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Oiga, mire, vea

Por - 28 de Octubre 2021

La economía colombiana ha venido mejorando, su consumo dinamizándose lo que ha estimulado la producción. Hasta el mes de septiembre la mayoría de los pronósticos de los principales centros de pensamiento económico y las áreas de estudios económicos de diferentes bancos, estimaban que el crecimiento en 2021 superaría el 7%.

La economía colombiana ha venido mejorando, su consumo dinamizándose lo que ha estimulado la producción. Hasta el mes de septiembre la mayoría de los pronósticos de los principales centros de pensamiento económico y las áreas de estudios económicos de diferentes bancos, estimaban que el crecimiento en 2021 superaría el 7%.

Para octubre dichos pronósticos se han actualizado y se encuentran por encima de 9%, lo que en términos reales representa un crecimiento de 2% frente a 2019. Por supuesto, de no haber tenido la situación de pandemia desde el año anterior, en 2021 estaríamos creciendo al menos 6,7% frente a 2019.

Claro, la buena noticia es el dinamismo del consumo lo que también explica las tendencias inflacionarias que se han presentado, sobre todo desde el segundo trimestre de 2021. Pero al fin y al cabo no importa un poco de inflación con tal que la circulación en el sistema de mercado sea mayor.

Lo que sí es importante tener en el radar es que la economía colombiana no soportaría más situaciones de aislamiento o cuarentena, de allí la importancia de completar los esquemas de vacunación. ¿Y por qué recordarlo? Porque muchas personas terminaron influenciadas por teorías conspirativas y promoviéndose como “antivacunas” lo que nos pone en riesgo a todos. No señor, señora; las vacunas no traen un chip de espionaje.

Pero aparte de la situación de la Covid19, de la que poco a poco el mundo va saliendo, debemos estar alerta a lo que será definitivo en 2022 para el futuro de nuestro país, y es lo relacionado con su proceso electoral.

Con preocupación noto las propuestas populistas del “candidato” a lo Robin Hood, de quitarle a unos para entregarle a otros, al peor estilo del vecino Venezuela, promoviendo la lucha de clases como ya lo hizo en Bogotá. Vean cómo ha ido hacia atrás la ciudad capital.

Hace solo unos meses el hermano Perú tomo la decisión de irse por el camino socialista, y ya algunas instituciones empiezan a resquebrajarse ante la falta de dirección del poder presidencial. Peor aún, al estilo Chávez, ya comienzan a hablar de la nacionalización de diferentes empresas. La incertidumbre ya se refleja en su tasa de cambio, en el alza de los productos de la canasta básica, mientras que la salida de capitales es permanente en el país Inca. ¿No me cree? Revíselo en Google.

En nuestro caso, lo que no debe imponerse en 2022 es el discurso de odio disfrazado de falsas promesas sociales, y que va en contra de las libertades de nuestra sociedad: nuestra libertad de empresa, de mercado, incluso de expresión.

Es tan malo el socialismo que se promueve que incluso China debió migrar a una economía que echa mano del mercado a principios de la década de los 90, para ser hoy la segunda potencia del mundo.

Por ahora esperaré a las cifras de crecimiento económico de Perú en el segundo semestre de 2021 para demostrar hacia donde nos quieren llevar. Pilas con el 2022.

@ojcubillosp