/?w=256&q=100){kind=logo}
El anuncio por parte del Director de Planeación Nacional, Simón Gaviria, de que la Nación no está en condiciones de financiar el 70 % del metro de Bogotá hizo que desde diversos sectores llovieran rayos y centellas al Gobierno. Francisco Santos aseguró que el Gobierno y la Unidad Nacional estaban incumpliendo los compromisos con Bogotá. El senador Robledo, del Polo, afirmó que el presidente Santos le está haciendo “conejo a la ciudad”.
En términos generales, la noticia generó rechazo e indignación, sobre todo en los ciudadanos de a pie que lo sienten como una muestra de indiferencia del Gobierno a un problema grave que nos aqueja a todos: la movilidad.
Lo cierto es que estamos ante un nuevo incumplimiento que se suma a la larga lista de promesas no ejecutadas del presidente Juan Manuel Santos; solo que, como en esta ocasión está involucrada la capital, su despliegue sí es amplio.
La desconfianza y poca credibilidad de la palabra del primer mandatario está soportada por el rosario de incumplimientos que abarca todos los campos: economía, infraestructura, transporte, política y un gran etcétera que indudablemente dificultan conseguir la equidad, bandera de este Gobierno.
Los colombianos aun recordamos cuando el entonces candidato Santos escribió sobre piedra que no aumentaría los impuestos. Luego, y tratándose de la misma materia, prometió el desmonte del 4 por mil y el impuesto al patrimonio. Las actuales circunstancias nos demuestran que en ambos casos nos falló.
Los habitantes de Gramalote, en Norte de Santander, aún esperan con ansias la prometida reconstrucción del municipio devastado en diciembre de 2010. Han pasado algo más de 4 años y la situación es tan crítica que hasta la iglesia católica ha exigido al presidente que cumpla con su palabra y atienda los requerimientos de la población.
En el norte del país, Los guajiros imploran a la Virgen de los Remedios, patrona del departamento, que el Gobierno Santos cumpla con su palabra y construya la segunda fase del Proyecto Multipropósito del Río Ranchería, que consiste en un tubo madre para abastecer de agua a 9 municipios que beneficiaría a 400 mil habitantes y en 2 distritos de riego que irrigarían más de 18 mil hectáreas para agricultura y ganadería. De haber cristalizado su ofrecimiento durante su primer cuatrienio, más de 30 mil niños no estarían sufriendo de desnutrición y 15 mil animales no hubiesen muerto como consecuencia de la sequía.
Al listado, que es mucho más extenso a lo aquí anunciado y cobija casos como el restablecimiento de las horas extras o el aeropuerto del Café, se le sumaría otro nuevo incumplimiento. Los camioneros del país anuncian un paro para el próximo 23 de febrero, precisamente, por la no atención del Gobierno a los compromisos adquiridos con el sector.
Debemos prepararnos porque promesas incumplidas surgirán todos los días; es el precio de una campaña irresponsable en la cual, con el ánimo de ganar adeptos, se generaban compromisos imposibles de cumplir. El Gobierno debe ejecutar un verdadero plan de ahorro y austeridad que le permita cumplir con inversiones importantes y urgentes, sacrificando el abultado gasto burocrático. O, ¿de qué otra manera piensa conseguir su tan publicitada equidad?
NOTA BENE
No podía dejar de opinar sobre dos hechos relevantes de la semana: La incautación por parte del Ejército de un arsenal de las Farc, en Nariño, que contenía 16 lanzacohetes rusos capaces de derribar aviones y 470 granadas. Por otro lado, la propuesta del grupo guerrillero de crear un Fondo de Reparación a Víctimas con recursos equivalentes al 3 % del PIB, sin mencionar a cuánto ascendería el aporte de ellos.
Si el proceso de paz está tan avanzado y hablamos del desescalamiento del conflicto ¿por qué las Farc compran semejante arsenal? Si el grupo narcoterrorista entregará las armas pronto, como lo pregona el Gobierno, ¿por qué gastar tanto dinero en misiles? ¿Por qué, en vez de hablar de entregar su inmensa fortuna (es el tercer grupo terrorista más rico del mundo), se siguen equipando para atentar contra los colombianos? ¿Será que el dinero de las Farc es para comprar armas y no para reparar victimas?