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Precios bajos de los novillos flacos y gordos es cosa del pasado

Por Oscar Cubillos Pedraza - 22 de Septiembre 2021

Permanentemente recibo preguntas de agentes industriales y transformadores de por qué el precio de los novillos flacos y gordos se ha elevado, ¿cuándo bajará? es la principal inquietud. Y evidentemente noto un trato absolutamente diferenciado de lo que ocurre con otros sectores de la producción frente a una buena dinámica económica.

Permanentemente recibo preguntas de agentes industriales y transformadores de por qué el precio de los novillos flacos y gordos se ha elevado, ¿cuándo bajará? es la principal inquietud. Y evidentemente noto un trato absolutamente diferenciado de lo que ocurre con otros sectores de la producción frente a una buena dinámica económica.

Un ejemplo elemental es el que ocurre con el sector cafetero. Si la carga de café, por cuenta de la oferta y la demanda eleva su precio, lo que sigue son aplausos en general porque dicha actividad va por buen camino. En el caso de nuestro sector, al contrario, si los precios van bien se nos crítica y señala.

La cadena de valor se mal acostumbró a que la obligación de mantener precios bajos recae siempre en el ganadero, diversas situaciones han establecido tal imaginario. Lo más recordado, el desplome del precio del novillo gordo en 2009 y en 2013 por los cierres del mercado venezolano, o la caída de su cotización debido a los brotes de aftosa en 2018 que llevaron a la pérdida de los mercados que justamente habían sustituido al del vecino país.

Claro, si no se hubieran presentado tales eventos hoy el precio se mantendría incluso en un nivel mayor al presente, situación que sería buena para el productor. Pero en el imaginario quedó en que el precio del kilo del novillo gordo en pie siempre debería estar alrededor de $4.300, y que el ganadero no tenia derecho a que su producto subiera de precio.

Ahora, es muy importante tener en cuenta que realmente el precio ha subido muy poco, al menos en términos reales. Teniendo como precio base el mes de mayo de 2006 el precio en términos constantes, es decir descontando la inflación, tan solo ha subido 4,6% frente al precio de agosto de 2021.

Todos se acuerdan de cuando el precio sube, pero nadie recuerda cuando por la pataleta de Chávez en 2009, que llevó al cierre del mercado venezolano, el precio del kilo en pie se desplomó $900 en menos de seis meses, o en 2013, en situación idéntica con Maduro la caída fue de más de $300. No diferente fueron las consecuencias de la pérdida del estatus sanitario en 2018 cuando la cotización bajó cerca de $700 por kilo en cinco meses.

Pero además seguimos siendo competitivos a nivel mundial en cuanto al novillo gordo, por eso nos buscan los países desde el otro lado del mundo para realizar sus compras. Eso indica sencillamente que el precio que traíamos solo se reajustó aun nivel al que debió estar hace muchos años.

Efectivamente con la buena dinámica de demanda mundial de carne y con las expectativas de abrir nuevos mercados en el corto plazo en Asia Pacifico y de llegar a los de mayor valor en el mediano plazo, lo esperado es que, aunque existirán estabilizaciones de precio, las épocas de los $4.300 por kilo están en el pasado.

@ojcubillosp