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Por fortuna la ganadería colombiana ha tenido un gran vuelco internacional en los últimos años que ha beneficiado al productor, sin importar su tamaño, permitiéndole generar más riqueza y bienestar en su entorno y en su territorio. Claro, lo ideal es que la dinámica exportadora de bovinos en pie, y especialmente de carne, no sea flor de un día, sino que se mantenga y crezca con el tiempo, lo que requiere dos acciones de mercado.
La primera, seguir con la maleta al hombro buscando por el mundo nuevos mercados, es decir el fortalecimiento de las agendas comercial y de diplomacia sanitaria que permita llegar a nuevos destinos cada vez más exigentes y de mayor valor. La intención es que en el mediano plazo se hayan logrado aperturar EEUU y China. FEDEGAN ha sido líder en la búsqueda de nuevos mercados, luego del cierre, decaída y desaparición del mercado venezolano. En conjunto con la institucionalidad pública y privada emprendió una sólida estrategia comercial que permitió abrir mercados en Medio Oriente, África del Norte, Asia Pacífico y Rusia.
Pero el segundo elemento de gran importancia es la de lograr, mantener e incrementar la oferta de carne y bovinos para poder surtir esos nuevos mercados. Es allí en donde el sector debe avanzar pues sus indicadores productivos y reproductivos aun presentan importantes rezagos. Sin embargo, el tema de eficiencia no solo corresponde al eslabón primario sino también a los demás de la cadena de valor.
Pero aun con dificultades productivas y con crisis mundiales en furor; como la pandemia, la crisis logística, la crisis de materias primas y de alta inflación; el sector ganadero colombiano logró exportaciones por US$269 millones en 2020, US$402 millones en 2021, US$508 millones en 2022 y US$166 millones con corte a mayo de 2023.
Ante un panorama inmensamente prometedor y con importantes crecimientos se han empezado a generar nuevas formas de inversión, precisamente para dinamizar la oferta de carne que pueda llegar a los mercados actuales y sobre todo los de mayor valor en proceso de apertura.
Dada esta necesidad de poder incrementar la oferta, desde FEDEGAN surge la idea de contar con un corral de engorde de gran escala para poder terminar los animales en menor tiempo y con una mayor rotación de eficiencia. Claro, pensando en el comercio internacional su ubicación debería ser la costa Caribe.
Ahora bien, lo novedoso de este corral de engorde es su concepción desde la sostenibilidad, lejos de los modelos tradicionales de confinamiento. De hecho, ese enfoque ambiental es el que le parece atractivo al Banco de Desarrollo de América Latina – CAF, que determina ser cofinanciador de los estudios de factibilidad. Evidentemente, todos los estudios y diseños, ya culminados tienen el aval de la CAF; y que respecto al tema ambiental concibe el encadenamiento con pequeños y medianos productores desde fincas sostenibles.
Cada detalle de infraestructura, el manejo de emisiones, de desechos, el cuidado de fuentes hídricas, de paisajes, tiene una respuesta dentro de este proyecto, que el próximo 25 de julio en Barranquilla tendrá su evento de promoción para todos los inversionistas que quieran ser parte de él.
Todos invitados al desarrollo de este maravilloso proyecto que dinamizará la economía ganadera, la economía agrícola y la generación de empleo y de bienestar de la región.
@ojcubillosp