El propósito de devolverle a los campesinos las tierras que les arrebataron los violentos se contrapone a las dramáticas cifras de de asesinatos de líderes que reclaman la restitución de sus fincas y parcelas.
Hace pocos días la televisión mostró las escenas de pequeños campesinos-propietarios, en el Departamento de Córdoba, que devolvían la heredad recién recuperada debido a las amenazas insistentes contra sus vidas. Lo que se conoce como “miedo al regreso” se ha acrecentado a pesar de los nobles intentos del Ministro de Agricultura y del Gobierno de brindarles seguridad y bienestar.
Por esa situación, debemos insistir en que, desde la Academia del Pensamiento Conservador, le hemos entregado, a las instancias oficiales pertinentes, el estudio dirigido por Ernesto y Carolina Blanco, denominado “Comunidades con Acuerdos en Red, para la Competitividad Autónoma y Sostenible”. Allí se propone la combinación de Red Unidos con las Políticas de Restitución de Tierras, Reinserción y Atención a Desplazados.
En el Programa Conservador 2010 se explica este tema así:
“Más que una técnica, el Reajuste de Terrenos es una estrategia de desarrollo en el caso colombiano, que proponemos aplicar como un programa de Comarcas de Progreso. Así, cada Comarca combinaría todas las fincas en la zona de reajuste y establecería un plan de ordenamiento territorial, que tuviera en cuenta la infraestructura regional y las áreas de protección ambiental. Cada nueva Comarca, que surgiera de esa reestructuración, estaría constituida por un núcleo de viviendas rurales con pequeñas huertas, con servicios públicos y con títulos privados sobre las edificaciones; y por unos terrenos con propiedad colectiva y titularizados, para cultivos comerciales. Estos títulos evitarían que se subdividiera la propiedad y se fomentara el minifundio Se trata de una nueva versión de las empresas de desarrollo rural, en la que se puede recibir cooperación técnica alemana (Baulandumlegung) o japonesa (kukakuseiri), para poner a producir cada centímetro de tierra con destinación económica, lo cual debe ser el gran objetivo del planeta. El calentamiento global afectará los precios de los alimentos e incidirá en la seguridad alimentaria. Para afrontarla, mediante el reajuste de terrenos, es una solución a gran escala, que podemos desarrollar durante la próxima década”.
Realmente, entre nosotros, es difícil llegar a las metas con la simple entrega esporádica de tierras, por el ministro Restrepo, a campesinos asustados.
Parece más una quijotada enfrentada a los monstruos de la inseguridad ciudadana, los asesinatos y el escepticismo consecuente. Es perentorio que el Ministerio de Agricultura se aplique a encontrar una solución original. Las Comarcas de Progreso son apenas un ejemplo de cómo la restitución de tierras puede convertirse en tarea eficaz. Hay que derrotar el amedrentamiento generalizado en el campo colombiano.
P.S.: El alegre desconocimiento de los derechos adquiridos abre una muy peligrosa puerta en nuestro Estado Social de Derecho.


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