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La leche, iniciativa social

Por - 01 de Marzo 2018

El sector lácteo en Colombia representa el 2,3 % de PIB nacional y el 24,3 % del PIB agropecuario, lo que claramente muestra su importancia para la economía nacional, además de generar más de 700 mil empleos directos.

En Colombia se encuentra registradas aproximadamente 400 mil fincas productoras de leche, y de ellas solo el 20 % cuentan con más de 15 animales, es decir que son los pequeños hatos los que mayoritariamente participan en la producción láctea.   De acuerdo con las estadísticas de la Oficina de Planeación de FEDEGÁN, la producción láctea nacional ascendió en 2014 a 6.717 millones de litros, descendiendo en 2015 y 2016 a 6.623 y 391 millones de litros respectivamente, y en 2017 retomó su senda de crecimiento con cerca de 7.000 millones.   Es importante resaltar, que solo cerca del 51 % de esta producción es acopiada y transformada por la industrial formal, lo cual en cierta medida, ayuda a que los precios al consumidor sean altos. Por tanto, si se aumentaran los volúmenes de transformación se contribuiría con la disminución de costos de manera que cada unidad que se produzca, debería tener un costo de producción menor.   Tomar leche en Colombia resulta costoso, situación debida no al precio de venta del ganadero, pues comparativamente con el resto de países de Latinoamérica, el valor del litro de leche en finca en nuestro país resulta ser de los más bajos que se registran. No obstante, los procesos de transformación, empaque y transporte de la industria, junto con los de intermediación no son eficientes, resultando entonces en altos costos de precio al consumidor final.   Es de advertirse, que los precios de compra de litro de leche al productor pagados en Colombia, son similares a los que se manejan en países de Latinoamérica, vr gr, Argentina con USD 0,31, Brasil USD 0,40, así como los pagados en otras latitudes, pues téngase en cuenta que Estados Unidos, UE y Nueva Zelanda, manejan precios muy cercanos a USD 0.35.   El consumo de leche en Colombia es de 138 litros per cápita al año, que está por debajo de los estándares recomendados nutricionalmente a nivel internacional. Esta situación resulta como consecuencia, de los precios altos al consumidor y del estrecho poder adquisitivo de la población.   Se estima que en nuestro país, los habitantes de los estratos altos (5 y 6) consumen cerca de 200 litros de leche al año; los niveles sociales medios (3 y 4) consumen aproximadamente 100 litros de leche y los bajos (1 y 2) consumen solo 38 litros. Si se analiza la última cifra, los estratos bajos consumen muy poca leche, lo que nos indica, que se tiene un gran potencial de aumento de consumo de lácteos, siempre y cuando la industria llegue con precios competitivos y acordes a esta población. De igual forma, si tenemos en cuenta que el consumo óptimo nutricional de leche es de 180 litros per cápita, solo los estratos altos cumplen con esa cifra.   A pesar de lo anterior, el gobierno, en cabeza del Ministerio de Agricultura, expidió la resolución 083, “por medio de la cual se establecen condiciones para promover la exportación”, a partir de las producciones de las zonas más afectadas por el conflicto “ZOMAC”, con lo que se le dio un carácter social a dicha iniciativa. Sin embargo, la realidad que se podría derivar de la decisión adoptada, es la compra de nuestra leche a un precio diferencial menor al que hoy se paga al productor, más aún cuando muchos de los municipios incluidos en las denominadas ZOMAC, en particular en la Costa Atlántica, son hoy proveedores tradicionales de la industria de la región, lo que los dejaría en total desventaja ante la realidad económica y productiva.   Esta iniciativa no apunta a fortalecer la cadena láctea, muy por el contrario, los precios al productor irán a la baja, situación que se sumará a las consecuencias ya generadas por las importaciones de derivados lácteos, que en nada han beneficiado al consumidor final, y solo favorecen al industrial y comercializador.   Las importaciones de leche y productos lácteos en los últimos años, han verificado un crecimiento de cerca del 110 %, que se estima incrementará en los próximos años.   Obsérvese que en 2014 se importaron 27 mil 600 toneladas de productos lácteos, en 2016 se importaron 54 mil 841 toneladas, y la tendencia se dirige al crecimiento de tales cifras puesto que cada año las partidas cero arancel son mayores.   Surgen entonces algunas preguntas:   - ¿El precio de venta de los productos lácteos al consumidor, ha disminuido como consecuencia de las importaciones? - ¿El consumo per cápita, ha aumentado en los últimos años? - ¿Por qué la industria solo acopia el 50 % de la producción? - ¿Por qué la industria no llega a los estratos bajos?   Si se diseña una estrategia que le apunte a elevar el consumo de productos lácteos especialmente en los estratos bajos, no tendríamos problemas con nuestra producción, no se tendría que acudir a medidas impopulares para evacuar leche, el productor primario no se vería afectado y las clases más necesitadas tendrían un mejor perfil nutricional. Esto si sería una iniciativa de carácter social.   José de Silvestri P. Director Ejecutivo de Asoganorte.