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¿En dónde están los pilotos?

Por - 01 de Marzo 2023

Hace casi un año no imaginábamos que el tema de la Covid-19 en nuestro país fuera a demorar tanto, seguramente muchos creíamos que el impacto tenía más relación con un evento natural que ocurre, genera estragos, pero se va rápidamente. Claro, cómo saberlo, ¿quién se había enfrentado a una pandemia?

Ha sido inmenso el impacto en pérdidas de vidas y en daños económicos para el mundo. En doce meses de pandemia ya se redondean los 100 millones de contagios oficiales, y más de dos millones de muertes. Para el caso colombiano 1,9 millones de contagios y 49 mil muertes.

Pero tampoco podemos olvidar la crisis económica que se ha suscitado. Hace un par de días el DANE informaba que la economía nuestra se contrajo 7,25% entre enero y noviembre de 2020, y si consideramos que en el año anterior el crecimiento en condiciones normales pudo ser del 4%, estamos hablando de unos 110 billones de pesos que el país dejó de producir, cerca de USD634 por colombiano.

La misión era una y sencilla: usar el tapabocas de forma juiciosa, y “no dar papaya” en reuniones de todo tipo en donde se podría propagar el virus. Pero no lo logramos, aunque no lo hablo para todos, pero todos sí terminamos afectados. La razón principal es que como sociedad nos falta disciplina para cumplir objetivos, aunque nos refugiamos en ser el segundo país más feliz del mundo. Y allí nos quedamos.

Ahora, en una acción “audaz y novedosa”, y nótense las comillas para expresar mi ironía, la única ocurrencia de los mandatarios locales es de nuevo el encierro, olvidando que cuando el virus dio una tregua, entre septiembre y noviembre, la preparación para afrontar los siguientes picos fue escasa y poco creativa.

Lamentablemente las decisiones se andan pensando más en el prestigio del gobernante local o regional que en la salud y empleo de los gobernados. Claro, cuando les preguntaron sobre si podían ser capaces, ellos, de negociar directamente la vacuna, se echaron para atrás, pues resulta más fácil asignar culpas en caso de que haya dificultades en el proceso nacional que tener liderazgo verdadero para lograrlo.

Por fortuna existe ya un plan de vacunación diseñado y próximo a entrar en marcha, con los retos logísticos y operacionales que implica hacer algo que nunca se había realizado. Sin embargo, es evidente como se ataca cada buena acción que se propone. Los especuladores políticos y de la información, en su afán de figurar, salen a decir cualquier cosa, colocando en riesgo el que realmente podamos acceder a la vacuna. No olvidemos que estamos en la tierra del realismo mágico, en donde todo puede suceder.

La reflexión que me queda es que nos quedamos sin líderes locales para gobernar en gran parte de nuestros municipios y ciudades. Toda acción está enmarcada en el cálculo político y en la popularidad del gobernante. Como la película de 1980 ¿en dónde está el piloto? Lamentable decir que de vacaciones en Costa Rica.