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Hagamos cuentas sencillas

Por - 01 de Marzo 2023

En el evento del 2 de febrero de 2021 de Global Dairy Trade que hace referencia al mercado de leche en Oceanía, el registro de la cotización de la tonelada de leche en polvo (LEP) entera alcanzó USD3.458, en una tendencia alcista que viene desde noviembre del año anterior. No es diferente para la LEP descremada que llegó a USD3.198 por tonelada.

Sin embargo, lo que registra nuestra economía es mayor entrada de leche importada desde EE.UU. cuyos precios de leche en polvo entera típicamente están por encima de los de Oceanía, caso no similar para descremada que regularmente es el más bajo al compararse con Europa y Oceanía. Ahora bien, nuestra tasa de cambio efectivamente ha bajado, pero aun se mantiene en niveles superiores a los de un año atrás: hoy $3.535 por dólar.

Así las cosas, y en cuentas rápidas, una tonelada de LEP descremada, para irnos con la más barata y la que más han venido importando desde 2018, se cotiza alrededor de USD2.840 en EE.UU. que, convirtiéndola a nuestro devaluado peso, nos registra $10.039.400, eso sin contar transporte desde el país del norte y sin agregar costos de internación. Por supuesto son cuentas sin arancel.

Sin embargo, con esa tonelada de leche en polvo descremada solo puedo fabricar determinados productos: los que no requieran grasa, al ser leche en polvo descremada. Por eso si lo que queremos es comparar nuestra leche, la Made in Colombia, con la importada, deberíamos hacerlo con la entera con el fin de no desvincular el líquido de la grasa.

Retomemos con leche en polvo entera. La proveniente desde EE.UU. sí se cotiza por encima de la de Oceanía, pero para no encarecer la operación tomemos la referencia de este último continente.

En pesos tendríamos $12.224.030 el costo de una tonelada de leche en polvo entera para el importador, sin fletes, internación y demás. Si la comparamos, con el precio por litro de leche colombiana de 8300 litros necesarios para producir esa tonelada de leche las cuentas irían así: $10.134.300. Es decir, más baratos somos nosotros pensando en una utilización final como liquida, y no pulverizarla.

De allí que la preferencia de los importadores haya estado en los últimos años sobre la descremada. Enfocados en traer leche sin que sea relevante que contenga grasa, o crema, pues termina siendo más barata. Eso nos acerca a la idea que una buena parte de lo traído se utiliza en la elaboración de leche líquida. ¿comercializada en almacenes de bajo costo una buena parte?

Fijémonos entonces que el tema de importación de leche colocó como centro el “traer barato”, y lo de la calidad para después. Si se estuviera pensando en la eficiencia de las compras se importaría más leche entera, como ocurría hasta hace unos años, 2017 para ser más preciso. En esa lógica, hoy al ser más barata la leche colombiana entera frente a la importada, en una equivalencia de liquida, las importaciones serían mínimas.

Pensemos entonces que, si la LEP descremada que se está importando y luego convirtiéndose en liquida, una buena parte se está vendiendo sin cumplir los estándares de calidad requeridos, está afectando el negocio del sector ganadero y al transformador que buenas inversiones le han colocado al negocio. Señores Invima, señores Superintendencia de Industria y Comercio, en su campo está la pelota.

@ojcubillosp