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FEDEGÁN

Por CONtexto ganadero - 27 de Noviembre 2018

​Es indudable que en la política quienes se oponen a la tiranía se enfrentan muchas veces a consecuencias duras y un ejemplo de ello es que malos demócratas y malos perdedores, como el presidente Santos, emprendieron una persecución implacable contra la organización más importante e histórica de los ganaderos del país.

No solo fueron calumniados colocándolos como enemigos de la paz, sino que fueron llevados a terrenos más peligrosos al llamarlos paramilitares y fomentadores de grupos al margen de la ley y amenazándolos para que aceptaran resignadamente cómo sus victimarios eran elevados a la categoría de Padres de la Patria, con curules en Senado y Cámara, Pasaporte oficial y el reconocimiento como adalides de la Paz, con perdón judicial por masacres, desplazamientos, desapariciones y despojos patrimoniales.   Son, solo para enumerar algunas, parte de las penurias sufridas por quienes con sorpresa los que luchaban como ellos por defender las instituciones y la patria terminan en la otra orilla y cerca de ser llevados a los tribunales y condenados por manipuladores y fabricantes de testigos, en una justicia que primero te condena y luego investiga.   En esa línea delgada se han tenido que mover los ganaderos en Colombia y es la hora de reconocerles su sacrificio y el aporte al país, su sacrificio y el aporte a una economía que a través de la historia ha movido el desarrollo de la Colombia rural y elevado la calidad de vida de la urbana.   Por eso son para olvidar los ocho años de gobierno de Santos, quien judicializó a los ganaderos, los condenó y luego los persiguió, por eso la labor titánica de su presidente, el doctor José Félix Lafaurie, es digna de reconocer, porque no es fácil mantenerse erguido ante la calumnia y el abandono del sector, resistiendo los ataques dirigidos con la única finalidad morbosa de acabar al gremio, recortando los recursos de prevención de enfermedades para poder hacer un balance negativo de su desarrollo y poder montar así a la camarilla adaptada a los intereses de Santos y sus camaradas que veían en Fedegán y en Lafaurie al enemigo, al crítico, al escritor y al político de ocasión, como un peligroso contradictor, entronizando de esta forma el delito de opinión.   Su maquiavélica estrategia se basó en apretar al gremio y saturarlo con la proliferación de las enfermedades en sus hatos, dejando que pasara el contrabando de ganado en la porosa frontera con Venezuela, causando su merma, dañando las exportaciones y creando el pánico financiero, para mandar a los arcángeles de la traición a que con sus alas protectoras de salvadores anunciaran la derrota de Fedegán y poder crear así otra organización fruto de la traición y la intriga para “salvar al gremio”.   Pero Fedegán y Lafaurie no claudicaron y hoy ante la realidad y ante un gobierno doliente del sector ganadero se disponen a cambiar la historia, pasar la página y fortalecer un renglón tan importante de nuestra economía que le ha dado al país el impulso para crear empleo y riqueza.   Que han existido errores en el pasado a no dudarlo, pero es más fuerte el sentimiento para sacar al país de este caos fitosanitario y retomar el rumbo y convertirnos en líderes en todo el continente.   **Rafael Gómez Gómez

Director de La Piragua - Córdoba Nota del Editor:** Nuestros agradecimientos por esta nota en defensa del gremio ganadero. Nos anima a continuar adelante en todas las labores que Fedegán ha emprendido en fedensa de los ganaderos.