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Salarios, empleo e inflación

Por Miguel Gómez Martínez - 14 de Enero 2020

Son positivas las medidas a favor del empleo de jóvenes y los estímulos para la generación de nuevos puestos de trabajo.

El gobierno nacional mantiene una política de estimular la demanda para apoyar el nivel de crecimiento. Por segundo año consecutivo tomó la decisión de reajustar el salario mínimo en un nivel muy superior (6 por ciento) al registro de la inflación que fue del 3,8 %.

Mantener un mejor crecimiento es coherente si se tiene en cuenta que la economía regional y la internacional están en un entorno de expansión poco favorable. Incluso la China está resignándose a crecimientos menores de los esperados registrados en años anteriores.

Pero la apuesta de que sea el consumo y no la inversión el principal motor de la economía tiene dos restricciones mayores que deberán ser sorteadas por la política económica: la inflación y la generación de empleo.

Haber reajustado el salario mínimo un 58 % por encima de la inflación del 2019, es una buena noticia para los asalariados que reciben un impulso a su capacidad de gasto.

La economía necesita este tipo de inyección si se tiene en cuenta el impacto que ha representado la masiva llegada de venezolanos y la caída de los precios de los productos básicos por el mal desempeño del comercio internacional.

Preocupa que un mayor nivel de gasto pueda deteriorar aún más el desequilibrio de las cuentas externas, que en los primeros nueve meses del año anterior registraron un déficit en la balanza comercial de USD 8.630,3 millones FOB, mientras en el mismo periodo 2018 se presentó un déficit de USD 5.534,5 millones FOB.

El resultado de la inflación en el 2019 no es el mejor pues se superó el objetivo del 3 % fijado por el Banco de la República.

La mayor devaluación experimentada en buena parte del año anterior presiona al alza los precios de los productos importados a lo que se suma el impulso al consumo derivado del aumento salarial del 2019.

El Emisor no ha considerado oportuno subir las tasas de interés para reducir el aumento de los precios. Pero sin duda se encuentra en su máximo nivel de tolerancia y estará vigilante con los registros estadísticos de los primeros meses.

La mayor preocupación es el impacto sobre la generación de empleo. Al mes de noviembre de 2019, la tasa de desempleo era del 9,3 % con un aumento de 0,5 % con respecto al mismo mes del 2018.

Si se tiene en cuenta que el ritmo de crecimiento de la producción es del 3 % anual, es evidente no es suficiente para producir el efecto esperado de una reducción en el número de desempleados. Tenemos una mejor demanda, pero no se traduce en un aumento de la oferta laboral.

Para los empresarios el salario mínimo en $877 mil 803 implica un costo total de $1.361.181 mensuales. La formalización laboral es una correcta prioridad del gobierno porque el país no es viable con los grados de informalidad actuales.

Por lo anterior, son positivas las medidas a favor del empleo de jóvenes, y los otros estímulos para la generación de nuevos puestos de trabajo.

El 2020 será un año determinante para la economía colombiana.

**Miguel Gómez Martínez

Asesor económico y empresarial

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Portafolio, enero 07 de 2020