuencia manifiesto en personas que anhelan o ejercen el poder, en el que su arrogancia les hace creer que están dotados de excepcional carisma, audacia y determinación sin par, pero su accionar realmente es una manifestación de insolencia narcisista, orgullo exagerado, enfermiza autoconfianza y propensión al desprecio y maltrato a quienes no lo alaben u osen criticarlo.

No hay que ir a ninguna clínica siquiátrica para ver ejemplos de este mal. Miremos dos casos. A nivel nacional, el “Señor de las Bolsas” y otrora representante del chavismo en Colombia, cuyo trastorno está muy avanzado. Recuerden su discurso de posesión como alcalde que era un preaviso de su pretensión de ser presidente. Y hace pocos días, se hizo manifiesto su desvarío y pérdida de ubicación cuando le exigió al presidente Duque que lo llamara para que “entre ellos” diseñaran la política de vacunación para la covid-19. ¡Qué tal el igualado! Y a nivel parroquial, uno de sus discípulos o clon, que anunció a los cuatro vientos que Petro era ¡su presidente!, en mala hora convertido en alcalde de Medellín, está convencido que él no es un privilegiado mayordomo sino el “dueño” de la ciudad.

Miren algunos criterios propuestos por la Asociación Estadounidense de Siquiatría en su Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos Mentales para identificar una víctima de este síndrome, y cuántos se ajustan al comportamiento de los antes citados:

  1. Propensión narcisista a ver su mundo principalmente como un escenario en cual ejercer el poder y buscar la gloria. 2. Predisposición a emprender acciones que probablemente lo hagan visible y mejoren su imagen. 3. Preocupación desproporcionada por la imagen y la presentación. 4. Manera mesiánica de hablar de las actividades actuales y una tendencia a la exaltación. 5. Identificación con la nación u organización en la medida en que el individuo considere idénticos sus puntos de vista e intereses. (El Estado soy yo). 6.Tendencia a hablar en tercera persona o usar el "nosotros". 7. Confianza excesiva en el propio juicio del individuo y desprecio por el consejo o la crítica de otros. 8. Confianza exagerada en sí mismos, rayana a un sentido de omnipotencia, en lo que personalmente pueden lograr. 9. Creencia que, en lugar de rendir cuentas ante el tribunal mundano de colegas o la opinión pública, el tribunal que le corresponde es: La Historia o Dios. 10. Creencia inquebrantable que en ese tribunal serán reivindicados. 11. Pérdida de contacto con la realidad; a menudo asociado con el aislamiento progresivo. 12. Inquietud, imprudencia e impulsividad. 13. Tendencia a permitir que su "visión amplia" acerca de la rectitud moral de un curso propuesto, obvia la necesidad de considerar la practicidad, costo o resultados. 14. Incompetencia arrogante.

Miren quién podría ser el presidente en el 2022 y quién destruirá Medellín en tres años más y dejará a sus sucesores para concluir la tarea.