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¿Qué debemos esperar?

Por - 14 de Diciembre 2022

En junio de 2020 el país entró en una época invernal prolongada producto de un fenómeno de la Niña que en más de dos años y medio no nos abandonó. Vale recordar que antes de este invierno el país registró un verano extendido desde noviembre de 2018 hasta mayo de 2020.

El IDEAM hasta la semana antepasada anunciaba que las lluvias irían hasta marzo de 2023, empatando con la primera temporada invernal del año, lo que no auguraba un escenario apropiado teniendo en cuenta los excesos de agua en tierras, derrumbes, deslizamientos e inundaciones que hasta hace unos días hacían parte de las noticias diarias.

Sin embargo, esta semana el mismo IDEAM anunciaba que progresivamente y desde finales de diciembre, el primer verano del año estaría haciendo su entrada, aunque no indicó la terminación del fenómeno de la Niña. Al respecto hay que tener varias consideraciones frente al mercado lechero, típicamente afectado en el primer trimestre del año.

Lo primero que se debe tener en el radar es que la producción de leche viene a la baja desde fines de 2021. Caídas de 2,1%; 4,9%; 2,5% y 5,7% en los últimos cuatro trimestres de registro del PIB muestran como causa de tal contracción el exagerado incremento en el costo de insumos y materias primas, el tema invernal, y el traslado de unidades productivas ganaderas de lechería a la producción de bovinos en pie que ha registrado mejor remuneración y rentabilidad en los últimos años.

Esto indica que, con un clima normalizado a partir de enero se tendría un factor adicional que afectaría la producción. ¿Podrían estar los precios pagados al productor con mayor presión al alza? Es posible que en alguna proporción sí.

Si bien el invierno ha generado daños a suelos y pasturas, el verano puede impactar en mayor medida y menor tiempo las condiciones productivas del ganadero, lo que podría originar tendencias al alza del precio del litro de leche. Sin embargo, hay que recordar que el 1 de enero se activa el contingente de importación de leche en polvo desde EEUU que para 2023 es de 15.692 toneladas con un arancel extra cuota de 6,6%, y que será cero en 2026. Este cupo de leche importada haría que la presión sobre los precios se modere en alguna medida.

Pero lo que se debe tener en cuenta es que, así como el cambio climático hizo que tuviéramos hasta ahora un invierno de más de dos años y medio, no podemos descartar un verano largo, intenso y catastrófico, tal vez ahora no, pero evidentemente llegará. El último fue de 19 meses.

Por ahora, y por las mismas proyecciones de IDEAM y la misma percepción que tenemos sobre el clima, evidentemente tendríamos un verano normal. Aún quedan un par de semanas para realizar el aprovisionamiento para afrontar un verano, corto o largo. Lo que sí es claro es que el productor agropecuario que no comprenda las nuevas dinámicas ambientales evidentemente estará colocando en riesgo su patrimonio.

@ojcubillosp