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La oportunidad de llevar conocimiento al país rural

Por - 01 de Marzo 2023

Completamos 24 meses de pandemia, al menos en Colombia. Ya conocemos todos las dificultades que se originaron, pero también se generaron oportunidades como la de usar herramientas tecnológicas que acerquen a las comunidades.

Completamos 24 meses de pandemia, al menos en Colombia. Ya conocemos todos las dificultades que se originaron, pero también se generaron oportunidades como la de usar herramientas tecnológicas que acerquen a las comunidades.

Una de estas oportunidades justamente fue la de llevar conocimiento desde la ciencia a las diferentes regiones del país, y sobre todo al país rural, abandonado estructuralmente por un Estado ausente e incapaz de generar oferta educativa formal o informal.

En el caso del sector ganadero, FEDEGAN junto con la Universidad del Área Andina se dieron la mano, trabajaron juntos y diseñaron un par de programas, uno técnico y otro tecnológico, enfocados en la ganadería sostenible, viendo las inmensas posibilidades del sector en el contexto mundial, pero incorporando los procesos de cuidado de medio ambiente que aportan los sistemas silvopastoriles y agroforestales.

Lo mejor de todo fue ver a partir del segundo semestre de 2021 a más de 64 estudiantes en diferentes partes de Colombia interactuando con sus tutores en ejercicios sencillos pero eficientes de transferencia de conocimiento, enfocados en seguir haciendo de la ganadería un sector generador de riqueza.

Ya en un par de semanas reiniciarán sus labores educativas, pero ingresando además un nuevo cohorte de estudiantes que ve inmensas posibilidades de hacer cosas en un país que desde hace décadas se enfocó en la formación urbana: abogados, economistas, financieros, arquitectos, dejando a un lado lo agropecuario con la excusa de las dificultades de llevar oferta a diferentes municipios de Colombia.

Ahora, gracias a la tecnología y a la flexibilidad de los programas universitarios, se puede contribuir a que en las regiones más alejadas del país las comunidades puedan acceder a conocimiento explicito, comprobado por la ciencia y en muchos casos internacionales adoptado y desarrollado a través de políticas públicas y proyectos privados.

Muy bien, la oferta educativa puede expandirse. Entonces ahora termina siendo aun más perentorio que la oferta tecnológica lo haga, pues poco sirven los esfuerzos de las instituciones gremiales y de educación si en las regiones de nuestro país resulta imposible acceder a internet y mantener conectividad. El cómo hacerlo ya está inventado, y es menester de las instituciones públicas impulsarlo.

Pero además es estratégico abaratar los costos de equipos portátiles para los estudiantes. Un equipo medianamente decente en velocidad, memoria y capacidad cuesta $3.000.000 que puede representar un año y medio de ahorros para una persona que recién inicia su formación si es que este se encuentra empleado.

De hecho, si usted se va a la cabecera de uno de los 1123 municipios de Colombia, en el 74% de ellos no encontrará tiendas de tecnología, sino que deberá desplazarse a una ciudad mediana o grande para adquirirlo, en donde los precios que se cobran son sustancialmente más elevados.

Una política pública y Alianzas Público-Privadas (APP) al respecto del acceso tecnológico no tienen complejidad en desarrollarse. Manos a la obra para dar instrumentos a quienes están pensando verdaderamente en promocionar la educación en región.

@ojcubillosp