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Resocializar

Por - 12 de Enero 2020

Creo en dar oportunidad a toda persona sin importar su error o delito, siempre y cuando se entienda lo cometido y se acepte, se pida perdón, se repare, y se haga el mayor esfuerzo para corregir en lo que falló. Sin esas condiciones no creo que alguien que haya delinquido pueda opinar válidamente o dar consejos o críticas sobre lo que debe ser o no la justicia.

Por esa convicción no creo en la pena de muerte o en la cadena perpetua, no creo en que quitar beneficios, derechos o restringirlos ayude a combatir la delincuencia, por el contrario, es mucho mejor resocializar que la retribución o la venganza, ¿qué gana el Estado quitando la televisión o los videos juegos a los presos? ¿Restringiendo las visitas? Gana personas que se alejan aún más de la resocialización y sienten un mayor resentimiento social, aumenta la incredulidad en la ley y en los valores de un país.

¿Qué sucede cuando hay impunidad total? ¿Qué pasa cuando antes de la reparación, del reconocimiento de la verdad el Estado da premios, entrega derechos y ventajas? Pasa que personajes como Gustavo Petro son nombrados en alcaldías, gobernaciones o en el Congreso, sin tener experiencia en mandatos, sin haber pagado sus penas, terminan siendo el peor alcalde de Bogotá.

Pasa que estas personas se creen faro moral, cuando son el ejemplo de todo lo contrario. Pasa que los que aún son, para muchos, terroristas de las FARC ponen tutelas porque les dicen violadores a quienes violaron, porque les dicen delincuentes a los que alguna vez delinquieron, como Victoria Sandino. Pasa que estos personajes hablan de proteger líderes sociales, pero ellos tantas veces los secuestraron o extorsionaron. Pasa que detienen proyectos útiles al país siendo congresistas.

Pasa que las disidencias siguen matando y sembrando el terror.

Ojalá este año la justicia corrija el camino y empiece a pedirles que apliquen, aunque sea las más ridículas sanciones que consagró el acuerdo de “paz”; que el país sepa escribir bien su historia y recuerde a Petro y a los miembros de las FARC como delincuentes, mientras no pidan perdón, paguen, reparen y acepten sus responsabilidades, el país debe saber que no fueron rebeldes con ideología sino delincuentes con aspiraciones económicas y sin temor a nada o nadie.

Ojalá que la justicia sepa que la resocialización se debe comenzar a aplicar en las cárceles y que haya una reforma en este sentido.

Para terminar, cuando no se exige perdón, aceptación, reparación y no repetición, pasa que terroristas como el ELN piensan que pueden conseguir los mismos beneficios que las FARC. Ojalá no caigamos en ese error otra vez, que haya diálogo, pero sabiendo que el Estado está negociando con delincuentes de lesa humanidad, no con combatientes o guerrilleros.

PD: El Colegio de Abogados Penalistas de Colombia, del que hago parte, realizará un congreso el próximo 6 y 7 de marzo en el Hilton Garden de Barranquilla. Invito a todos los abogados penalistas litigantes que quieran participar a estar pendiente de la cuenta de twitter @CPenalistas para inscribirse.