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Próxima escala…

Por Oscar Cubillos Pedraza - 09 de Julio 2019

Después de la tempestad viene la calma, dice la frase popular, pero apelando también al lenguaje de mar, lo que se espera en el segundo semestre es tener vientos de cola para que el sector se impulse.

Después de la tempestad viene la calma, dice la frase popular, pero apelando también al lenguaje de mar, lo que se espera en el segundo semestre es tener vientos de cola para que el sector se impulse.

Tremendos golpes recibió la ganadería bovina en 2017 y 2018 con la aparición de la aftosa, sin embargo, y luego de terminado el primer ciclo de vacunación, se espera que para el próximo mes de agosto se recupere su estatus de país libre de esta enfermedad.

Tal condición será fundamental para dinamizar las exportaciones de carne a países que habían cerrado o disminuido las compras como acción de prevención. El mercado, que todo lo sabe, comienza a prepararse para tal situación.

De allí que en el mes de mayo el sacrificio bovino se haya incrementado en 0,34% respecto al mismo mes del año anterior, disminuyendo la caída que mes tras mes se venía presentando, entre otras razones por los problemas sanitarios. Precisamente los animales faenados con destino a exportación, tuvieron un incremento de 4,1% en el mismo mes.

Lo que se debe evaluar es que no bastará con recuperar el estatus sanitario. De un lado se debe cuidar tal activo, que para los ganaderos suma inversiones por más de USD600 millones y 25 años de esfuerzos. Esto implica estar atentos y denunciar los posibles casos en materia de contrabando de animales y carne desde Venezuela, así como de sacrificio clandestino en el territorio nacional.

De otro lado, para conquistar mercados internacionales no puede darse una especulación en los precios de los animales gordos, tendencia que termina dándose ante la expectativa o realidad del mejoramiento en los envíos al exterior. Si el precio sube sin agregación real de valor, sencillamente los mercados no nos compran.

Hoy, la oportunidad es inmejorable para los países productores de carnes, pues un mercado como el chino, que ha debido sacrificar millones de cerdos por la presencia de peste porcina en su hato, tiene una fuerte contracción en su oferta. Así las cosas, el gigante de Asia deberá apelar a adquirir otro tipo de proteína animal, lo que incluye la carne bovina.

Con 1.400 millones de ciudadanos chinos mejorando su ingreso monetario y demandando más carne, los países que tienen oferta exportable deben estar atentos para estar al día en temas de sanidad y competitividad y aprovechar tal mercado.

Sí a tal oportunidad sumamos la consolidación de destinos en los que ya se venía avanzando como Medio Oriente y Rusia, podemos decir que por el lado de la demanda las condiciones están a la orden del día.

Por el lado de la oferta debemos hacer las cosas bien, de nuevo. Ya de los últimos años se han aprendido las lecciones, y solo puede salir de este tiempo, una experiencia que haga del sector uno de los de mayor rentabilidad y proyección internacional. Así las cosas, la próxima escala de la ganadería colombiana y su sector cárnico deberá ser la de los mercados internacionales de alto volumen.